Ni aumento de salario ni aumento de bonos ni clínicas psicológicas ni mejores condiciones laborales ni ascensos ni nada. Eso sí: más horas de trabajo en espacios deplorables y la suspensión cada vez más frecuente de las horas de licencia y vacaciones. Ese es el estado de la cuestión en los primeros cien días del Gobierno de Nayib Armando Bukele Ortez para los miembros de la Policía Nacional Civil, según Marvin Reyes.
Reyes, que es miembro del Movimiento de Trabajadores de la PNC, recordó que el presidente, cuando era candidato, se comprometió a mejorar las condiciones laborales de los policías que, desde la administración de Salvador Sánchez Cerén, son los que matan y mueren en la guerra contra el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha.
El domingo 13 de enero, un par de semanas antes de las elecciones en las que venció a sus adversarios políticos, firmó un acuerdo con los representantes de los policías cuyos puntos, ordenados según sus prioridades, son: aumento salarial, promoción de incrementos salariales dignos para los empleados administrativos, inclusión de los empleados administrativos en el escalafón, promoción del pago de bonos, empoderamiento de los agentes, programas de salud mental, aumento del monto para el seguro de vida, beneficios para las familias de los policías asesinados, promoción de ascensos, impulso de un plan de retiro digno, creación de espacios internos para los policías organizados, mejoramiento de las infraestructuras de las delegaciones, compra y distribución de vehículos, establecimiento de planes de protección para los agentes y sus familias así como desarrollo de planes para atención de viudas y huérfanos.
Están por cumplirse los primeros cien días desde que Bukele asumió el poder y, hasta el momento, no ha dado ni un paso por concretar ni uno solo de esos puntos que se comprometió a cumplir.
El aumento salarial, por ejemplo, debe rondar entre el 40 al 50 por ciento del sueldo básico actual para un policía que es de 424.77 dólares mensuales. Es decir: debe aumentar, según el compromiso que firmó Bukele, a entre 624 o 724 dólares mensuales. O también hay agentes que en más de 20 años de servicio nunca recibieron aumento.
“Ese es el planteamiento que hemos tenido y que vamos a mantener porque son doce años de no recibir un centavo de aumento”, dijo Reyes a Diario1.com. Agregó que esto tiene un sentido práctico porque evita que el policía se meta en problema, le motiva a profesionalizarse y evita que se corrompa, entre otros.
Reyes justificó: es cierto que el presidente está amarrado administrando las cosas del Estado con el presupuesto General de la Nación vigente que diseñó el FMLN. Pero hay compromisos que bien pudo echar a andar sin necesidad de un centavo, por ejemplo, los programas de salud mental que los pueden implementar los mismos agentes que son psicólogos.
Hasta el momento tampoco hay planes para resarcir a las viudas y los huérfanos de los 219 policías asesinados entre enero de 2014 y diciembre de 2018.
Los números: 800 huérfanos que necesitarán dinero para sobrevivir, becas. Las viudas también necesitan apoyo pecuniario.
“De todo esto no se ha cumplido nada”, reiteró Reyes.
El presidente es consciente de los señalamientos del representante de los trabajadores policiales. El 28 de abril, después que tres militares y dos policías fueron asesinados, prometió que en su primer día en el poder iba mandar a la Asamblea Legislativa una propuesta integral de protección a los agentes de seguridad.
Hasta el momento todo apunta a que esa propuesta sigue sin haber llegado a las manos de los diputados.
A finales de junio el Ministerio de Hacienda pidió a la Asamblea la reorientación de 15 millones de dólares para la alimentación de los policías y los soldados que trabajan en el Plan Control Territorial.
Los números grandes suenan rimbombantes. Pero la realidad es diferente. Reyes ejemplificó: a los policías que participan en la Fuerza Operativa Conjunta Anticriminal (FOCA) el Gobierno anunció que les había aumentado a 200 dólares el pago para alimentación. Ellos, sin embargo, ya tenían asignados 190 dólares para ese rubro. Es decir: en la práctica solo recibieron 10 dólares extras y después fueron trasladados a ejecutar planes antidelincuenciales de Ahuachapán a San Miguel.
Reyes aseguró que mientras no ejecutan operativos los agentes y los soldados descansan en el suelo en casas recuperadas de la usurpación de pandilleros, sin energía eléctrica ni agua potable, y con los servicios sanitarios colapsados.
“En los primeros cien días (de la administración Bukele) lo que se ha hecho es incrementar el trabajo y no se han mejorado las condiciones”, concluyó.