Corría septiembre de 2010 y la presidencia de Mauricio Funes Cartagena llevaba más de un año. Con el éxito de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) en Guatemala, lanzada en 2007, pero ideada un año atrás, casualmente en el contexto del asesinato de tres diputados salvadoreños al Parlamento Centroamericano que iban en su ruta a Guatemala, el entonces presidente Funes habló de emular la experiencia del ente internacional con jurisdicción investigativa penal en el país vecino.
Para 2010, un Funes que no había adoptado las guayaberas como vestimenta de conveniencia, hablaba de infiltración del crimen organizado en la institucionalidad y de su intención de traer una especie de CICIG a la realidad salvadoreña. Pasaron casi dos años para que el entonces presidente volviera a hablar de infiltración criminal en las instituciones del Estado, y lo hizo, aprovechando el marco de un discurso del Día de la Independencia.
Hoy Funes, quien fue el principal instigador de una investigación contra el expresidente Francisco Flores, por la desaparición de donativos otorgados por el gobierno de Taiwán, enfrenta su propia investigación por delitos de corrupción, la cual considera como una persecución política y que le ha servido como argumento para conseguir el asilo del gobierno de Nicaragua.
En junio de 2015, Funes se desdijo de su discurso de infiltración criminal en las instituciones encargadas de combatir el hampa, y aseguró que la institucionalidad “estaba funcionando”. Esto, solo tres semanas después que Thomas Shannon, consejero del Departamento de Estado de EUA, sugirió la creación de una institución en El Salvador similar a la CICIG guatemalteca.
Esto hizo que un sector de la sociedad civil y generadores de opinión en redes sociales, alzaran su voz en solicitud de lo que denominaron “CICIES”. Después de haber corrido mucha agua en el rio, estas súplicas parecen, de alguna forma, haber sido atendidas.
El fiscal general Douglas Meléndez anunció el miércoles pasado la creación de una Unidad Anti Impunidad, la cual entraría en vigor en octubre, y que estará compuesta por fiscales especializados que atenderán casos trascendentales.
“Estamos hablando de una unidad plurifuncional, con fiscales de todas las unidades que se dediquen a trabajar ciertos casos”, dijo Meléndez el pasado 15 de septiembre, agregando que dicha unidad funcionaría con “fondos propios”, aunque dice estar abierto a recibir apoyo por parte de gobiernos extranjeros.
Este apoyo internacional ya sería una realidad a juzgar por una foto que subió a su cuenta de Twitter el embajador de Gran Bretaña en El Salvador, Bernhard Garside, junto al fiscal Meléndez y a otros embajadores acreditados en el país, entre quienes destaca la embajadora estadounidense, Jean Manes.
https://twitter.com/HMAGarside/status/776168414565969924
“Por la naturaleza de ciertos casos, es bueno que un grupo especial de fiscales trabajen en torno a ellos”, añadió el fiscal, sin precisar de qué casos habla.
Pese a no querer precisar los casos en los que puede inmiscuirse esta unidad especial, desde que tomó las riendas de la Fiscalía General, Douglas Meléndez ha sacado a luz complicados casos como la red de corrupción y privilegios que tuvo lugar en los centros penales durante la tregua entre pandillas (2012-2014), o la llamada Operación Jaque”, que dejó al descubierto el entramado financiero que sostiene a la pandilla MS.
Pero además tocó fibras de poder político y económico con las investigaciones contra su antecesor, Luis Martínez, quien es acusado de omitir investigaciones que involucran al empresario Enrique Rais en una red de favores legales a cambio de dádivas; de la misma forma se encuentra investigando supuestos delitos de corrupción cometidos que habría cometido el expresidente Mauricio Funes durante su mandato.
La apuesta de la Unidad Anti Impunidad es grande por parte de Meléndez, algo inédito respecto ante sus antecesores, y surge en una coyuntura en la que el fiscal general ha denunciado “clicas” dentro del Órgano Judicial, y en la que reclama mayor presupuesto para hacer frente a los compromisos de estar al frente del Ministerio Público, en cuya gestión ha removido una considerable cantidad de fiscales que en la administración de Luis Martínez eran “hombres de confianza”.
Sobre la creación de la Unidad Anti Impunidad, el secretario de comunicaciones de la Presidencia, Eugenio Chicas, dijo: “Me imagino que puede ser una muy buena iniciativa para resolver la mora de investigaciones de un aproximado de 160 casos que están pendientes de profundizar”.
El gobierno de Salvador Sánchez Cerén ha reiterado en diversas ocasiones que no es necesaria la creación de un mecanismo como CICIG para combatir la impunidad en El Salvador.
El analista político Juan José Martel, estableció diferencias y similitudes que esta propuesta del fiscal Meléndez tiene con la CICIG de Guatemala, durante su participación de este viernes en el programa de entrevistas matutino del Grupo Megavisión.
Tanto la Unidad Anti Impunidad como la CICIG, a juicio de Martel, tienen la misma función de erradicar los altos niveles de impunidad que caracterizan a ambos países. Pero para el analista, estas son las únicas similitudes, ya que ambas instancias tienen orígenes distintos.
“Esto (La Unidad Anti Impunidad) surge a partir de una propuesta de la misma institucionalidad, en Guatemala la CICIG surge aparte de la institucionalidad”, sostiene Martel, quien agrega que a diferencia de la CICIG, todos los miembros de la Unidad Anti Impunidad serán salvadoreños.
No obstante, consideró que debe ser el mismo Estado que debe asumir la responsabilidad de asumir el esfuerzo de financiar la nueva unidad de la Fiscalía, un Estado que se encuentra en una pugna con la Fiscalía, por la asignación de más recursos en el presupuesto del próximo ejercicio fiscal.
Finalmente señaló que se medirá el éxito de la propuesta de Douglas Meléndez, en cuantos delitos son judicializados y cuantos se dejan sin judicializar, para lo que pidió paciencia a la población.
Por su parte Paul Steiner, fundador del movimiento Democracia Limpia y una de las personas que más ha abogado por la instauración de la CICIES en el país, vio la propuesta lanzada el miércoles por Douglas Meléndez como “un excelente comienzo” de lo que su movimiento pretende.
Steiner insiste que El Salvador necesita una instancia con capacidad de investigación penal aparte de la Fiscalía y respaldada por las Naciones Unidas, por el respaldo internacional y los recursos que esta contaría. Además piensa en la seguridad del fiscal Douglas Meléndez, quien por si solo formula esta propuesta en combate a la impunidad.
“Todo sabemos dónde vive el fiscal y quién es su familia, lo que significa que le estamos poniendo trabas a la valentía de alguien que debe ser extremadamente valiente (…) Si los fiscales generales van a regresar a sus casas desprotegidos después de su período, hay una vulnerabilidad bastante grande por el hecho de ser valientes”, comentó.
Aunque cree que la Unidad Anti Impunidad se verá expuesta a muchas presiones, Steiner ve con beneplácito que exista apoyo por parte de embajadores representantes de los principales cooperantes extranjeros de El Salvador.
“Al fin el fiscal entendió que puede crear una instancia, tal vez sin el apoyo internacional que la CICIG tiene, pero que está destinada a combatir la impunidad en El Salvador”, manifestó.