La causa contra Jorge Meléndez y Joaquín Villalobos sigue vigente. Está pendiente que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos resuelvan los recursos legales que Juan José y Jorge Dalton presentaron contra ellos por el asesinato de su padre Roque Dalton.
El proceso judicial contra los presuntos responsables del asesinato del poeta inició en el año 2012 cuando la familia Dalton presentó una denuncia en la Fiscalía General de la República (FGR) que entonces era administrada por Romeo Barahona. Los fiscales encargados llevaron el requerimiento al Juzgado Noveno de Paz, entonces administrado por el juez Romeo Aurora Giammattei, actualmente prófugo de la justicia por corrupción.
Pero el juez aceptó sobreseer porque así se lo pidió la Fiscalía. Nunca hubo investigación.
La familia Dalton, sin embargo, insiste en alegar que se trata de un caso de lesa humanidad porque Dalton no fue el único asesinado y desaparecido. Similar a la condena en Estados Unidos contra los culpables del asesinato de San Óscar Arnulfo Romero: se comprobó que durante la Guerra Civil salvadoreña era una práctica sistemática el asesinato de sacerdotes y de otras personas relacionadas con las comunidades eclesiales de base.
“Era una práctica sistemática de desaparecer disidentes de las organizaciones”, dijo Benjamín Cuellar, del Laboratorio de Investigación y Acción Social, en una entrevista radial.
El amparo en la Sala de lo Constitucional argumenta denegación de la justicia. Cuellar no explicó en qué se basa la demanda en la Comisión Interamericana.
Hay evidencias, además, de la auto-incriminación de Joaquín Villalobos y Meléndez en el crimen contra Dalton. Por ejemplo: Villalobos, después de la firma de los Acuerdos de Paz, dijo que el asesinato había sido uno de los peores errores de su vida. En otras entrevistas Meléndez dijo que iba a contarlo todo en un libro.
Dijo, además, que los hermanos Dalton jamás pidieron venganza contra los exlíderes guerrilleros.
“Los Dalton nunca dijeron ‘los vamos a matar’”, comentó.
¿Por qué fue asesinado el escritor con mayor proyección internacional en la época? Porque “pensaba distinto. Estaba y sigue estando prohibido tener pensamiento propio. Pensar y hablar con verdad, con razón, era arriesgado”, explicó.