Desde mediados hasta finales de 2019 la Asamblea Legislativa pagará 226 mil 500 dólares por los alquileres de las oficinas en las que están alojados todos los diputados, y sus respectivos séquitos de empleados, de ARENA y el FMLN.
De acuerdo con información que publicó Diario El Mundo, que obtuvo vía Ley de Acceso a la Información, el costo del arrendamiento de las oficinas de ARENA es de 10 mil dólares mensuales, y el contrato se prolongará durante nueve meses en los locales del Centro Comercial Las Azaleas, en Calle Las Mascotas, San Salvador. En total la Asamblea pagará 90 mil dólares.
El costo mensual del arrendamiento de las oficinas efemelenistas es de 19 mil 500 dólares, ubicadas en la Hacienda San Diego, colonia Escalón, San Salvador. El contrato también vencerá en diciembre del año que transcurre y en total costará al Estado salvadoreño 136 mil 500 dólares.
En la publicación, que firmó el periodista Antonio Soriano, se explica que la fracción del principal partido de oposición tiene 37 diputados y 400 empleados mientras que la fracción del expartido oficial consta de 23 diputados con 206 empleados.
Los dos contratos de arrendamiento entraron en vigor en junio y terminarán en diciembre.
Hasta el momento se sabe que GANA mantiene a sus empleados en la primera planta del edificio de la Asamblea mientras que el PCN trasladó una parte de sus oficinas las llevó a su sede central ubicada entre la 15 Avenida Norte y 3 Calle Poniente, es decir, aproximadamente a dos cuadras del Centro de Gobierno.
El 1 de febrero de este año un sismo de 6.4 grados en la escala de Richter empeoró las fisuras del edificio de la Asamblea provocando grietas en las paredes, desprendimientos de concreto y otros daños que devinieron en la evacuación de los trabajadores y los diputados.
Los daños en el edificio no son nuevos. En marzo del año pasado Norman Quijano, presidente de la Asamblea, dijo en declaraciones a los medios de comunicación que el edificio nuevo es una necesidad para no poner en riesgo “innecesariamente” a los empleados, periodistas y visitas que reciben los diputados.
Esos comentarios fueron acordes con las recomendaciones de, por ejemplo, Jorge Meléndez, entonces director de Protección Civil, que aconsejó alquilar un solo edificio para trasladar al 80 por ciento de los empleados y equipos de la Asamblea.
Hace un año la Junta Directiva de la Asamblea aprobó ocupar 32 millones de dólares para construir un nuevo edificio. Las críticas en contra de los diputados, sin embargo, fueron abundantes. El entonces candidato Nayib Bukele, por ejemplo, los retó a mejor invertir la mitad del dinero en bibliotecas y otros servicios para los ciudadanos; o Miguel Pereira, alcalde de San Miguel, que en su cuenta de Twitter publicó: “Somos un país pobre y las prioridades deben ser otras no un nuevo edificio”.
Como parte de los cuestionamientos, Bukele promovió que el millonario monto que se pretende gastar en el nuevo edificio fuera reorientado con la aprobación del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que es el organismo que está prestando el dinero. Pero la iniciativa fue rechazada.
El actual edificio de la Asamblea fue construido en los años 80 y tiene, como mínimo, 50 puntos débiles que ya no pueden ser reforzados. Tiene el doble de carga de la permitida y cinco veces el máximo de oscilación, por lo que es probable que no soporte un sismo de magnitudes altas.
El contrato de préstamo con el BCIE lo firmó la Asamblea cuando era presidenta Lorena Peña, exdiputada por el FMLN.