Cuando se forma una bola de nieve su rodar pendiente abajo traerá consecuencias que nadie conoce sino hasta el día que sucede. Similares son los procesos sociales que pueden iniciar con una ley y, en el camino, embestir incluso a quienes la promulgaron.
Esto interpreta el analista Juan José Martel de momentos tan interesantes en los últimos 20 años en El Salvador como el juicio contra el expresidente Francisco Flores acusado del desvío de $15,000, 000 de la cooperación de Taiwán, los casos abiertos contra sacerdotes supuestamente pedófilos o el inicio de procesos civiles a funcionarios y exfuncionarios por sospechas de enriquecimiento ilícito.
Pero, ¿por qué de un día para otro la institucionalidad empieza a hacer lo que no quiso en los últimos años? En la perspectiva hay dos posibilidades, según Martel: las élites políticas se dieron cuenta que solo así el país puede progresar o, la más macabra, quieren hacer temblar al gobierno de Salvador Sánchez Cerén, cercarlo con incertidumbre. Las dos pueden estar ocurriendo.
Lo de los sacerdotes pederastas, señala, lo más lógico era que saliera a la luz. Lo raro habría sido, cree Martel, que en el país no ocurrieran casos mientras en Europa y Norteamérica el tema ha sido fuente de escándalos y denuncias de gran trascendencia pública.
En esta entrevista el exmagistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE) también analiza las crisis internas de los partidos, principalmente la de ARENA.
“ARENA tiene una crisis de rumbo”, opina. Las diferencias en el FMLN, prevé, saldrán a la luz cuando vuelva a ser partido de oposición. Mientras tanto debe disfrutar la luna de miel en el poder.
La Corte procesa a funcionarios, sacerdotes acusados de pedofilia, ¿qué está pasando en el país?
Hay muchos hechos en la coyuntura. Cada uno tiene su naturaleza. No se puede ligar lo de Francisco Flores y lo de los sacerdotes pero tienen una causa común: poco a poco funciona la institucionalidad jurídica y democrática del país. El hecho que un juez haya considerado que existen méritos para elevar a juicio una serie de delitos que un expresidente supuestamente cometió es un hecho que, en la historia reciente, no tiene antecedentes.
¿Pero por qué ahora empieza a funcionar la institucionalidad?
Hay dos lecturas: una positiva, es decir, qué bueno que por primera vez está funcionando, el país necesita que funcione el estado de derecho, por tanto, se activa el mecanismo; la otra es que, puede decir alguien, hay algo oculto, una intención de sacar raja política tomando en cuenta que estas estructuras se ha reactivado, se han entusiasmado y quieren llevar muchos casos. ¿Con cuál me quedo yo? 50 y 50.
He escuchado a gente del FMLN hablar de una conspiración, golpe blando…
Los hechos futuros determinarán si esa teoría es correcta o no. Podría decir que es una teoría conspirativa, que es un esquema de desgaste del Gobierno, de no reconocerle ningún mérito. Y tendría base para sustentarlo pero, por el otro lado, hay una presión más fuerte de la sociedad, cada vez hay más necesidad que funcionen las instituciones para que el país progrese.
¿Será que las élites políticas prefieren dar pequeños cambios para evitar reformas profundas?
En materia social puede comenzarse una dinámica pero no se sabe cómo terminará. Eso es válido en cualquier lugar porque los hechos políticos, cuando entran a la sociedad, nadie sabe cómo será su desarrollo. Aunque fuera una teoría conspirativa en un momento dado cobra fuerza la necesidad de la transparencia, del combate a la corrupción, que se convierte en una dinámica que ni los que la iniciaron la pueden controlar. Ahora bien, estoy convencido que las sociedades avanzan más en procesos evolutivos que en revoluciones. Las evoluciones son más lentas, pausadas, se manifiestan en pequeños cambios.
Las revoluciones quedaron en el pasado…
Lo que tenemos ahora es un andamiaje político y jurídico que no teníamos hace 20 o 25 años. Ahora tenemos las redes sociales, la revolución de las comunicaciones y nueva legislación; hace años no teníamos leyes de transparencia para regular la vida de los partidos. Y muchas de las viejas leyes que teníamos se han modernizado. En todo esto también cabe la posibilidad que alguien quiera provocar un cambio al estilo del gatopardo: un cambio para que nada cambie, pero ese pequeño cambio puede generar una dinámica social que escapa de su control.
