El presidente de la Asamblea Legislativa, Guillermo Gallegos, dijo este martes que no se puede dialogar con terroristas, en alusión a la pretensión de cabecillas de pandillas de entablar conversaciones con el gobierno.
Hace algunas semanas, voceros de la Mara Salvatrucha (MS) ofrecieron al gobierno la instalación de una mesa de diálogo para buscar una salida a la ola delincuencial que afecta al país y que contempla, incluso la desarticulación de dicha agrupación calificada como terrorista por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
A esta postura, el presidente de la Asamblea Legislativa, Guillermo Gallegos, señaló que “no se puede hablar de paz o diálogo con un terrorista”. Además, adjudicó a esos grupos delincuenciales la autoría a los principales problemas delincuenciales que azotan al país.
Voceros gubernamentales y líderes del partido oficial también han expresado su negativa a dialogar con las pandillas. “Ningún trato, ninguna negociación, ningún acuerdo con grupos criminales”, enfatizó Eugenio Chicas, secretario de Comunicaciones de la Presidencia.
En enero de 2014, Diario1 publicó el pacto entre líderes de pandillas y representantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), para que grupos delincuenciales apoyaran con votos e intimidaciones a los simpatizantes del partido ARENA, en las elecciones presidenciales que llevaron al Ejecutivo a Salvador Sánchez Cerén y Óscar Ortiz.
Las insinuaciones sobre una negociación entre el gobierno y las pandillas vuelven a resurgir a raíz de la propuesta lanzada por la MS de buscar una solución integral a la problemática delincuencial que atraviesa el país, en el que piden mecanismos reales para brindar a sus integrantes mecanismos de reinserción a la sociedad.
Ante estas declaraciones la Iglesia Católica, por medio del arzobispo auxiliar, Gregorio Rosa Chávez, ha mostrado su interés de ser parte mediadora, poniendo como antecedente histórico la intervención realizada durante el conflicto armado y que llevó a firmar la paz, posterior a 12 años de conflicto armado en la década de los 80.
El diputado Gallegos, no obstante, calificó de «mal gusto» pedir mediar por las pandillas, ya que “nadie puede estar abogando por pandilleros que cometen tantos delitos a diario”.