La estructura de narcotráfico Cártel de Texis aportó más de un millón de dólares a la campaña de Mauricio Funes a través del movimiento “Amigos de Mauricio Funes”, según un testigo que entrevistó la División Élite contra el Crimen Organizado (DECO) de la Policía Nacional Civil (PNC).
“Los Cáceres, representando al movimiento Amigos de Mauricio Funes, se reunieron con Juan Samayoa en la ciudad de San Salvador. El día de la reunión, el Ing. Arturo Magaña le pidió que llevara al alcalde Juan Samayoa” a un centro comercial de Antiguo Cuscatlán. Ahí acordaron que “la estructura criminal encabezada por Juan Samayoa y Chepe Diablo aportarían a la campaña del entonces candidato Mauricio Funes más de un millón de dólares en publicidad y propaganda (camisetas y propaganda impresa) que ingresaron de contrabando desde Guatemala”, dijo el testigo a la DECO.
Adicionalmente a esa ayuda, a título personal, Chepe Diablo hizo una donación en efectivo de 250 mil dólares al movimiento de Mauricio Funes, agregó.
De ganar las elecciones, Funes se había comprometido a “recompensar el aporte” dando al ingeniero Arturo Magaña la presidencia del ISTA (Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria), añadió.
La transparencia de las donaciones que reciben los partidos políticos para las elecciones es una de las exigencias de la Ley de Partidos Políticos, ya que anteriormente el financiamiento que reciben algunos partidos se prestaba a comprometer la voluntad de los políticos.
La revelación del testigo, quien rindió su declaración ante la DECO el 15 de febrero de 2016 −a la cual Diario1 tuvo acceso− podría ser la explicación del porqué Mauricio Funes nunca presionó como presidente a las instancias policiales, fiscales y judiciales para que se investigara al Cártel de Texis. Además, la Fiscalía General de la República (FGR) recibió ese informe el 29 de marzo de 2016.
El pasado 19 de septiembre, el ex agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés), Danny Dalton, denunció durante una entrevista concedida al canal 33, que el expresidente Funes recibió durante su campaña presidencial, donaciones de Adán Salazar “Chepe Diablo”, presunto líder del Cártel de Texis, estructura criminal que controla el trasiego de droga desde el occidente del país.
Actualmente, el exmandatario se encuentra asilado en Nicaragua con protección por parte del gobierno de Daniel Ortega, debido a que, según él, existe un plan de grupos de derecha para atentar contra su vida y sus familiares.
El primer presidente del FMLN es investigado por la Fiscalía General de la República (FGR) por los delitos de malversación, peculado, enriquecimiento ilícito y negociaciones ilícitas.
Funes coincidió en su período con Luis Martínez, exfiscal general de la República y a quien Dalton también ha señalado por cooperar con el Cártel de Texis, de 2013 a 2014. Dalton también señala que el exfiscal omitió la investigación contra Chepe Diablo.
José Adán Salazar es el único salvadoreño designado por el gobierno estadounidense como capo internacional de la droga. El presidente Barack Obama lo agregó a la lista kingpin el 31 de mayo de 2014.
La decisión del presidente Obama se basó en los reportes de la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC), una dependencia del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, lo cual surge de un largo seguimiento contra el empresario, además que abre la puerta para que diversas empresas estadounidenses le den persecución, al igual como lo han hecho contra otros capos de la droga en países como México.
Chepe Diablo empezó siendo cambista de dinero en la frontera de El Salvador y Guatemala, a inicio de los años 90, hasta convertirse en un fuerte empresario en el mercado de granos básicos y bienes inmuebles como hoteles y gasolineras.
Este hombre, quien llegó a ser el presidente de la Liga Mayor de Fútbol salvadoreño, es señalado además de tener una sociedad desde hace 16 años con el vicepresidente Oscar Ortiz, sobre la cual el vicemandatario dice que ya lleva varios años de estar inactiva.
Según un informe interno de uno de los jefes de la Unidad Especial de Investigación con relación al lavado de dinero y narcotráfico de la Fiscalía, el cual iba dirigido al exfiscal Martínez, advertía sobre la prueba indiciaria que las auditorías y las investigaciones efectuadas a Chepe Diablo, a sus socios más cercanos y a sus empresas indicaban lavado de dinero proveniente de actividades que los investigados habiendo tenido amplia oportunidad de justificar nunca pudieron justificar el origen lícito de las cifras millonarias no declaradas encontradas en sus cuentas bancarias.
Informes de inteligencia de la Policía Nacional Civil (PNC) apuntan a que Salazar fundó dicho cartel junto a personalidades del mundo empresarial local como Juan Umaña Samayoa, actual alcalde de Metapán y Roberto Herrera, apodado “El burro”, quien cumple una condena en prisión por delitos de crimen organizado. Estos personajes se habrían aliado para dicho propósito con diputados, policías, alcaldes y pandilleros de la zona noroccidental de El Salvador, de acuerdo con una investigación del periódico digital El Faro.
El 8 de abril del 2014, la Unidad Especializada contra el Crimen Organizado de la Fiscalía ordenó el allanamiento de 17 inmuebles propiedad de Salazar Umaña, Umaña Samayoa y Wilfredo Umaña Guerra, presidente de Gumarsal, entre estas varios hoteles, empresas, sociedades y viviendas, tras haberlos vinculados a una investigación por evasión de impuestos, y lavado de dinero y activos.
Entre los locales allanados figuró el Hotel Capital, hoteles Tolteca y San José; tres despachos contables, la empresa GUMARSAL, gasolinera Bolívar e inmuebles ubicados en residencial Cumbres de Esmeralda y Joya de la Montaña.
Esta investigación logró determinar que la empresa Agroindustrias Gumarsal evadió 1 millón 135 mil 809 dólares en impuestos. Por lo que Umaña Guerra y Umaña Samayoa fueron declarados culpables por dicha evasión, pero, para evitar la cárcel, se acogieron al beneficio de pagar la mencionada cantidad.
De acuerdo con una publicación del rotativo estadounidense El Nuevo Herald de Miami, el dinero de Adán Salazar ayudó a infiltrar instituciones estratégicas de la justicia y del control financiero de El Salvador para extender y proteger su emporio criminal de “blanqueo” de capitales con millonarias inversiones en rubros energéticos, turísticos y agropecuarios.
Una investigación de dicho diario sostiene que Chepe Diablo estableció estrechos contactos con autoridades de alto rango del gobierno del presidente Mauricio Funes, quien gobernó desde 2009 hasta 2014, en las instancias ejecutivas estatales de las contralorías financieras, bancarias y hacendarias, con lo que evitó ser perseguido y encarcelado e intentó blindar su entarimado empresarial mafioso. Las maniobras habrían ocurrido a espaldas de Funes.