Juan Valiente está al lado de Juan Samayoa, sonriente y con los brazos cruzados, escuchando con atención a su vecino. Una sonrisa de complicidad se dibuja en su rostro. A lado izquierdo está su colega Francisco Merino. En derredor hay otras personas. Algunas visten traje formal y otras usan sombrero.
Están en una oficina. Arriba de Juan Samayoa hay un enorme retrato que parece ser de él. Es una reunión distendida. Amena. El ambiente es de confianza.
¿Qué hacía Juan Valiente reunido con el ahora prófugo de la justicia Juan Samayoa? ¿Cuál era el motivo de la reunión? ¿Por qué accedió Juan Valiente, un hombre que mientras fue diputado se vendió como un político diferente, a reunirse con un personaje señalado como cabecilla de un cártel de la droga?
Juan Valiente incursionó en la política en 2015, cuando lanzó su candidatura como diputado por San Salvador con el partido ARENA. Su lema de campaña fue “Un político menos”. Aseguró estar alejado de la forma tradicional de hacer política.
Y ese fue su discurso durante los tres años que estuvo en la Asamblea Legislativa. A veces se le vio disentir con la posición de su partido, sobre todo a finales del año pasado, cuando le vetaron a su candidata suplente por cuestiones ideológicas.
Fue entonces que Juan Valiente decidió renunciar a la reelección. Lo respaldó su colega Johnny Wright Sol. Su imagen política tuvo un salto de grandes dimensiones, porque parecía que su discurso estaba acorde a sus actos.
Pero, ¿por qué un funcionario que dice ser probo se reúne tranquilamente con un hombre que tiene un historial delictivo bastante amplio y con un colega diputado que también tiene una hoja de vida bastante manchada?
El fugitivo Samayoa
Juan Samayoa tiene un largo historial delictivo. Informes de inteligencia policial indican que en los años ochenta estuvo involucrado en el contrabando de mercadería.
A mediados de los años noventa comenzó a comercializar granos básicos. Fundó, junto con José Adán Salazar, alias Chepe Diablo, la empresa Agroindustrial Gumarsal. Su patrimonio había crecido aceleradamente. Eso levantó sospechas. Las autoridades policiales comenzaron a darle seguimiento a sus negocios.
A finales de los años noventa se metió a la política. Primero fue concejal de la alcaldía de Metapán por ARENA, pero luego abandonó ese partido. Para las elecciones municipales del 2006, Samayoa disputó la alcaldía cobijado por la bandera del PCN.
En 2011, el periódico digital El Faro reveló que Juan Samayoa era uno de los cabecillas del Cártel de Texis, una organización de crimen organizado que opera en el occidente del país. Pese a esa publicación y a los tres informes policiales existentes, las autoridades no hicieron nada por judicializar el caso.
Un año antes, Samayoa había ganado por segunda vez consecutiva las elecciones municipales en Metapán. Se jactaba de no haber hecho campaña política para el segundo período: decía que su primera gestión hablaba por sí sola.
En el año 2014, la Fiscalía General de la República (FGR) lo acusó por el delito de evasión de impuestos. Al final, Samayoa decidió pagar $1 millón para saldar cuentas y quedó libre de cargos.
En abril del año pasado, la Fiscalía ordenó su captura por el delito de lavado de dinero. Sin embargo, cuando los policías montaron el operativo para capturar a Samayoa, este ya se había escapado. Actualmente sigue prófugo de la justicia.
El diputado “Chico” Merino
Francisco Merino es un cuestionado diputado. Fue vicepresidente de la República de 1989 a 1994. A inicios del milenio, Merino fue capturado en estado de ebriedad luego de disparar y lesionar a una agente policial.
Ha sido señalado por sus vínculos con narcotraficantes y por defender a prófugos de la justicia. Se ha constituido, por ejemplo, como el más férreo defensor de Juan Samayoa, un prófugo de la justicia que está siendo procesado por lavado de dinero. Esos apoyos públicos perjudican al PCN.
Los intereses políticos los unen. Merino es diputado por el PCN desde el año 2000 y Samayoa era alcalde de Metapán hasta que fue acusado por lavado de dinero.
En un primer momento, Merino representó el departamento de San Miguel. Pero, desde 2006, ocupa una curul por el departamento de Santa Ana. Ese mismo año, Juan Umaña Samayoa ganó su primer período como alcalde de Metapán.
El posicionamiento de Merino como diputado por Santa Ana se debe en gran parte al apoyo financiero y logístico de parte de personajes como Juan Umaña Samayoa e incluso de José Adán Salazar, conocido como Chepe Diablo, quien también está siendo procesado por lavado de dinero. Ambos señalados como cabecillas del Cártel de Texis por el periódico digital El Faro.
En abril del año pasado, cuando la Fiscalía General de la República (FGR) ordenó la captura de Juan Samayoa, el diputado Merino salió a las calles a protestar y a respaldar a su amigo.
Aseguró que la Fiscalía se estaba equivocando, que su amigo era un hombre honrado y trabajador, que todo se trataba de una novela elaborada por algunos medios de comunicación.
Merino habló sobre la presunción de inocencia. Pidió que no se hicieran juicios anticipados o mediáticos para Juan Samayoa, pues este aún no había sido condenado en un tribunal de justicia.
Samayoa, quien se encuentra prófugo de la justicia desde abril del año pasado, y cuya difusión roja no aparece en el sitio web de Interpol, relata en el video que cuando ganó la alcaldía de Metapán, en el año 2006, invitó al entonces diputado Ciro Cruz Zepeda para que buscara una curul por Santa Ana, pero que no aceptó. Por eso le hicieron la propuesta a Merino y este aceptó.
Agregó que fue Dios quien le mandó a Francisco Merino para que trabajaran de la mano en el occidente del país. En seguida pidió que lo apoyaran en las próximas elecciones legislativas.
En abril del año pasado, el diputado Francisco Merino reconoció, en una entrevista con El Salvador Times, que parte de la campaña de su partido fue financiada por la empresa Gumarsal, fundada por José Adán Salazar, Juan Samayoa y Wilfredo Guerra en 1997.