A sus 37 años, la salvadoreña Jessica Mejía carga sobre sus hombros la responsabilidad de ser la jefa de campaña de Joe Biden en California, el estado que aporta más delegados en la carrera demócrata a la nominación y que podría definir quién se enfrentará en noviembre al presidente de EE.UU., Donald Trump.
«Es una gran responsabilidad, no tanto por hacer un buen trabajo, sino por lo que significa si el exvicepresidente no es nuestro nominado», advierte Mejía en entrevista con Efe.
Para ella, Biden es el único con la capacidad de derrotar a Trump, pero para eso el exvicepresidente debe lograr un buen resultado en el denominado «supermartes» el próximo 3 de marzo, jornada en la que están llamados a votar los electores de los dos mayores estados del país, Texas y, sobre todo, California.
En el Estado Dorado están en juego 495 delegados para la Convención Nacional Demócrata de este verano en Milwaukee, donde serán necesarios 1.991 delegados para ganar la nominación presidencial del partido.
«Genuinamente creo que si él (Biden) no es el nominado, va ser muy difícil para los demócratas ganar la Casa Blanca en noviembre, y aparte podemos perder asientos en la Cámara de Representantes», considera.
Su mayor preocupación por la posibilidad de que los demócratas pierdan la contienda contra el mandatario republicano es la comunidad migrante, que está «sufriendo con las actuales políticas de la Casa Blanca».
Como ejemplo Mejía expone el caso de su madre, que a sus 73 años no quiere viajar fuera de Estados Unidos porque teme que no la dejen entrar al país a su regreso.
«Ella no tiene por qué sentir ese miedo. Es residente permanente hace muchos años, pero todo lo que ha hecho la Casa Blanca contra los indocumentados y los migrantes legales la ha hecho sentirse muy insegura, y prefiere quedarse en casa», cuenta.
Para Mejía, nacida en San Salvador, el temor de su madre está fundado en la persecución que sufrieron como indocumentadas en la década de 1990 con la Proposición 187, que prohibía a las personas sin estatus legal el acceso a la salud y la educación pública en California, entre otros obstáculos.
«Fue una época muy difícil», confiesa. Para ese momento, Mejía era una adolescente indocumentada que había llegado a los cinco años de la mano de su mamá a buscarse un mejor futuro.
Ambas sintieron todo el peso de la política del gobernador Pete Wilson, que logró reelegirse con la bandera antiinmigrante.
No obstante, esos ataques fueron los que impulsaron a la salvadoreña a volcarse en la política.
La tarea de llegar a convertirse en jefa de campaña del exvicepresidente Biden no fue fácil.
Para llegar a ese puesto, tanto Mejía como su madre, quien trabajó toda la vida limpiando casas, han hecho grandes esfuerzos, por eso ella cree que «el deber de la comunidad hispana es respaldar a un candidato con un «buen proyecto de gobierno que pueda ganarle a Trump».
Una reciente encuesta hecha por el Instituto de Políticas Públicas de California encontró que el senador por Vermont Bernie Sanders es el favorito del 32 % de los votantes probables en las primarias del 3 de marzo en el Estado Dorado. Biden ocupa el segundo lugar, con el 14 %.
Sanders también lidera la intención de voto entre los latinos demócratas del estado, con el 38 % de preferencia, seguido de lejos, con el 18 %, por el exvicepresidente.
Su argumento de que Biden es el único con la capacidad de derrotar a Trump y ayudar a mantener el Congreso en manos demócratas en las elecciones de noviembre próximo radica en lo delicado de los estados «swing», como se conoce los que no tienen patrón de voto fijo.
«Todos los sondeos enseñan que si estamos corriendo políticas muy a la izquierda, los congresistas que están corriendo en los estados ‘swing’ están en riesgo de no reelegirse porque tienen que defender las ideas del que está en la cabeza», explica.
Mejía insiste que Biden podría ganarle al presidente Donald Trump en Ohio, Iowa, Florida e incluso en Arizona.
Mientras tanto, y a cinco días de las primarias de California, la salvadoreña multiplica sus horas de trabajo para incentivar el voto por su candidato en el Estado Dorado.
Al preguntarle dónde se ve en cuatro años, la salvadoreña responde con seguridad: «Estaré trabajando en la campaña de reelección de Joe Biden».