El estado de salud del presidente Salvador Sánchez Cerén continúa manejándose como un secreto de Estado. Y el hermetismo ha comenzado a generar una serie de especulaciones sobre qué enfermedad padece el mandatario, quien viaja frecuentemente a Cuba a realizarse “chequeos médicos”.
En diciembre de 2014, el presidente salvadoreño asistió a la XXIV Cumbre Iberoamericana que se realizó en México. Pero solo estuvo unas horas y fue trasladado a El Salvador por quebrantos de salud.
En esa ocasión, la secretaría de Comunicaciones dijo que Sánchez Cerén sufrió una “leve descompensación de salud” y luego viajó a Cuba, “con el fin de adelantar su revisión médica periódica, la cual se está llevando a cabo con toda normalidad”.
Durante la emergencia que se suscitó por el enjambre sísmico en el área metropolitana de San Salvador y alrededores, durante la Semana Santa, el presidente se encontraba en Cuba. “Ante la situación de alerta que ha vivido nuestro país en los últimos días, tomé la decisión de suspender un chequeo médico de rutina que realizaba en Cuba y regresé al país este miércoles”, afirmó el mandatario.
El vicepresidente Óscar Ortiz y un grupo de funcionarios no supieron lidiar con los cuestionamientos generados en este aspecto, y no fue hasta que el mismo presidente asumiera la situación, que las cosas no pudieron ser aclaradas.
El estado de salud de Sánchez Cerén ha comenzado a generar un debate entre los políticos.
Tras las vacaciones de Semana Santa, los diputados de la Asamblea Legislativa regresaron a sus funciones con muchos temas en el tintero, pendientes de ser discutidos. En medio de la apretada agenda de temas, algunos dirigentes políticos no perdieron ocasión para referirse a la salud del presidente Salvador Sánchez Cerén.
El jefe de fracción del partido PCN, Mario Ponce, aseveró que el presidente “viaja seguido” a Cuba a realizarse diálisis, debido a un supuesto problema renal. Esas declaraciones le granjearon al legislador una no pequeña cantidad de críticas, sobre todo de quienes le hicieron ver que un tratamiento de diálisis es más frecuente y no se puede hacer efectivamente con varios meses de diferencia.
Pero las principales críticas vinieron por parte de la fracción legislativa de ARENA y de diputados como Norman Quijano, quien cuestionó que “solo en regímenes totalitarios” se oculta el estado de salud de un jefe de Estado.
ARENA también cuestionó que el mandatario decida tratar sus dolencias en el extranjero y no abastecer lo suficiente al sistema público de salud. El galeno y diputado arenero Orlando Cabrera Candray, reprochó que Sánchez Cerén no elija Bienestar Magisterial o el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) para su tratamiento.
Como es costumbre en este caso, tanto el gobierno como el FMLN no se han pronunciado oficialmente. En declaraciones a medios de prensa, la diputada efemelenista Nidia Díaz sostuvo que “no le conoce alguna enfermedad al presidente Sánchez Cerén”.
Sin embargo, otros políticos sostienen que el mandatario padece dos enfermedades.