El Ministerio de Trabajo confirmó que en los últimos meses autorizó la formación de un sindicato en Casa Presidencial. El Sindicato de Trabajadores de la Presidencia de la República (Sitrapres) es uno de los nueve sindicatos que esta cartera estatal autorizó en los últimos seis meses, que coinciden con la campaña electoral y la derrota del todavía partido oficial FMLN en las elecciones del pasado 3 de febrero.
Esto es un hecho sin precedentes, ya que Casa Presidencial era una de las pocas instancias del Ejecutivo que no tenía sindicatos. Nunca había organizado un sindicato en gobiernos anteriores y luego de 10 años de administraciones del FMLN, este partido viene a organizar uno a pocos meses de salir del poder.
Otros sindicatos que se organizaron en el Ejecutivo en los últimos meses están en los Ministerios de Salud y Seguridad Pública, así como en el Instituto Salvadoreño de la Juventud (INJUVE).
Al conocerse la noticia, el presidente electo Nayib Bukele sostuvo que la formación de un sindicato en Casa Presidencial (CAPRES), es una muestra de que el FMLN intenta sacar lo último que pueda del gobierno y colocar al país en una posición de ingobernabilidad.
“Jamás en la historia de El Salvador hubo un sindicato en Casa Presidencial. El FMLN pasó 10 años en el Gobierno y nunca hubo uno, pero crean el sindicato unos meses antes de irse, luego de perder las elecciones. Además de otros sindicatos nuevos en varias instituciones del Estado. Si alguien cree que el objetivo del FMLN no es sacar lo último que puedan y dejar a nuestro país en la ingobernabilidad, debería revisar su objetividad”, fue el mensaje de Bukele en su perfil de Facebook.
Las críticas del presidente electo hacia el FMLN se han intensificado en los últimos días, entre otras cosas debido a la posición que dicha bancada ha tomado en torno al debate por la Ley de Agua. Bukele ha cuestionado que en realidad el FMLN no se opone a una posible privatización del agua y que se debió aprobar la Ley cuando el partido de izquierda tenía una correlación favorable en la Asamblea Legislativa.
De la misma forma, Bukele ha lamentado la iniciativa que tanto FMLN y ARENA tomaron para aprobar un incremento de 2% en la partida presupuestal asignada a las alcaldías a través del Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los Municipios (FODES).
Tanto el presidente electo como otras instancias nacionales e internacionales han sostenido que el incremento al FODES es una medida inviable, ya que podría comprometer la estabilidad fiscal del próximo gobierno.
Días después de ganar la presidencia, Bukele denunció que en algunas instancias de gobierno habría funcionarios detrás de una serie de maniobras para mantenerse en el gobierno, ante la inminencia de la salida del FMLN del poder. También señaló que había personas contratadas en la actual administración que estaban cambiados sus plazas a Ley de salarios, con tal de asegurar su permanencia en el próximo quinquenio.
Debido a estos señalamientos, el presidente electo indicó lamentó que el gobierno no estaba poniendo de su parte para realizar una transición ordenada y transparente, a lo que respondió el gobierno con un comunicado, en el que prohibió las contrataciones y el cambio de plazas en lo que queda de gestión.
Los desencuentros entre Bukele y el actual gobierno alcanzaron otro nivel el pasado martes, cuando el presidente electo anunció en su cuenta de Twitter que Cancillería había suspendido una reunión con su equipo de traspaso de mando, para ver los pormenores del acto de toma de posesión del 1 de junio.
Esto, agregó Bukele, ponía en riesgo la realización del tradicional acto del 1 de junio y recalcó que “Ni ARENA trató así al FMLN”. A esto, el gobierno reaccionó con otro comunicado, en el que negó que había suspendido la referida reunión y que continuarán reunidos para evaluar los pormenores del traspaso de mando presidencial.