¿A la oposición o el oficialismo afecta más la caída de funcionarios de dudoso proceder?
Obviamente la parte gubernamental. Si los funcionarios empiezan a ser cuestionados el partido es el afectado y la oposición se beneficia. Si hubiera sucedido en la época de ARENA, ¿quién hubiera sido el más afectado y quién el más beneficiado? El hecho que funcionarios del anterior gobierno y de este sea señalado obviamente afecta al partido y la oposición se ve beneficiada.
¿Vio venir las acusaciones contra sacerdotes señalados por pedofilia?
Era solo de esperar. En El Salvador es nuevo pero en otras partes del mundo no. Hay casos muy sonados como el de Los Legionarios de Cristo en México, por ejemplo. Solo era de esperar que la rueda diera una vuelta para que el caso salvadoreño comenzara a salir. A mí no me sorprende, quizá me hubiera sorprendido más que pasara más tiempo y aquí no se dijera nada; si siguiera en silencio solo habría dos opciones: un clero excepcionalmente ético o un temor tal que impidiera a las víctimas hablar. Regresamos a lo que le decía: después del primer paso viene una dinámica social que nadie sabe cómo terminará.
Más casos surgirán seguramente…
Como puede ser que surja uno, dos, tres o más casos también pueden pasar que no salga ni uno más. Es una dinámica iniciada.
¿Cómo ve el proceso de elección del nuevo fiscal?
Me preocupa que nuevamente se venciera el plazo y no hubo elección a tiempo, es decir, es una institución liderada por un suplente, y esto daña las instituciones; el procedimiento de elección, además, ha fallado porque lo primero que se debió haber hecho es establecer claramente cuáles eran las reglas para poder optar a una candidatura pero aquí se hizo lo contrario. También es cuestionable que se haya pasado a una fase de entrevista de la nadie sabe en qué ha culminado, no sabemos cuál es la valoración de la subcomisión.
¿Ha sido inútil el trabajo de la subcomisión?
No creo que sea inútil sino desordenado, poco serio, se pierde credibilidad. El tiempo ha dado la razón porque no hay un fiscal elegido aún y el plazo se venció.
¿Qué piensa de las divisiones internas en los partidos para elegir nuevo fiscal?
ARENA tiene una problemática que es una expresión de otros problemas que tiene en su interior y que empiezan por quiénes deben constituir la dirección y por su política como partido de oposición; esos temas están siempre en debate en ARENA pero todavía no logran unificación. Hace unos meses el debate era por la sustitución de la dirigencia, lograron un acuerdo temporal pero eso no garantiza la total legitimidad. Por eso me parece lógico que tengan disputas, por ejemplo, se ha rumorado que algunos diputados han estado a favor de determinada iniciativa gubernamental o que algunos pelean con sus dirigentes por algunos temas.
Creo que ARENA, hasta ahora, ha tenido el arte de mantener unificado el grupo, su fracción, pero no puede seguir en esta dinámica, tiene que abrir a fondo el debate sobre cuál será el rol que jugará.
¿Cuál es el fondo de los problemas de ARENA?
¿Cuál es el rol del partido de oposición ARENA? ¿Cómo debe ejercer esa labor? ¿Debe ser una oposición total, razonada? ¿En qué puntos puede llegar a acuerdos con el Gobierno? Son cosas que no han discutido como cuerpo partidario. También sabemos que ARENA es una confluencia de grupos de interés político y económico, intereses económicos que se cruzan con la acción gubernamental, a veces son cruces positivos como puede ser el FOMILENIO II y cruces negativos como pueden ser los impuestos; eso genera una doble complejidad a la crisis. La segunda crisis es por la conducción del partido, quiénes lo integran, cómo se hace esa integración. Cuando un partido tiene diversos intereses debe buscar mecanismos para congeniarlos, armonizarlos y de saber administrar diferencias irreconciliables. Mientras no estén definidos el rol y la dirección los problemas continuarán.
¿Puede llamarse a eso crisis de identidad?
ARENA tiene una identidad básica como partido de derecha conservador pero más bien es una crisis de rumbo concreto. Es decir, puedo estar muy claro de quién soy pero puede que no tenga muy claro de para dónde voy. Obviamente eso también afecta la identidad.
¿En el FMLN ve ese tipo de problemáticas?
