El Salvador
viernes 10 de enero de 2025

Marco Rubio lidera lucha internacional contra el crimen organizado y la corrupción

por Redacción


El senador mantiene una posición férrea contra las dictaduras.

Marco Rubio, senador por el Estado de la Florida por el Partido Republicano, mandó una carta al Rey Felipe VI y a la Reina Letizia del Reino de España que desde el martes 12 hasta el jueves 14 sostendrán una visita oficial en Cuba. En la misiva les exhorta  a abogar por la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos ante el presidente cubano Miguel Mario Díaz-Canel.

Rubio califica de “desafortunado” que en la visita los reyes no se reúnan con los líderes de la oposición que desde hace muchos años vienen luchando contra la restricción de las libertades ciudadanas en la isla.

“Ante estos hechos considero que su visita le servirá como propaganda de legitimidad a un régimen que le ha abierto las puertas al narco dictador venezolano Nicolás Maduro y a otros elementos extranjeros malignos que a diario socavan los valores democráticos del hemisferio”, dice un extracto de la carta.

“La realidad que el régimen de Cuba tratará de venderles durante su visita a la isla es una utopía inexistente”, continúa. Puede leerse en la carta, además, que según él la realidad cubana únicamente la vive el ciudadano víctima de los atropellos del poder de la dictadura que instauraron los hermanos Fidel y Raúl Castro desde finales de los años 50, el líder religioso que denuncia, los periodistas independientes y, en general, los opositores y activistas de derechos humanos.

“Les exhorto a que sostengan un diálogo privado con miembros de la oposición cubana y así puedan escuchar de primera mano las violaciones de derechos humanos y la censura a la que son sometidos a diario”, dice otro párrafo de la carta.

Consideró ejemplos de esos líderes opositores a Berta Soler, de las Damas de Blanco, a los miembros de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), a los periodistas independientes Guillermo Fariñas, Yoani Sánchez y Roberto de Jesús Quiñones.

Rubio pide a los reyes que en sus reuniones con los representantes del gobierno cubano hablen del caso de José Daniel Ferrer, de la UNPACU, que está detenido desde hace un mes en las cárceles del castrismo.

“El gobierno de los Estados Unidos ya ha alzado su voz y ha denunciado el atropello por parte del régimen contra José Daniel y los demás miembros del UNPACU, es importante que nuestros aliados también condenen esta acción”, sigue en la carta el senador.

“Estimo que es injusto que si viaje sea simplemente un obsequio al régimen cubano y que el mismo no incluya en su agenda las graves violaciones a los derechos humanos que viven los ciudadanos cubanos, aquellos que constantemente son humillados y censurados”, concluye Rubio.

Rubio ha sido uno de los más importantes opositores a la dictadura castrista. Se mostró en contra cuando el gobierno de Barack Obama se flexibilizó ante el menor de los Castro y, por el contrario, apoyó al presidente Donald Trump que en junio de 2017 anunció nuevamente el endurecimiento de la posición estadounidense contra la dictadura.

Bolivia

El senador por el Estado de la Florida también opinó que la renuncia de Evo Morales es un testimonio de la “fuerza y la voluntad” de los ciudadanos que se lanzaron a las calles a protestar y resistir después que se conocieron las presuntas irregularidades, tendientes al fraude electoral, con las que el ahora expresidente de Bolivia intentaba perpetuarse en el poder.

“Morales se aferraba ilegalmente al poder en Bolivia”, dijo según un comunicado que divulgó en su página en línea su oficina de prensa. Consideró importante, además, que Bolivia celebre pronto elecciones.

Evo Morales

“Por el bien de la estabilidad y el futuro democrático de Bolivia, es importante que se sostengan elecciones libres y democráticas y se respeten los resultados”, expresó.

También aplaudió el trabajo de la Organización de Estados Americanos (OEA) “en la supervisión y el seguimiento de las recientes elecciones”.

El 20 de octubre de este año los bolivianos acudieron a las urnas para elegir al nuevo presidente o reelegir a Morales. El líder indígena buscaba su cuarto mandato consecutivo después de trece años en el poder. Como su principal adversario apareció en el mapa electoral el también exmandatario Carlos Mesa. La mayoría de encuestas coincidieron en la alta probabilidad de la necesidad de una segunda vuelta.

Al iniciar el conteo el todavía presidente lideraba los números con el 45 por ciento de los votos a su favor mientras Mesa estaba en la zaga con el 38 por ciento de los votos. Los resultados, sin embargo, eran sorprendentes: en ese momento el candidato a la reelección estaba aún lejos de obtener el diez por ciento de ventaja para consagrarse como vencedor y las posibilidades de la segunda vuelta parecían  cada vez más reales.

