Luis Rodríguez, especialista en innovaciones públicas y rediseño de ciudades sostenibles, asegura que la mayoría de ciudades en El Salvador excluyen a sus habitantes.
Una ciudad se mide por lo que gente puede hacer gratis en ella. Y de esa manera la ciudad lograría convertirse en un atajo a la equidad y a la calidad de vida de los habitantes, dice Rodríguez, quien también considera que se debe fomentar la capacidad de las mujeres de generar ingresos y recursos propios a partir del acceso al trabajo remunerado en igualdad de condiciones.
A su juicio, ¿las ciudades en El Salvador son incluyentes o excluyentes?
Cada ciudadano debe preguntarse si tiene acceso a las artes y a educación cultural en su ciudad, a los espacios públicos, a que las personas con discapacidad puedan transitar libremente y de forma segura en una ciudad, a que los runners y los ciclistas corran en áreas y circuitos seguros, a que las empresas tengan lugares para capacitar a su gente, a que codiseñen con su ciudad portafolios de estrategias para inversiones, con espacios de “start up” para que los emprendedores.
Desde esa perspectiva, la mayoría de las ciudades del país promueven la exclusión. Hasta el momento, muy pocas como San Salvador, Santa Tecla y San Miguel han empezado procesos de inclusión, algunos en fases muy tempranas, algunas con algunos avances notables en unas áreas.
¿Hablamos que una ciudad tiene que ofrecer todo gratis para sus habitantes?
No hablamos de que la ciudad dé cosas gratis, eso es un enfoque que no es sostenible. Hablamos de que las ciudades tienen la obligación de darte espacios u oportunidades gratis. Por ejemplo, un área de sano esparcimiento para la familia. Actualmente si una familia quiere divertirse en un ambiente seguro para sus hijos debe de recurrir a ir un centro comercial y eso implica gasto; por lo tanto, es excluyente para la gran mayoría.
¿Qué importancia tiene la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres en este aspecto?
Las mujeres son el sector más importante del país. Las ciudades deben promover o fomentar la capacidad de las mujeres de generar ingresos y recursos propios a partir del acceso al trabajo remunerado en igualdad de condiciones, considerando el uso del tiempo y la contribución de las mujeres a la economía.
Las alcaldías tienen totalmente olvidadas a las mujeres. Creen que con cursos de panadería o de cosmetología están abordando de manera integral a ese sector.
¿Cuál sería el primer paso para lograr esa igualdad?
Esa autonomía es clave, ya que se puede generar un pilar fundamental para superar la pobreza. Es urgente crear espacios para que puedan capacitarse, acceder al mercado laboral, desarrollarse profesional y personalmente, para que ellas participen de manera activa en la vida social y política, para que logren sus aspiraciones.
No hablo de darle cosas a nadie, hablo de crearles espacios, estrategia, condiciones.
¿Por qué los gobiernos locales no han hablado hasta ahora de ciudades inclusivas?
En este país, hay gestiones municipales de 20 o 30 años que creen que un buen gobierno local es dar partidas de nacimiento en media hora, recoger la basura a tiempo y poner seguridad del CAM en el parque central del municipio. Son visiones obsoletas, que ya están lejos de suplir las necesidades de los ciudadanos.
Hay personas en muchos sectores que viven encerradas, que urgen espacios de convivencia e integración de buen nivel, diseñados y adaptados a las condiciones de cada zona. La utilización de espacios públicos externos implica a los ciudadanos gastos; es por eso que las colonias y comunidades más vulnerables deberían de tener los mejores parques y la mejor insfraestructura porque las familias no pueden pagar esa calidad de vida.
¿Hay posibilidades de cambiar esta situación?
La posibilidad la tienen los mismos ciudadanos, de escoger gestiones locales con visiones a largo plazo, con propuestas innovadoras sostenibles.