Patricia Valdivieso, diputada de ARENA, contó que se le «revuelve el estómago» al pensar que monseñor Jesús Delgado, acusado de abusar durante más de cinco años a una menor de edad, sea un depredador sexual.
El señalamiento de la diputada del principal partido de oposición fue a propósito de la propuesta de declarar imprescriptibles los delitos sexuales contra menores de edad.
“Se me revuelve el estómago al pensar que el padre Delgado sea delincuente sexual”, afirmó.
Aseguro que la propuesta pretende que la justicia sea para aliviar a las víctimas y no a los victimarios. Lo dijo en referencia a que después de diez años el Estado ya no puede perseguir penalmente a los acusados de abuso sexual.
«Una violación también es una tortura», comparó. Recordó, además, que ha propuesto a la Asamblea Legislativa establecer la castración química para los violadores como medida para frenarlos ya que en la ley nacional no existe la cadena perpetua. A eso sumó la idea de impulsar un banco de ADN.
Guillermo Gallegos, de GANA, recordó que el caso del exvicario de la Iglesia Católica no hubiera salido a la luz pública de no ser por la presión que ejerció mediáticamente Vanda Pignato, secretaria de Inclusión Social. «Es repudiable, reprochable, condenable, no hay perdón ni en la tierra ni en el cielo para los que abusan de un menor de edad», dijo durante la celebración de la sesión plenaria.
Jackelyne Rivera, del FMLN, auguró que después de la denuncia contra Delgado, el supuesto intento de silenciar a otra víctima de un sacerdote fallecido y el caso contra el sacerdote Juan Francisco Gálvez, de Rosario de Mora, en San Salvador, son solo el inicio de más casos que están por salir a luz.
«Seguramente saldrán muchas víctimas más, esto es una caja de Pandora», expresó. Señaló, asimismo que si bien es cierto en la actualidad si los abusos fueron cometidos hace más de diez años ya prescribieron, pero los acusados deberán purgar una pena moral de la que nadie les puede absolver.
La propuesta de reforma pasó a comisiones.