jueves 17 de octubre del 2024

Tojeira: Las medidas extraordinarias convierten a inocentes en sospechosos

por Redacción


Las medidas extraordinarias hacen que la gente pase más miedo porque con frecuencia las medidas extraordinarias -al ser de mano dura- implican un trato policía o militar a veces duro con la gente, afirma el padre Tojeira.

El padre José María Tojeira, rector de la UCA entre 1997 y 2011, opina que las medidas extraordinarias lanzadas por el gobierno luego de la masacre de 11 hombres en San Juan Opico, tienden a generar miedo en la población pues opina que con frecuencia esto desencadena persecución indiscriminada.

El actual Director de la Pastoral de la UCA y analista político conversó con Diario 1 sobre temas de seguridad: medidas extraordinarias para disminuir violencia y la tregua entre pandillas. Durante la entrevista, menciona que el gobierno salvadoreño sigue con medidas de “mano dura” e insiste en varias ocasiones que eso no es la solución a la violencia.

¿Las medidas extraordinarias de seguridad impuestas por el Gobierno central son un acto de incapacidad o son la respuesta necesaria a la problemática?

Ninguna de las dos. Hay algunas que eran necesarias, como mayor control de las comunicaciones internas de la cárcel y creo que hasta ahora se han tomado un poco más en serio, bueno esto era necesario que las cárceles estuvieran aislados, especialmente los que son líderes de estos grupos delincuenciales. Otras que son fruto de cierta desesperación y afán de que haya una rebaja y un respiro a nivel público con respecto a los números de la delincuencia y que están más técnicas y ya hacía falta que las pusieran desde hace tiempo otras son de mano dura la delincuencia. Yo en las de mano dura no confío mucho porque baja un poco la delincuencia, pero ella vuelve a resurgir porque la mano dura no toca las fuentes principales ni las causas de la delincuencia; es decir, son medidas algunas que debieron haberse hecho antes, otras que son fruto de querer obtener un resultado en medio de las dificultades que hayan tenido. Yo no siento que haya avanzado con la necesidad que se tiene ni con la investigación que aún está muy floja a nivel policial, ni la protección del policía.

¿Es necesario crear un batallón militar para debilitar a las pandillas?

Yo creo que no. Lo que hace falta es ahondar más en la investigación, por eso digo que la mano dura no me convence. La investigación, el buen salario de los policías, la protección de la vida de los policías, es lo fundamental para elevar la moral policial. Aumentar el número de policías es fundamental.

Ninguna medida habla de regulación y comercio de armas ¿A qué cree que se deba esto?

Hay intereses en juego, además que quienes están metidos en negocio de armas son fundamentalmente militares y algunos policías. La sociedad civil ha pedido en varias ocasiones la regulación de armas. Hay una cultura machista en El Salvador y lobbies poderosos que creen que el andar armado soluciona los problemas. Hay un comercio floreciente de armas que impide que se muevan las cosas adecuadamente. Pero teniendo en cuenta que el 80% de los homicidios se cometen con arma de fuego y que muchas armas de fuego que se compran legalmente pasan después a manos de delincuentes, yo creo que debería haber una restricción en el control de armas de fuego.

¿Qué otras medidas tuvo que haber tomado en cuenta el gobierno?

Yo creo mucho en medidas de inversión en la gente, por ejemplo. Hay cerca de 200 mil jóvenes entre 13 y 17 años que no están en la escuela ni tampoco están trabajando, entonces ¿qué hacen esos jóvenes? Pues estar en la calle o en algún trabajo informal; evidentemente eso es un factor de riesgo. Con que solo pudieran reclutar a un 10% de ese número de jóvenes –estamos hablando de 20 mil personas- entonces yo sí creo que todo el tema educativo es un reto y algo en lo que hay que hacer un esfuerzo grande si se le quiere quitar posibilidades a los movimientos delincuenciales que captan jóvenes. Eso en primer lugar. Segundo, Hay que hacer otro tipo de inversiones sociales. El trabajo dignamente remunerado para que los jóvenes entre un trabajo más seguro y menos peligrosos se inclinen más hacia uno más seguro.

En el ámbito de la persecución del delito, hace falta aumentar el número de policías y darles mayor capacitación y mejor salario, no puedes poner a investigar y buscar criminales a policías que arriesguen la vida por 400 dólares al mes. Eso es algo que debe pensar y asumir la sociedad porque estamos acostumbrados a no pagar adecuadamente a los policías, a no verlos como profesionales. Hay que exigirles como profesionales, pero también hay que pagarles como tal. Profesionalizar más la función del policía me parece indispensable y protegerlo.

