El abogado y exmagistrado suplente de la Corte Suprema, José Fabio Castillo, concedió una entrevista a El Diario de Hoy en la que abordó diversos temas del actual Gobierno. Entre ellos los aciertos y errores jurídicos que ha cometido Nayib Bukele para encarar el tema de la pandemia del COVID-19 en El Salvador.
Texto íntegro de la entrevista concedida a los periodistas Mario González y Lilian Martínez de El Diario de Hoy:
Abogado de izquierda y exmagistrado suplente de la Corte Suprema, José Fabio Castillo le reconoce virtudes al presidente Nayib Bukele, pero también le señala duramente sus errores. Lo conoce. Fue primer concejal en la Alcaldía de San Salvador cuando el gobernante fue alcalde. Y una de las fallas que más le señala es el equipo de abogados de CAPRES, al que llama “equipo antijurídico” y no duda en decir que ellos son culpables del caos legal por no atreverse a contradecir a Bukele.
En entrevista con El Diario de Hoy, el excoordinador del partido exguerrillero FMLN tampoco duda en decirle a Bukele que su gente está procediendo igual que los que despectivamente llama “los mismos de siempre”.
¿Usted dice que siente preocupado por la situación del país?
Algunos han calificado la actual situación jurídica del país como un limbo jurídico. Yo voy más allá de eso. Yo no lo siento como un limbo jurídico. Siento que estamos en un infierno jurídico.
¿Por qué?
Un limbo es algo que no se sabe, no existe la cuestión. Pero este caso es peor. Hay caos, hay contradicción. Ya uno no sabe qué es lo que está vigente como norma jurídica, qué es lo que ha sido derogado, qué es lo que ha sido suspendido. Y estamos además dentro de un pequeño mundo de capricho. Vea usted el hecho: la Sala de lo Constitucional suspende los efectos del acto que se reclamaba de un decreto ejecutivo y el presidente lo copia y lo emite nuevamente a efecto de que había que volver a ir a la Sala para que lo vuelva a suspender y él seguramente haría un tercer intento y un cuarto y un quinto. Entonces ya uno no entiende nada.
¿Técnicamente tenían asidero jurídico el decreto 18 y el 19?
Eso es locura. Como le digo eso significa que a las 2 de la mañana de cualquier día, el Ejecutivo dice “como la Asamblea Legislativa no está reunida voy a hacer esto”. No. Eso es locura. Estamos claros que los antijurídicos justifican cualquier cosa.
¿Quién es el responsable de esto?
Yo comentaba un poco con algunos por teléfono que yo no sé si es que yo no aprendí nada de Derecho o si es que todo se me olvidó, pero ya no entiendo en absoluto lo que está pasando y me siento angustiado por muchas cosas. Vea usted el departamento jurídico, digámosle así, de Casa Presidencial, que algunos ya le llaman el departamento antijurídico de Casa Presidencial. Y ahí la gente dice que trabaja ad honorem y se acaba de descubrir que trabajan ad honorem para el cargo para el que está nombrado pero que reciben un salario seguramente por medio de un contrato, salario o estipendio que es seguramente superior al que le correspondería por ley al cargo que están desempeñando. Yo digo, ¿serán estas las Nuevas Ideas? ¿Será esta la nueva forma de establecer los sobresueldos. Yo hubiera creído en todo momento que habíamos llegado al punto en que habría que revalorar las remuneraciones de los funcionarios, de los ministros, etcétera y asignarles un salario apropiado. Pero esta forma que han hallado de evadir el cumplimiento de la ley del Presupuesto de la Nación y a través de un contrato percibir un estipendio mayor me parece que no son las nuevas ideas que el país necesita. Esto, si bien no son “los mismos de siempre”, ha de ser “lo mismo de siempre”.
¿Es lo que se hacía antes, doctor?
Exactamente. Es lo que se hacía antes. Pero además indigna que cuando hacen declaraciones diciendo que están en un cargo ad honorem lo hacen con una cara que es mitad del Dalai Lama y mitad la de un monje cisterciense, como que son una especie de ángeles venidos del cielo que están haciendo labor entre los humanos, con dedicación, con santidad, etcétera. Y ve usted que aparece una sola vez la cola entre el dinero y eso no puede ser satisfactorio para nadie.
