A cinco días de la toma de posesión del presidente Nayib Bukele, los problemas dejados por las administraciones del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) continúan saliendo a la luz pública. Hospitales descuidados sin medicamentos ni recursos para atender a la población más necesitada, visos de corrupción, una galopante y desesperante ola delincuencial y un desempleo que se ha convertido en una bofetada para la sociedad.
Con su primer presidente de la República prófugo de la justicia, acusado de delitos de corrupción, el FMLN entregará el poder el próximo sábado con sus más bajos índices de apoyo popular. El presidente Salvador Sánchez Cerén, quien no supo ponerse al frente del Órgano Ejecutivo, saldrá por la puerta de atrás de la casa y dejará la primera magistratura con la cola entre las piernas.
Pero quizá haciendo uso de sus otrora tácticas guerrilleras, el gobierno efemelenista sembró varias bombas que el nuevo presidente tendrá que desactivar. Diputados del FMLN y ARENA están buscando aprobar contrarreloj una nueva ley de amnistía. Al parecer la prisa es porque saben que el presidente Bukele la vetaría y Sánchez Cerén, sus compinches, y los de la derecha involucrados en crímenes de lesa humanidad necesitan protección para no ser enjuiciados, según fuentes legislativas.
La noche del pasado sábado, la lluvia develó uno de los problemas que aquejan al país. Las lluvias inundaron varias áreas del Hospital Nacional San Juan de Dios de San Miguel. Tras ver las imágenes de este vergonzoso desastre en redes sociales, Bukele dijo a través de su cuenta en Twitter: “Dejaron nuestro país en ruinas… Qué Dios los perdone”.
Similares imágenes se han visto en otros hospitales, incluso en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), cuyo director, Ricardo Cea, abandonó el barco el pasado viernes. Renunció a su cargo a una semana de que concluya su período.
La administración Bukele, además, tendrá que construir una gobernabilidad democrática con el apoyo de al menos una mayoría simple en la Asamblea Legislativa, donde se espera una férrea oposición de parte de la bancada del FMLN y parte de la fracción de ARENA. Pero los vientos políticos que soplan hacen prever que habrá entendimientos básicos con el Ejecutivo para llevar adelante los proyectos de nación.
La desesperanza en el país es tal que diariamente decenas de salvadoreños arriesgan sus vidas y buscan nuevos horizontes en el extranjero, en especial en Estados Unidos. El reto es comenzar a construir mejores oportunidades y bajar los altos índices de delincuencia. La generación de empleos es vital.
El acto de toma de posesión de Nayib Bukele se llevará a cabo el sábado 1 de junio en la plaza Gerardo Barrios. El joven político pondrá fin a una década de gobiernos del FMLN.
La población tiene puestas sus esperanzas en la nueva era Bukele, de acuerdo con diferentes encuestas. Los desafíos del gobierno que asumirá el uno de junio son enormes.
Se espera que esta semana el presidente electo continúe informando los nombramientos del equipo que lo acompañará. Sin embargo, es posible que la mayoría de personas que ocuparán cargos clave dentro del nuevo gobierno se conozcan hasta el sábado en la tarde cuando sean juramentados.