Dentro de ese contexto, ¿son necesarios los chalecos antibalas?

Hasta hace poco han aumentado el número de chalecos antibalas. Lo normal en un país con estos índices de delincuencia es que todos los policías tuvieran un chaleco antibalas. En el Consejo Nacional de Seguridad Pública, el director de la PNC de hace un año y medio me dijo que no hay ni siquiera un chaleco por cada tres policías. Yo reclamé porque había oído que había un chaleco por cada tres, pero él me dijo “no, es un chaleco por cada más. Está peor de lo que dice usted”.

Entiendo que posteriormente compraron más chalecos, pero no sé en qué proporción o si han cubierto necesidades. Pero hay que defender la policía, no esperar a que maten un montón para empezar a darles más protección.

En esta lucha contra la delincuencia, ¿cómo podría ser afectada la población civil por parte del gobierno?

Las medidas extraordinarias hacen que la gente pase más miedo porque con frecuencia las medidas extraordinarias -al ser de mano dura- implican un trato policía o militar a veces duro con la gente. Muchas veces ese tipo de mano dura es la que golpea, perjudica y convierte a inocentes en sospechosos. La mano dura lleva a un comportamiento de persecución indiscriminada de grupos sociales, en particular de los jóvenes. Ya ha habido algún caso de jóvenes de la UCA que han sido maltratados por andar solos en la calle y no en lugares peligrosos.

Entonces, sí puede afectar una política de medidas extraordinarias en las que se resalte la dureza puede afectar notablemente a la población civil y aumentar el miedo.

El Procurador se pronunció en contra de posibles ajusticiamientos de la PNC, argumentando que no solo pandilleros eran los que morían. ¿Cómo evalúa el pronunciamiento?

Ha sido un buen paso tanto la denuncia como escuchar la denuncia de parte de la Policía. Desde hace tiempo en diversos campos se venía diciendo algunas actividades de las que salían en el periódico donde morían cinco, nueve, ocho mareros eran más una ejecución que un enfrentamiento. Yo creo que la llamada de atención al procurador ha dado resultados de manera que la PNC ha detenido algunos que estaban en grupos de exterminio.

Con respecto a la tregua, ya vimos que no dio los frutos positivos que la población esperaba ¿Por qué cree que fue eso?

Yo creo que la tregua no fue aprovechada adecuadamente e incluso se intercambiaron algunas concesiones de las pandillas por medidas o privilegios que en algún momento pudieron dañar la licitud o normativa que rige la situación de las cárceles, de esto último no estoy seguro, pero me parece que puede ser posible. Yo creo que no se trabajó adecuadamente en el sentido que no hubo un intento –o si lo hubo, fracasó- de progresar en el campo de la extorsión o en el campo de la educación. Yo creo que un convenio indispensable con las pandilla es que la escuela es un territorio de paz y que ahí no entra las pandillas y que si hay pandilleros estudiando, no trabajan ni actúan sino como estudiantes normales, eso debe ser un convenio explícito y llevado a “raja tabla” y así otras condiciones que deberían elaborarse para que la cosa avanzara. Desgraciadamente no avanzó pues porque algunos pequeños proyectos de dar trabajo a jóvenes en riesgo tampoco funcionaron bien aunque hay expresas que trabajan en eso y lo hacen bien; pero en aquel momento no se avanzó adecuadamente en dar trabajo a la gente.

¿Qué tipo de diálogo se necesita para resolver el problema de pandillas?

Un diálogo muy transparente. Es importante -con la fuerza y la presencia que tienen (las pandillas) en las zonas empobrecidas- que haya sectores de Iglesia que participen en el dialogo, que sean de alguna manera testigos del avance que auditen un proceso de diálogo. No tiene que estar la representación del Estado y tiene que hablarse con la gente que tiene liderazgo en las pandillas para saber cómo se puede salir de una situación que es una especie de guerra alarmada, una pequeña guerra interna pero con resultados sumamente dolorosos y tristes.

¿Está de acuerdo con el encarcelamiento de Mijango?

Ignoro de qué se le acusa. Entiendo yo que Mijango era un mediador, y un mediador media entre las pandillas y el Estado. Mediar en un dialogo no me parece un delito, pero por ser mediador no debería ser encarcelado.