Cuando se les pide información al respecto, remiten a pedirla mediante la Ley de Acceso, pero resulta que está congelada…
Ahí hay otro punto que me asombra. Indiscutiblemente Nayib es un hombre de grandes cualidades y yo insisto en reconocérselas. Una de ellas es lograr una mística de trabajo. Todos sus funcionarios, todos sus empleados están dispuestos a trabajar en cualquier lugar, a cualquier hora y sin importarles si es vacación, si es de noche, si es de día o qué. Esa es una mística que la ha logrado crear, pero esa mística ha llegado a un extremo. A que los funcionarios y los empleados no solamente le son leales, sino que procuran con estupidez o peor que la estupidez, con estolidez, procuran justificar los errores del gobernante. No son capaces, ya no digo de decirlo, no son capaces de quedarse callados y no demostrar su falta de formación. Como decía, con estolidez, que es una palabra superior a lo estúpido… Es una falta absoluta de razón y de discurso. Dicen cosas incoherentes, contradictorias, absurdos jurídicos, absurdos sanitarios, me refiero a las cuestiones de la pandemia y absurdos lógicos. Eso es algo que nos debe preocupar, que los funcionarios están dispuestos a decir cualquier tontería con tal de intentar justificar los errores del gobierno. Y hablo de los errores. Porque los aciertos, bendito sea Dios, están a la vista y no necesitan que se están justificando.
Pero hay otros funcionarios que defienden estas situaciones, como Carolina Recinos, el mismo Félix Ulloa, como Luis Rodríguez y otros que vienen del Frente…
Carolina Recinos y Luis Rodríguez no son abogados. O sea que con ellos podemos comprender que se equivoquen en esa forma en el análisis jurídico. Los otros son abogados porque tienen el título pero ahí no es cuestión de ser abogado, es cuestión de ser jurisconsulto, es decir, alguien a quien se le puede consultar sobre el Derecho.
Y jurídicamente ¿cómo quedan los salvadoreños en esta indefinición, en este infierno jurídico? ¿Opera la ley para detener a alguien, para mandarlo a cuarentena?
No. Pero yo por las dudas no salgo. Porque tengo 77 años y si me envían a uno de esos campos de concentración, me muero. Y no me quiero morir todavía.
Algunos consideran que se ha hecho bien gran parte del trabajo de prevención y el trabajo de contención de la pandemia, pero se han cometido arbitrariedades y se ha saltado la legalidad en muchas cosas…
Sí, pero va más allá que eso. En efecto, hay medidas que son las apropiadas, pero esas medidas apropiadas de contención, las llama usted, son para prepararse al verdadero gran combate de la pandemia. Y yo le voy a ser franco. Hay muchas críticas con respecto al hospital, el de 70 millones. Yo no lo critico. Desde el principio, cuando se hablaba de los 2000 millones, yo decía: eso debe invertirse, entre otras cosas, en el sistema de salud. Ese hospital está bien que se haga. Estamos en un sistema de salud deficitario; entonces, está bien que se haga el hospital y que se ponga a funcionar correctamente y de manera permanente. No estamos para construir un hospital de 70 millones y que después ya no se ocupe, sino para que se pueda ocupar adecuadamente.
Entonces, esa parte yo no la critico. Parece ser y ahí es donde ya entro en angustia, parece ser que hay ahí algunos contratos que no sé quién los ha impulsado que no están del todo transparentes. Se dice, no lo sé por eso no lo afirmo, que hay un contrato con una compañía canadiense vinculada a algunos personeros del gobierno. No acuso porque no lo sé, pero ya los rumores circulan y hay mucha gente que pierde la confianza en la Presidencia. Por eso debería el presidente aclarar todas esas cosas y dar toda la información que le sea solicitada.
