Uno de los hechos que marcó la vida de Francisco Flores fue el asesinato de su suegro, el abogado Antonio Rodríguez Porth, quien a una semana de haber sido nombrado como ministro de la Presidencia del gobierno de Alfredo Cristiani fue ametrallado frente a su casa en la colonia La Mascota en San Salvador.
El crimen ocurrió el 9 de junio de 1989, en plena guerra. Rodríguez Porth, quien anteriormente había sido por muchos años director ejecutivo de la Cámara de Comercio, murió junto a su motorista cuando salía de su vivienda rumbo a Casa Presidencial.
En esa época, según personas que lo conocieron, Flores era un joven desconocido con aspiraciones políticas. Fungió como viceministro de Planificación del gobierno del presidente Alfredo Cristiani.
Ingresó directamente a la política en 1994, año en el que hubo elecciones generales. Armando Calderón Sol, del partido ARENA, ganó la presidencia de la República y Francisco Flores obtuvo una curul en la Asamblea Legislativa.
Pero en los primeros meses no ejerció la diputación porque el gobierno lo nombró Secretario de Información de la Presidencia. “Trabajó en la reestructuración de esa secretaría y en la política comunicacional del gobierno”, recuerdan políticos que conocieron la labor del expresidente de la República.
Flores –quien estudió filosofía en el Amherst College en Massachusetts, Estados Unidos− dejó el cargo y se incorporó a la Asamblea Legislativa, donde el resto del periodo pasó casi desapercibido.
En una segunda elección, en 1997 también obtuvo un escaño. Y fue designado presidente de la Asamblea Legislativa, Órgano del Estado que le sirvió de trampolín para llegar a la presidencia de la República.
Una de las facetas que tuvo que enfrentar como presidente del Legislativo fue la interpelación del presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Roberto Orellana Milla, sobre su actuación en el caso FINSEPRO-INSEPRO, así como algunos aspectos relacionados con las características del sistema financiero.
“Esa interpelación se prolongó durante dos días y ayudó a catapultar políticamente a Francisco Flores porque a muchos les llamó la atención cómo manejó el pleno legislativo. Por momentos las intervenciones se volvían acaloradas y muchos querían hablar al mismo tiempo”, aseguran diputados de esa época.
Una de las figuras políticas que se creía con mayor autoridad era Gloria Salguero Gross, quien en el periodo anterior había ejercido la presidencia de la Asamblea. “Pero se salió de las reglas del debate que se habían acordado y Flores la interrumpió y la llamó al orden. Se enfrentó a una diputada con poder de su mismo partido para que la interpelación no se volviera un caos”, agregaron.
Posteriormente, en 1998, a un año de las siguientes elecciones presidenciales, un jueves de plenaria apareció en La Prensa Gráfica que Francisco Flores sería el candidato presidencial de ARENA. Uno de los diputados que después se convirtió en uno de sus más allegados dijo: “Lo mejor es que Paco venga rápido y desmienta esta babosada”.
Flores llegó directamente al pleno legislativo. Y tras establecerse el quórum, se dirigió al pódium y anunció que se lanzaba como precadidato presidencial de ARENA para los próximos comicios. Todos sus compañeros de bancada se quedaron estupefactos.
Aficionado a montar caballos en una propiedad que tenía en Zapotitán, departamento de La Libertad, Flores inició una carrera rumbo a la presidencia en una calle llena de piedras y toda suerte de obstáculos. Algunos de sus mismos colegas diputados de partido no estaban de acuerdo. Tampoco gente de poder que estaba acostumbrada a dar su opinión –o beneplácito− a una candidatura presidencial, según fuentes consultadas.
Comenzó el ultimátum. “Les doy una semana para que quiten a ´Paco´ de candidato”, era la advertencia que algunos empresarios hacían miembros de la cúpula arenera se encontraban en reuniones sociales. Pero Flores supo construir apoyos en las altas esferas de la política para consolidar su postulación. Y los que antes se oponías fueron cediendo poco a poco.
Con estudios en ciencias políticas en la universidad de World University y filosofía oriental en la India, Francisco Flores pudo mostrarse como concertador siendo presidente en la Asamblea Legislativa. Pero ya en la presidencia de la República, con 39 años de edad, se mostró más firme en sus convicciones.
Quizá ha sido hasta el momento el presidente que más ejerció el veto presidencial a los decretos aprobados por la Asamblea Legislativa. ¿Por qué? El otrora aliado de ARENA en la Asamblea Legislativa, el PCN, se distanció de Flores y estableció un acercamiento con el FMLN. Estos dos partidos tenías los votos suficientes para aprobar decretos que únicamente necesitaban votación simple.
Se produjo un forcejeo permanente entre el Legislativo y el Ejecutivo. La Asamblea aprobaba, pero el presidente vetaba. Incluso ARENA se rehusó a participar en la junta directiva legislativa.
Después cambió la correlación de fuerzas legislativas. Y Flores también será recordado porque fue durante su gestión que se impulsó y aplicó la Ley de Integración Monetaria, la cual introdujo la dolarización a partir del 1 de enero de 2001.
Ese mismo año, dos catástrofes naturales golpearon al territorio salvadoreño. Los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero pusieron a prueba al sistema de respuesta gubernamental, encabezado por Flores.
Muchos salvadoreños en Estados Unidos, que vivían ilegalmente, fueron beneficiados con un permiso de trabajo temporal el cual fue otorgado por el Presidente de Estados Unidos. Unos 250,000 salvadoreños los beneficiados por el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés). El presidente George W. Bush dijo luego de los terremotos de 2001 en su discurso ante el presidente Flores, que él era su amigo, y que por eso también todos los salvadoreños eran sus amigos.
También puso en práctica planes contra la delincuencia, específicamente contra las pandillas. En junio de 2003, Flores presentó el “Plan Mano Dura”, el cual tenía como objetivo reducir la delincuencia a través de la desarticulación de las pandillas. Este plan contó con la participación de la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fuerza Armada.
El exmandatario también será recordado por el encontronazo que mantuvo con Fidel Castro durante una cumbre presidencial en Panamá.
Francisco Flores se vio envuelto desde 2014 en un litigio legal que derivó en un proceso penal por los delitos de peculado y enriquecimiento ilícito durante su mandato. Las pruebas incriminatorias contra el exgobernante surgieron cuando admitió ante una comisión especial de la Asamblea Legislativa haber recibido al menos 10 millones de dólares del gobierno de Taiwán durante su mandato.
Flores aseguró que destinó el dinero para ayudar a los afectados de los terremotos del principio del 2001, pero investigaciones posteriores de la comisión revelaron que los donativos nunca ingresaron a las arcas del Estado.