En el FMLN hay distintas expresiones pero pasa que las últimas victorias electorales los han consolidado. ¿Cuál ha sido la división más grande de ARENA en los últimos años? Fue cuando se fueron a GANA y se dio cuando estaba como oposición. El tener un triunfo electoral, especialmente a nivel presidencial, es un factor de cohesión interna de distintos grupos. No desaparece la división pero se abren espacios de administración del problema y se abren espacios de entendimiento porque, en el fondo, quieren mantenerse ahí. Esto es lo que está pasando en el Frente. Cuando uno pláticas con algunos de ellos se entera que hay diferencias pero estar en el gobierno da facilidad para superarlas.
¿Y cuáles son las diferencias en el FMLN?
Hay hasta cosas baladíes. Grandes diferencias de fondo no encuentro, lo que hay son críticas por la conducta de los altos dirigentes en el gobierno; no deja de haber una contradicción entre altos mandos y mandos medios. También hay una preocupación de rumbo, no grave como la plantean algunos medios de comunicación, sino sobre valores, principios, incluso el congreso donde reafirmó su visión socialista es en la ruta de calmar esos ánimos, no es van a ser un gobierno socialista ya, no tiene correlación y no pueden hacerlo.
Pero mire…
El punto es que necesitaban renovar frente a su gente la visión socialista para que la gente entienda la lógica lo que hacen.
Dagoberto Gutiérrez decía que las proclamas socialistas fueron nada más para levantar la moral de los militantes…
Es en el fondo decir: “seguimos siendo los mismos”. Es que mire, en política siempre hay una gran diferencia entre lo que quiero y lo que puedo. Es como cuando lleva a su hijo a ver la vitrina de los juguetes: el niño quiere todo pero lo que tendrá depende de lo que usted tiene para comprar. En política puedo tener el mejor ideario para construir la sociedad más linda pero, cuando llego al gobierno, el problema es la correlación de fuerzas.
Hay gente que critica que mientras llega la concreción de los ideales la dirigencia del FMLN se vuelve millonaria…
Claro, tiene lógica, ¿qué dicen los medios de comunicación sobre Sigfrido Reyes?
Que es millonario…
Eso dicen. «¿Qué hace el excombatiente que echó riata con un fusil en el hombro en los años 80 y ahora ve a dirigentes del FMLN en carrazos?» Es real que haya ese tipo de críticas.
También valdría la pena saber cuán infladas estén críticas a otros dirigentes de los partidos…
En una sociedad polarizada como la nuestra es difícil saberlo. Muchas veces la conducta de los funcionarios ayuda a inflar los casos. Si algo es terrible es tener poder; un diputado se siente poderoso en su mundo que es la Asamblea pero eso se acaba hasta el día que pierde la elección y vuelve a caminar en la calle. Siempre el que tiene poder formal pierde la visión de la realidad, sea de izquierda o derecha, el poder es una de las cosas que con más cuidado hay que saber usar. Eso cuesta mucho. Veo exfuncionarios que ahora se dan cuenta. Conozco un alto funcionario que una vez me confesó: “Juan José, cometimos gravísimos errores y ahora veo las consecuencias. En aquel momento no lo medí”. Es un alto funcionario del primer gobierno de ARENA.
¿Se le pudo llamar elecciones a las internas del FMLN?
Cuando uno elige debe haber al menos dos opciones. Es muy difícil concebir procesos con una sola persona como candidato. Hay una debilidad que ojalá ya no se presente en ARENA porque es una debilidad de origen que impide el desarrollo democrático de los partidos.
¿La no renovación de la dirigencia del FMLN pasará factura después?
En la medida que se cierran espacios para grupos opositores reales habrá consecuencia. Pero si los grupos se pusieron de acuerdo el costo será menor. Si en ARENA se hubieran puesto de acuerdo todos los grupos hubieran tenido una nueva dirección pero no lo lograron.
Da la impresión que en Frente solo agacharon la cabeza y dijeron: “Está bien”
Eso se puede pero solo un tiempo. En ARENA pasaba así cuando entraba el gran capital. ¿Quién le discute? Eso es así. Llega el dueño de su periódico y usted se queda calladito. ¿Hasta dónde llega eso?
En el FMLN a lo mejor sale a luz cuando vuelvan a ser opositores
Los conflictos surgen, en todos los partidos, cuando se acerca la elección de los candidatos y dirigentes.