Sobre todo porque no solo son 70 millones, sino 9,000 millones de dólares que nos dejan en indefensión frente a cualquier otro desastre…
Sí, estaríamos en adelante con un desastre dependiendo de la limosna de los organismos internacionales. Mire, cuando llegamos a la alcaldía, yo era primer concejal de la alcaldía que presidió Nayib; yo hice una propuesta el primer día: que las sesiones fueran públicas y abiertas a la prensa. Para mí extrañeza, Nayib y los concejales del Frente se opusieron… Dejé de luchar y me conformé con que no iba a haber información… Hoy estamos en lo mismo (…) Y es indispensable que los medios de comunicación trasmitan la información objetivamente, porque hay muchos medios que trasmiten sesgadamente. Pero le voy a decir una cuestión, hay muchas cosas que me tienen intranquilo.
¿Cómo cuáles?
Uno, una conferencia de prensa o no sé si era una cadena en la que aparece el embajador de los Estados Unidos al fondo. Yo no la vi, pero me dijeron. Yo no creo que debamos permitir la injerencia extranjera en nuestros asuntos internos. A mí no me gusta que algunas organizaciones sedicentes de la sociedad civil estén pidiendo la intervención de la OEA. No me gusta. Los problemas de El Salvador solucionémoslos internamente sin ninguna injerencia extranjera. Aunque la opinión del organismo extranjero sea coincidente con la mía no me gusta que intervengan en nuestros asuntos internos ni la Embajada de Estados Unidos, ni la OEA ni la Unión Europea.
¿Estas manifestaciones alimentan la actitud del presidente?
No le sé decir. Pero yo quisiera que nuestros embajadores en esos países declararán allá lo mismo que los embajadores de esos países declaran acá. A ver si no los ponen en el aeropuerto en 24 horas. O quisiera ver si a las conferencias de prensa del presidente Trump puede asistir nuestro embajador y estar presenta ahí como respaldando al presidente.
¿Este infierno, como usted le llama, es igual o peor al 9F? Porque aquí ha habido una invasión de funciones…
Estamos en una situación peor que la del 9F. La del 9F fue un acto. Esta es una actitud permanente de parte del Ejecutivo. El Legislativo también tiene sus pecadillos en todo esto.
Hay cosas que… Ahí en las redes sociales están criticando a los que han llamado el gran empresariado salvadoreño. La serie de personas que asistieron a una reunión con el presidente Bukele. Yo estoy convencido de una cosa. Cuando el presidente de la República llama a quien quiera que sea la persona está obligada a ir a oír. No está obligada a decirle que sí al presidente, pero sí a ir y a oír, y a expresar una opinión, franca, sincera. De acuerdo o desacuerdo con lo que el presidente ha dicho. Yo en eso no voy a criticar a nadie. Lo que sí le voy a decir es que este grupo de grandes empresarios que asistieron debieron al menos haber mostrado su extrañeza porque no hubiera ningún representante de ANEP ahí.
¿Qué debieron hacer?
Yo no creo que ANEP sea la representante legítima del sector privado. Es la representante legítima de los dueños de los medios de producción, pero en el sector privado además de los dueños están los trabajadores y ANEP nunca ha representado a los trabajadores, más bien se ha opuesto a los trabajadores. Pero como sea ANEP está representándolos a todos ellos. Y estos grandes empresarios permiten que el presidente ningunee a ANEP. Yo creo que debieron haberle dado su sitio, haber mostrado su extrañeza. Claro, no pueden obligar al presidente a que los invite, pero debieron haber hecho saber que debió haberlos invitado. En todas esas negociaciones, yo detesto las negociaciones, ANEP se dejó embaucar y embarcar por el gobierno. Karim demostró ser más listo que toda la ANEP y que toda la fracción legislativa de ARENA. Y se los embaucó y los convenció y ya. Yo creo que ANEP debía de tener más cuidado en sus conversaciones y en sus acuerdos. Obtener algún tipo de garantía de que se va a cumplir y no quedarse confiando en la buena fe de Karim y del presidente.
