Los buseros exigirán aumento al subsidio que el Gobierno Central les viene pagando desde por lo menos el año 2007 —400 dólares para autobuses y 200 dólares para microbuses— si en caso son obligados a mantener en las unidades alcohol gel para los pasajeros del transporte colectivo y mascarillas y guantes plásticos para sus motoristas y cobradores.
Desde enero y hasta junio el Ministerio de Hacienda les pagará unos 35 millones de dólares en subsidios.
“No podríamos trabajar si nos vienen a cargar más costos (alcohol gel y mascarillas), queremos saber quién va a correr con esos gastos”, dijo en entrevista radial William Cáceres, presidente de la Federación de Cooperativas del Transporte (FECOATRANS).
“Si van a tomar esas disposiciones (uso obligatorio de alcohol gel y mascarilla en el transporte colectivo) debe haber una nivelación del subsidio”, agregó.
Los buseros, según él, están quebrados porque desde hace 17 años no pueden realizar un estudio técnico como base para proponer un aumento al costo del pasaje del transporte colectivo. El pago del subsidio, además, no tiene una lógica de mercado.
“Nuestro sector ha venido siendo afectado a lo largo del tiempo por diferentes situaciones”, comentó. “Como transporte vamos a caer en una crisis económica”, añadió.
Por eso consideró que la tarifa deberá aumentar de 20 a 40 centavos de dólar en los autobuses y de 25 a 50 centavos de dólar en los microbuses manteniendo el subsidio en la misma tarifa ya establecida.
Aclaró que hasta el 7 de mayo el sector estaba trabajando de manera normal, no obstante ya estaban siendo implementadas medidas de contención en las unidades manteniendo un asiento vacío entre cada pasajero y desinfectando buses y microbuses antes de iniciar la jornada.
Los problemas se agravaron para los buseros, de acuerdo con Cáceres, cuando el Gobierno de Nayib Bukele implementó la cuarentena más estricta que suspendió definitivamente la circulación del transporte colectivo y restringió mucho más la salida de los ciudadanos a las calles para abastecerse de alimentos y medicinas.
En diciembre de 2018 David Reyes, diputado de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), señalaba que el Estado tiene más de diez años de pagar el subsidio sin exigir a cambio mejoras en el sistema de transporte que se caracteriza, en la mayoría de casos, por maltratar al pasajero, contaminar el aire, no ser inclusivo para pasajeros con discapacidades físicas, entre otros. “Continuamos teniendo transporte público obsoleto”, dijo esa vez.
En junio del año pasado Raúl Beltrán Bonilla, diputado del Partido de Concertación Nacional (PCN), presentó una propuesta de ley para aumentar el monto que el Estado paga a los buseros en concepto de subsidio. Esa iniciativa la firmaron los buseros Genaro Ramírez, Elizardo González Lovo y otros notorios empresarios relacionados con el partido mocionante y con ARENA.
En la iniciativa que Bonilla apoyó se pretendía que el subsidio aumentara a 400 dólares para los microbuses y a 1 mil 260 dólares para los autobuses.
A finales de 2016 Gerson Martínez, entonces ministro de Obras Públicas, aconsejó que el subsidio debiera variar según los precios de los combustibles y centrarse en subsidiar al pasajero no a la unidad, es decir, que el Estado debe pagar por usuario transportado y no por el funcionamiento del bus o microbús.