El Salvador es percibido como un país más corrupto que el año anterior, según el Índice de Percepción que desarrolla cada año Transparencia Internacional. Los 36 puntos que recibió de nota el país, le valen para compartir el puesto 95 de 180 países, junto a naciones como Argentina en América Latina, Benín en África; así como Maldivas y Sri Lanka, en Asia.
Dicho estudio, encargado a organismos bancarios, así como empresas y tanques de pensamiento, entre los que se encuentran distinguidas universidades, es realizado cada año desde 2002, primero empezando a dar calificaciones con escalas del 0 al 10, y ahora del 0 al 100.
De evaluar a 102 países, Transparencia Internacional ahora incluye en su estudio a 180. En todas las evaluaciones, El Salvador ha obtenido calificaciones por debajo de la media, probando que la percepción que da el país ante el mundo en materia de Transparencia, no ha dejado de ser deficiente.
Cuando los estudios comenzaron a publicarse, en 2002, El Salvador obtuvo en la primera evaluación una calificación de 3.4, lo que puede tomarse como 34 puntos para los estándares actuales. Esto ha sido la nota más baja alcanzada por El Salvador históricamente y la cual repetiría en las evaluaciones de 2009 y 2011.
Las evaluaciones más altas las obtuvo en 2004 y 2005, los primeros dos años de la administración del presidente Elías Antonio Saca, hoy juzgado por actos de corrupción. En dichos años, la percepción de corrupción en el país alcanzó una nota de 42.
Llegaron desde 2009 los gobiernos de izquierda y con ellos la Ley de Acceso a la Información Pública. No obstante, esos elementos no ayudaron a que El Salvador mejorara su percepción de corrupción, manteniéndose estancado con notas que no superan los 40 puntos.
Los últimos tres años han sido marcados por el procesamiento de expresidentes por actos de corrupción, co0mo el fallecido Francisco Flores y Elías Antonio Saca; además de la reactivación de la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que trajo consigo el enjuiciamiento civil por supuesto enriquecimiento ilícito del expresidente Mauricio Funes, y la condena obtenida contra el exdirector del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), Leonel Flores.
Asimismo, funcionarios en ejercicio activo están siendo investigados por indicios de enriquecimiento ilícito, por la Sección de Probidad del Órgano Judicial.
Ante estos datos, el gobierno ha esgrimido el mismo argumento: Que esta percepción proviene de empresa y corporaciones y que no proviene de la gente. El pasado miércoles, el secretario de Transparencia y Anticorrupción, Marcos Rodríguez, defendió los esfuerzos gubernamentales en materia de combate la corrupción y trató de explicar la baja calificación de El Salvador.
“En sencillo: se ha transparentado la corrupción. Cuando eso sucede mientras no se resuelve, no se aumenta confianza”, dijo en conferencia de prensa Marcos Rodriguez, agregando que el índice no dice cómo va la lucha contra la corrupción por parte del Estado, la cual se encargó de resaltar.