Los hermanos del presidente están interviniendo también…
Le voy a contar una cosa, permítame, es una digresión… Mi maestro Arturo Zeledón, a quien veneré como maestro, escribió en la década de los 60 un artículo simpático que se llamaba “Qué coronel te recomienda” y decía él lo siguiente: “En los años 20, en la época de aquellos grandes abogados, Enrique Córdova, Lucio Quiñónez, Miguel Tomás Molina, Hermógenes Alvarado… Decía que para ver qué posibilidades tenía alguien de ganar el juicio se le preguntaba ¿qué abogado te lleva el caso? Y según se veía la capacidad del abogado se decía ‘puede ser que ganes’. Pero ahora, decía él, en los años 60 no se pregunta qué abogado te lleva el caso sino ‘¿qué coronel te recomienda?’. Porque es la recomendación de los coroneles la que hace que uno gane o pierda algún caso”. Hoy estamos en el siglo XXI y la pregunta ya no es ¿quién es tu abogado? ni ¿qué coronel te recomienda?, sino que la pregunta que se hace es ¿con cuál de sus hermanos has hablado? para ver si uno tiene posibilidades. Y los hermanos están escalonadamente así: primero Karim, después los gemelos, después Yamil. Los otros no sé. Entonces estamos con un gobierno tribal, en el cual la tribu de los… Bukele Kattán está gobernando aunque no tengan más legitimidad que el parentesco con el presidente.
¿Cómo interpreta el retiro de los representantes de la sociedad civil de la comisión de verificación del gasto de los 2,000 millones de dólares?
Fíjese usted que a mí hay cosas que me extrañan sobremanera. De repente vemos nosotros que elementos como la UCA, como don Ricardo Poma, de la ESEN, se separan de un organismo que se había creado y el gobierno dice “es que no querían presentar su declaración de probidad”. Pero ¿cómo se les ocurre que el padre Andreu Oliva, que ha hecho voto de pobreza, va a tener millones de dólares ocultos por algún lado o va a llegar con el afán de conseguir millones de dólares? ¿Cómo se les ocurre que Ricardo Poma, que tiene un enorme capital, producto del trabajo de varias generaciones de su familia, un hombre que desciende de las familias próceres de la independencia… va a entrar a una cuestión de esas y va a aceptar un soborno de 10,000, de 15,000 dólares. Es una forma loca, estólida de apreciar la circunstancia. No entiendo los parámetros que tiene Capres para emitir los juicios que emite.
¿No será que les estorbaban y por eso los arrinconaron?
¡Qué estorbo les van a hacer si era un organismo de once!; ellos eran cinco y por otro lado había cinco ministros y el secretario privado de la presidencia. O sea que cualquier votación en todo caso la ganaban seis a cinco. Eso no era estorbo.
¿Qué piensa de que el presidente incluso sugirió que podrían irse presos los magistrados….?
Mire, yo temo no solo por los magistrados, sino por la fracción del Frente. Ya yo dije que entre Nayib y la tiranía solo está la fracción del Frente y la Sala de lo Constitucional. Voy a suponer que Nayib es la persona más inteligente de El Salvador, que es la mejor intencionada y que es la más honrada del país. Pero los límites están puestos porque precisamente puede llegar alguien que no sea ni tan inteligente como Nayib, ni tan entregado como Nayib ni tan honrado como Nayib. Los límites son para proteger. Así es que yo quisiera que Nayib entendiera. Ahí hay otro límite. La Asamblea con 56 votos puede nombrar una comisión de médicos que verifique la sanidad mental del presidente de la República que ha dicho varios dislates. Y con un dictamen unánime, que no sería difícil de conseguir, podrían proceder a destituirlo, lo cual sería una locura porque el pueblo apoya a Nayib. Entonces entraríamos en un caos, no solo el caos jurídico, sino el caos de seguridad física en las calles de San Salvador.
Pero ¿cómo se puede superar o enfrentar esta situación que usted dice que no es de momento, sino que ya es una actitud permanente del presidente de confrontar, pasar sobre leyes…?
No, si no vamos a llegar. ¡Ya estamos en el infierno jurídico! Quiere mandar presos a la Sala de lo Constitucional. No a un juez de Paz, no a un magistrado de Cámara, ¡a la Sala de lo Constitucional! Bendito sea Dios que por ahí uno de los de CAPRES, de los antijurídicos de CAPRES, salió diciendo “es que fue una declaración política”. Yo la política no la entiendo como amenazar a los magistrados. Me parece que eso no tiene ningún sentido. Más bien solo provoca insatisfacción, inseguridad y angustia. A mí me angustia.
