Gerson Martínez, el candidato presidencial ungido por la cúpula efemelenista, es uno de los grandes perdedores de las pasadas elecciones municipales y legislativas, de acuerdo con analistas políticos.
A diez meses para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) sufrió una derrota electoral que lo puso en una posición muy débil ante su principal contrincante, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
A Gerson Martínez ya no se le ve tan envalentonado. Tras los comicios del 4 de marzo salió a pedir una renovación de la dirigencia del partido. “Se debe desarrollar un proceso de renovación, apertura, enraizamiento con nuestro pueblo. Realizar cambios en su modelo de partido y conducción priorizando en la formación intensiva de la juventud”, dijo Martínez a través de un video en su cuenta oficial de Facebook.
Sin embargo, a dos semanas de las elecciones todo parece indicar que lo habrá cambios en la cúpula roja y que en el gabinete posiblemente solo se produzca un reciclaje de funcionarios y continuará la rueda de caballitos, moviendo gente de un lugar a otro y abriendo espacios a los candidatos que no ganaron una curul en la Asamblea Legislativa o en las alcaldías.
La mayoría de salvadoreños considera que el país va por el rumbo equivocado, según diferentes encuestas. Eso se reflejó en las urnas. El partido oficial fue reducido al mínimo en su representación legislativa, perdió el control de la Asamblea Legislativa y la mayoría de alcaldías, incluyendo la más importante, la de San Salvador.
En medio de este descontento popular, que incluye el rechazo al nepotismo que tanto criticaba el FMLN cuando era oposición, Gerson Martínez tendría cuesta arriba su camino hacia la presidencia. Incluso algunos analistas sostienen que Martínez podría declinar a la candidatura.
Mientras tanto, ARENA se podría embarcar en un pleito interno por la candidatura presidencial. No entre las bases, porque estas actúan conforme les indican, sino entre los sectores que apoyan a los precandidatos presidenciales. Además, muchos han interpretado mal los resultados electorales y creen que la gente les ha dado un premio porque están haciendo bien las cosas.