Pero el conteo transcurría demasiado lento y los nervios y la tensión comenzaron a provocar sospechas en los bolivianos. En el horizonte, más que la segunda vuelta, comenzó a dibujarse el miedo y el odio al fraude electoral. Fue entonces que las protestas contra el oficialismo, Movimiento Al Socialismo (MAS), se tomaron las calles de La Paz.

Para el 21 de octubre, un día después de las elecciones, los resultados habían variado más bien poco: el 36.4 por ciento de los votos para Morales versus el 37 por ciento para Mesa con el 95.6 por ciento de las actas escrutadas. La brecha parecía avanzar a ese diez por ciento necesario para confirmar el cuarto mandato del exsindicalista pero en ese momento su opositor denunció que se estaba consolidando el fraude electoral.

Entonces la calle ardió.

Las calles y principales avenidas de La Paz estallaron con saqueos, violentos choques entre manifestantes pro y contra Morales y luchas contra la policía.

La violencia subió de nivel cuando los manifestantes quemaron tres oficinas regionales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) en Potosí, Sucre y Cobija. También fue convocada una huelga general por tiempo indefinido mientras Morales, que seguía obstinado en aferrarse al poder, denunciaba un “proceso de golpe de Estado” protagonizado por la derecha boliviana en connivencia con organismos internacionales.

Para entonces, sin embargo, la Organización de Estados Americanos (OEA) ya había denunciado un “cambio inexplicable” que se evidenció cuando el TSE interrumpió la transmisión de los resultados y la reinició con la ventaja a favor de Morales.

“El Tribunal Supremo Electoral presentó datos con un cambio inexplicable de tendencia que modifica drásticamente el destino de la elección y genera pérdida de confianza en el proceso electoral”, dijeron los observadores de la OEA.

Al final el caso ha terminado como terminó: las Fuerzas Armadas y la policía boliviana pidieron a Morales dejar el poder para pacificar el país y finalmente el exmandatario huyó a México en donde fue recibido por Andrés Manuel López Obrador.

El lugar de Morales lo ha tomado la presidenta interina Jeanine Áñez.

Rubio y Latinoamérica

El senador es uno de los funcionarios estadounidenses más atentos a la situación latinoamericana y el más acérrimo crítico de los gobiernos dictatoriales, desde Cuba, Venezuela, Nicaragua, entre otros.

A través de su cargo ha presionado para que el gobierno de su país persiga a criminales internacionales, corruptos y otros.

En junio de 2016, por ejemplo, cuestionó durante una sesión del Senado, por qué su gobierno no había sancionado a José Luis Merino, antiguo guerrillero y miembro de la alta dirigencia del FMLN, a quien acusó de lavador de dinero y contrabandista de armas.

José Luis Merino

José Luis Merino

Durante una interpelación al subsecretario de Estado para la Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, Tomasz P. Malinowski, el cubanoamericano acusó al dirigente efemelenista de ser la “mano derecha” del presidente Salvador Sánchez Cerén y lo vinculó con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y oficiales corruptos del gobierno venezolano.

“Este tipo es un lavador de dinero de clase mundial, de armas para la FARC, ha lavado millones de dólares para las FARC y para oficiales corruptos de Venezuela. ¿Por qué este tipo no ha sido sancionado?”, cuestionó.

El 22 de junio de 2017 Rubio advirtió al gobierno salvadoreño que estaba yendo en mal camino no apoyando una resolución que se votó en la OEA que pretendía frenar la convocatoria a una Asamblea Constituyente por parte del gobierno venezolano que lidera Nicolás Maduro Moros.

“No debe quedar duda que el apoyo que Haití, República Dominicana y El Salvador brindan a Nicolás Maduro en la OEA impactará las relaciones con Estados Unidos”, advirtió en una publicación en su cuenta de Twitter.

Un día antes la OEA había terminado una de sus asambleas sin que una resolución de rechazo a la constituyente impulsada por Maduro. El proyecto solo tuvo 20 votos a favor, contra cinco votos en rechazo y ocho abstenciones. El Salvador fue uno de los ocho países que se abstuvo.

Entre los países que votaron contra la resolución estuvieron Nicaragua, Bolivia, Dominica, San Vicente y Granadinas y San Cristóbal y Nieves; países que se benefician de la adquisición de combustible fósil venezolano a precios preferenciales.

La posición del gobierno salvadoreño frente a Venezuela cambió con la llegada de Nayib Bukele al poder cuando expulsó al cuerpo diplomático de ese país.