¿Qué le aconsejaría al presidente para mejorar su administración, para que se superen todas estas situaciones?
Yo ya dije que a mí no me gusta dar consejos. Creo que uno debe dar consejos si se los piden, y si no se los piden, no darlos. Yo puedo opinar sobre lo que yo creo que cualquier presidente debe hacer. Primero, tener un equipo jurídico que realmente conozca el Derecho. Primer requisito para ello. Segundo requisito para ello, que además de conocer el Derecho sean capaces de decir con franqueza su opinión al presidente. Aunque los destituya. Es mejor ser destituido por ser correcto que ser ascendido por ser incorrecto. Y tercero que sean capaces de denunciar irregularidades legales que se den dentro de CAPRES.
¿Cómo se evitar tanto error jurídico?
Le voy a contar. Félix Ulloa, el vicepresidente de la República es gran amigo mío. Fue mi alumno, lo conozco desde hace más de 50 años y le tengo muchísimo cariño. Mucho aprecio, mucho respeto y tenemos una cierta familiaridad. Me visita y conversamos, no de política, pero de muchas cosas. Hace 15 años, cuando todavía hablábamos de política, estábamos de acuerdo en que habría que formar una comisión de reforma constitucional. Tanto que yo propuse eso y lo propuse en televisión (…) Cuando llegó a la presidencia Salvador Sánchez Cerén yo le propuse que debería haber una comisión de reforma de la Constitución y que excluyera a los de más de 70 años. Salvador estuvo de acuerdo, pero nunca se instaló la comisión.
Hoy que Félix llegó a vicepresidente le dije: Creo que tu deber con el país es crear la comisión que tú y yo hemos siempre propugnado, impulsado, y te voy a dar un consejo, que se cree pero que haya un compromiso de que el resultado se va a presentar hasta después del año 21, porque si se habla de reforma constitucional la gente va a creer que se quiere buscar una reelección de Nayib. Si se presenta después del 21 ya no se puede hacer una reforma antes del 24, porque la Asamblea del 21 al 24 aprobaría y la del 24 en adelante es la que ratificaría con dos tercios de los votos. No he vuelto a conversar de eso con Félix, pero ahora aquí por medio de esta entrevista lo excito a que forme una comisión de reforma constitucional para que todas estas cosas de si está reunida la Asamblea, si no está, que como a las 2 de la mañana no está reunida la Asamblea el Ejecutivo decide en ese momento aprobar régimen de excepción o locuras de esas, que eso quede claro.
¿Cuál sería el beneficio?
No hay cosa mejor que tener reglas constitucionales que no den lugar a varias interpretaciones. Lógico, eso lo puede hacer Félix convocando a gente conocedora del Derechos Constitucional. Y voy a mencionar nombres: Rodolfo González, por ejemplo; Manuel Montecinos, Quique Anaya, Aldo Cáder (Aldo no podría estar ahí por ser de la Sala de lo Constitucional, pero a gente de ese nivel).
Se ve desde arriba que se cometen arbitrariedades y omisiones y los funcionarios de abajo hacen iguales o peores cosas y a todos se les olvida que responden personalmente de lo que hagan…
Las cosas se van reflejando. Lo que hace el presidente, los ministros suponen que está bien y que lo pueden hacer ellos. Vea usted lo que le pasó al pobre don Pablito, de Capres. Claro, le daban las órdenes, esto y lo otro, el hombre las cumplía. Nunca se aprovechó de un centavo de eso y ahora está condenado a no sé cuántos años de cárcel. ¡Más que el propio Tony Saca! Eso es locura. Pero eso debe servirle de ejemplo a los empleados y funcionarios menores para saber decir “no, prefiero renunciar y comer mis frijolitos tranquilo a tener que ir después a la cárcel”.
¿Eso le iba a pasar al ministro de Hacienda, según dicen?
No sé, no sé. Ese muchacho viene del gobierno anterior. Y le quiero decir una cosa: Yo formaba parte de una comisión en la campaña de Hugo Martínez encargada de valorar las personas para el gabinete y estuvimos de acuerdo en que este muchacho valía la pena conservarlo como ministro de Hacienda en el gabinete de Hugo Martínez…
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