Vanda Pignato, secretaria de Inclusión Social, afirmó que la base de la violencia en El Salvador es la violencia contra las mujeres pero este sector de la población todavía está invisibilizado en las políticas públicas.
«Las mujeres ya no están seguras ni en la calle ni en la casa. ¿Qué vamos a hacer?», preguntó la funcionaria en la entrevista de Radio 102.9. Aseguró, asimismo, que las mujeres son las víctimas número uno de la guerra social pero todavía están invisibilizadas en las políticas públicas.
«Lo que más me preocupa es que la violencia contra la mujer se incrementa», reiteró.
Pignato aseguró que la violencia social que sufre el país es consecuencia de 20 años de descuido de ARENA pero eso no significa que todos los salvadoreños sean miembros del Barrio 18 o la Mara Salvatrucha solo por ser familiar o allegado de uno de sus miembros. Dijo, a manera de ejemplo, que hay lugares en los que los pandilleros obligan a las mujeres a introducir ilícitamente a las cárceles celulares y tener relaciones sexuales con los líderes de las clicas a cambio de no matar a sus hijos.
«¿Por qué tengo un primo pandillero yo soy pandillero? Debemos tener cuidado porque si no todo el país será de pandilleros», advirtió.
También criticó al Órgano Judicial que, según ella, tiene jueces que son insensibles o fallan contra las mujeres víctimas de la violencia. Recordó el caso de un hombre que amenazaba con violar a su hijastra y la madre pidió una orden de restricción contra el sujeto pero la jueza la denigró porque como era empleada doméstica no podía llegar temprano a las audiencias. Al final violó, golpeó y destruyó a mordidas uno de los senos de la víctima.
“Asumí el cáncer porque soy mujer de batalla”
La funcionaria explicó que durante varias semanas sufrió un profundo dolor, como una especie de cólico y un sangrado que dejó pasar hasta que en el entierro de una agente de la Policía Nacional Civil (PNC) en Chalatenango decidió que era momento de pasar consulta. Fue donde su doctora pero nunca la encontraba hasta que fue con la ginecóloga Carolina Ugarte que al examinarla le recomendó hacer una biopsia y una ultrasonografía.
Ella, sin embargo, volvió a dejar el tiempo pasar mientras la doctora le insistía en que lo hiciera. Gracias a eso pudo prevenir a tiempo que el cáncer se agravara.
«Quizá sea más cómodo estar en la casa pero asumí mi enfermedad porque soy mujer de batalla, a través de esta enfermedad puedo ayudar a otras mujeres», dijo.
Motivó, asimismo, a que las mujeres que sufran cáncer no tengan miedo de seguir siendo productivas solo porque perdieron el cabello o engordaron como consecuencia del tratamiento.