Más de la mitad de las 84 sillas del Salón Azul de la Asamblea Legislativa están vacías. La sesión plenaria ordinaria estaba programada para las 9:00 de la mañana de este jueves, pero ya son pasadas las 10:30 y no se ha podido instalar por falta de diputados. Los que ya llegaron se reúnen en grupillos y platican haciendo ademanes. Alguien tira un chiste al aire y los demás sueltan una risotada estruendosa. El presidente en funciones (porque la presidenta tampoco ha llegado) toma el micrófono y pide a otro diputado que pase lista, a ver si ya están al menos la mitad más uno para poder comenzar a trabajar.
El diputado al que le han pedido que pase asistencia comienza a decir nombre por nombre del largo listado y complementa con un “ausente” para la mayoría de la lista. Sin embargo, un grupo de cinco diputados que vienen entrando con sus corbatas estiradas y trajes de buen gusto salvan el día y el complementan los 55 diputados con que se da por iniciada la plenaria. La voz del presidente en funciones informa que la sesión se da por iniciada cerca de las 11:00 de la mañana y da un ligero golpecito en el gong, al más puro estilo oriental.
Poco menos de la mitad de diputados ha faltado a trabajar, aunque esto no es algo nuevo. Es más, hay quienes aseguran que ya hasta existen “mañas” o hábitos de los funcionarios que más faltan a trabajar, como pedirle a alguien que le firme la lista de asistencia en las comisiones o solo llegar al momento de pasar lista en la plenaria y luego retirarse. Lo que no falta, por supuesto, es el pago puntual y preciso de los $4 mil constantes y sonantes (monedas más, monedas menos) que los diputados reciben mes a mes.
El Reglamento Interno de la Asamblea pretendió hacer lo suyo y controlar las inasistencias de los diputados estipulando en su artículo 20 que a quien falte de manera injustificada se le descontará el salario del día. Pero al parecer, esta ley fue pensada y creada para violarse todos los días.
De veinte listas de asistencia entregadas a Diario1 por la Unidad de Acceso a la Información Pública (UAIP) de la Asamblea, en las que se ve reflejado quiénes han llegado a trabajar y quienes no a las plenarias realizadas entre los meses de mayo y octubre de este año, sorprende ver cómo algunos diputados no han faltado al 75 por ciento de estas, y otros ni siquiera han ido una tan sola vez a la comisión que les fue asignada.
Tan grave y a la vez tan común es la situación que, de los 84 diputados que conforman la legislatura 2015-2018, solo tres no han faltado ni una vez a las primeras veinte plenarias, mientras que los restantes 81 sí lo han hecho entre dos y quince veces. Los únicos que no tienen faltas son: Yohalmo Edmundo Cabrera Chacón (FMLN), Rolando Mata Fuentes (FMLN) y Ricardo Andrés Velasquez Parker (ARENA).
Reynaldo Cardoza, el diputado en la mira
Como siempre, hay diputados sobresalientes en todo, y como faltistas, aunque la competencia es reñida, también los hay. El primero que salta a la vista luego de hacer las cuentas una a una de las asistencias es el diputado Reynaldo Cardoza, de partido PCN. En solo veinte de las primeras plenarias de esta legislatura, Cardoza ha sabido ingeniárselas para faltar a 15 de ellas, es decir, al 75 por ciento de las veces.
Pero no solo a las plenarias es que Cardoza sabe faltar más del 50 por ciento de las veces, también a cada una de las cinco comisiones a las que pertenece ha faltado en reiteradas ocasiones. A todas. A la que menos ha faltado (solo una vez) es a la de Relaciones Exteriores Integración Centroamericana y Salvadoreños en el Exterior; a la que ha faltado al 50 por ciento (12 veces) es a la Agropecuaria; y a la que menos ha ido es a la de Cultura y Educación, ya que de 18 asistencias su firma solo aparece en siete.
Santos Adelmo, el diputado que nunca ha ido a la comisión que le asignaron
El segundo lugar de los diputados faltistas en esta legislatura es Santos Adelmo Rivas, del partido GANA. Si de un trabajo común y corriente se tratara, este empleado del Estado ha sabido ingeniárselas para faltar al 75 por ciento de sus jornadas sin pestañear, y por si eso fuera poco, según las listas de asistencia hay una comisión a la que pertenece a la cual nunca, jamás ha ido.
