Furioso. Así reaccionó el pasado lunes el expresidente Mauricio Funes tras conocer que la Sala de lo Constitucional había rechazado una la solicitud de hábeas corpus que lo favorecía. El amparo fue solicitado por el abogado Herbert Danilo Vega Cruz.
El abogado pidió a la Sala determinar si existe una amenaza real a la restricción de libertad que justifique el asilo político del expresidente Funes, quien se encuentra en Nicaragua tras denunciar que en El Salvador su vida corre peligro. Sin embargo, la Sala indicó que el planteamiento realizado por el abogado no evidencia una amenaza contra la libertad o integridad física del exgobernante salvadoreño.
Funes se encuentra asilado en Nicaragua desde septiembre del año pasado. Su salida del país coincidió con una serie de allanamientos que dirigió la Fiscalía General en varias de sus residencias. Los fiscales comenzaron a investigar al exmandatario por delitos de corrupción.
Pero cuando los fiscales irrumpieron en las viviendas de Funes, este ya no se encontraba en el país. Se había refugiado en Nicaragua. En un primer momento negó estar asilado. Aseguró que estaba cumpliendo un contrato de trabajo. Las cosas no andaban bien. Las sospechas crecían.
Días antes, el periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro cuestionaba en El Imparcial al gobierno de Daniel Ortega por proteger a señalados por corrupción: Chamorro se había encontrado con Funes en un supermercado; para su sorpresa, observó que dos agentes de seguridad del gobierno de Nicaragua custodiaban al exmandatario salvadoreño.
Funes siguió negando su asilo. Pero días después, el Secretario de Comunicaciones, Eugenio Chicas, publicó un documento donde el gobierno de Ortega le otorgaba asilo político a Mauricio Funes. Más tarde, altos dirigentes del FMLN reconocieron que ellos mismos le habían aconsejado irse del país. Fue entonces que Funes ya no pudo negar su condición de asilado.
Una caja de sorpresas
En El Salvador las cosas estaban movidas: había un terremoto político. Funes había sido quien, dos años antes, acusó de haber cerado una red de corrupción al expresidente Francisco Flores. Ahora era él quien estaba siendo cuestionado por una cadena de irregularidades.
El 19 de agosto de 2016, la Fiscalía allanó la de la vivienda número 76 de la calle Xochiquetzal en Urbanización Cumbres de Cuscatlán, Antiguo Cuscatlán, fueron encontradas al menos 80 armas, la mayoría de las armas serían de colección.
Además, los allanamientos de la Fiscalía se habían mediatizado: los fiscales filtraron fotografías en redes sociales donde se evidenciaban las condiciones suntuosas en las que residía Funes. Entre los objetos encontrados en la vivienda estaban pinturas valoradas en más de $43,000. También hallaron 74 pares de zapatos valorados entre $800 y $2,000 cada par. Todo eso era revelador.
Otro de los hallazgos fue un documento sobre un préstamo por $700,000, que, según la Fiscalía, el expresidente Funes otorgó al empresario Miguel Menéndez. Las contradicciones se agudizaban: el salario de un presidente de la República no alcanza para ese tipo de lujos.
El secretario general del FMLN, Medardo González, trató de detener la avalancha de críticas hacia su partido y reconoció que Funes mantenía una vida de lujos. Sin embargo, negó que dichos privilegios estuvieran acorde con la filosofía de su partido. Otra vez, el FMLN se alejaba de Funes.
Colección de relojes y otros lujos
La revista Factum publicó, en febrero del 2016, que cuando Funes aún era presidente de El Salvador gastó 10 mil 041 dólares en solo dos días en la tienda Ferragamo de Bal Harbour, Miami, Estados Unidos. “Esto correspondía a entre 6 y 10 zapatos, dependiendo del costo por cada par, que, según el catálogo online, va de los 695 a los 1 mil 900 dólares”.
“Salvatore Ferragamo es una marca chip de zapatos, vestidos y accesorio, fundada en los años 20 por un zapatero de Florencia, Italia. Para 1934, la empresa se había mudado a California, desde done no paró de expandirse y terminó de convertirse en favorita de luminarias del cine como Marilyn Monroe”, agrega la publicación de Factum.
Diario1, por su parte, articuló en una nota periodística una serie de fotografías del expresidente Funes donde este aparecía, en distintos escenarios, con diferentes relojes de lujo. La colección de relojes tendría un valor total de $181,250.
Entre otras cosas, Elfaro.net publicó una investigación donde exponía una cadena de favores realizados durante la administración de Funes. Uno de los favorecidos era Miguel Menéndez, conocido como Mecafé, hombre de confianza del exmandatario, quien, por otra parte, en un video revelado por Diario1, se observa donde le entrega un paquete al exfiscal Luis Martínez, que, se presume, es dinero. El Faro también publicó que Mauricio Funes realizó más de 80 viajes durante su presidencia, algunos los hizo en aviones privados y están catalogados como de turismo.
Asimismo, en febrero de 2017 circuló en redes sociales una fotografía en la que se observa a Mauricio Funes en un jeep mientras el empresario Enrique Rais lo graba con un teléfono móvil. Algunos dicen que ese vehículo se lo obsequió el ahora prófugo de la justicia al expresidente como parte de las dádivas que este recibía.
Por todas estas irregularidades Funes es investigado civil y penamente en El Salvador. En 2016, la Fiscalía General lo acusó por no poder justificar ingresos por más de $728,000 durante el período presidencial 2009-2014 en su declaración de bienes. Funes no quiere regresar a El Salvador. No quiere protección de la Sala de lo Constitucional. No quiere enfrentar físicamente el juicio civil.