De doce sesiones que la comisión de Salud tuvo en los primeros seis meses de la actual legislatura, a ninguna sola asistió el diputado Santos Adelmo, según lo detallan las listas de asistencia en las que no aparece una tan sola firma suya sino solo seis de su diputado suplente Carlos Roberto Menjívar Vanegas.
Como decíamos anteriormente, existen muchos vacíos legales que permiten que no exista un control que garantice que los diputados lleguen a trabajar todos los días como un empleado común; y la comisión Agropecuaria lo deja en evidencia: en seis meses no reportó ninguna lista de asistencia por lo que no hay constancia de si los diputados llegaron o no.
Rodolfo Parker, el diputado al que no le interesan los números
El diputado Rodolfo Antonio Parker, del partido PDC, es reconocido por sus amplios discursos desde el pleno, por tener diez asesores (más que la misma presidenta de la asamblea) y por ser el tercer diputado más faltista de esta legislatura. Tanto así que de veinte plenarias ha faltado a 14.
En cuanto a su trabajo en las comisiones se podría resumir diciendo que al diputado Parker no le interesa la economía, basándose en las faltas a las sesiones de la comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto, a la cual ha faltado al 77% de las reuniones, o traducido en números simples, de 13 sesiones realizadas, Parker solo ha ido a tres; a las demás ha faltado o ha enviado a su diputado suplente en su lugar.
Por si faltar al 70 por ciento de las plenarias y al 77 por ciento de las sesiones de una comisión como la de Hacienda fuera poco, hay que decir que Parker nunca ha ido a las reuniones de la comisión de Economía. Nunca. Según las 15 primeras listas de asistencia de esta comisión, nunca ha llegado.
Medardo González ha mejorado en sus asistencias: ya fue a seis plenarias
Hay que admitir que en esta legislatura las asistencias del diputado Medardo González, del FMLN, han mejorado. En seis meses ya fue a seis plenarias, lo mismo que, según publicaciones periodísticas, hizo en tres años de la legislatura pasada.
De acuerdo con las listas de asistencia proporcionadas por la oficina de Acceso a la Información, el diputado González ha faltado al 70 por ciento de las plenarias a las que tuvo que asistir, y no se tiene registro de sus llegadas a las reuniones de la comisión Política (a la única que pertenece) porque no se proporcionaron listas de asistencia de esta.
Silvia Alejandrina Castro, el quinto lugar de los diputados faltistas
Por último, la quinta diputada que más faltas ha tenido en el inicio de esta legislatura es Silvia Alejandrina Castro Figueroa, del partido ARENA, quien en la veintena de primeras plenarias ya lleva trece inasistencias, lo que equivale al 65 por ciento de su trabajo en el curul.
En las comisiones, el trabajo de la diputada Alejandrina también se ha visto obstaculizado por algo que solo ella conoce a ciencia cierta, al menos así lo dicen sus inasistencias a la comisión de Legislación y Puntos Constitucionales, a la cual ha faltado siete veces en las primeras 17 reuniones, algo diferente a lo que sucede en la comisión de Trabajo, a la que solo ha dejado de ir en tres de 17 ocasiones, y ha enviado a su suplente en su lugar.
Lo que no ha faltado en esta nueva legislatura han sido los salarios jugosos, los viajes y sus respectivos viáticos, la compra de vehículos del año e incluso de cientos de libras de boquitas para que los diputados “tengan algo que masticar” cuando se sientan aburridos en medio del tedio y el bullicio del pleno o en sus reuniones de comisión para lo que, por cierto, fueron elegidos en los pasados comicios del primero de marzo.
Nota: A los diputados Reynaldo Cardoza, Santos Adelmo Rivas y Silvia Alejandrina Castro se les llamó en más de siete ocasiones a cada uno a su teléfono celular para que explicaran a qué se deben sus inasistencias tanto a las plenarias como a las comisiones y por qué se han visto obligados a enviar a su suplente en tantas ocasiones; sin embargo ninguno de ellos contestó.