Las diferencias al interior del partido de Gobierno tras el anuncio de un nuevo impuesto (que sería aplicado a todos los usuarios de teléfonos móviles) son inocultables. Hasta en las redes sociales han evidenciado las discrepancias. Entre los disidentes se encuentra un alcalde, un viceministro y hasta un asesor de la fracción legislativa del FMLN.
El primero en manifestarse, en contra de la propuesta presentada la semana pasada por el Gobierno, fue el alcalde de San Salvador Nayib Bukele.
“¿Otro impuesto para el pueblo, con tantos evasores y corruptos? ¿De lado de quien estamos? ¡Esto no tiene sentido!”, escribió Bukele en su cuenta de Twitter, minutos después que el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres presentara la propuesta ante la Asamblea Legislativa.
Horas después, el vicepresidente Óscar Ortiz respondió a Bukele: “Nosotros estamos al frente del país y no de una alcaldía. Cada alcalde puede opinar lo que quiera… A la gente hay que hablarle con la verdad. Esto no tiene nada que ver con estar con pobres o ricos”.
Tan solo habían pasado algunos minutos de las declaraciones de Ortiz, cuando el alcalde Bukele volvió a publicar un tuit en el que le respondía al vicepresidente.
“Creo que el vicepresidente @oscarortizsv no se ha dado cuenta de que su impuesto no solo es regresivo e injusto, sino que también ya fracasó”, escribió en su cuenta oficial de Twitter.
Otra de las voces disidentes que manifestó estar en contra del nuevo impuesto es el exdiputado del FMLN y ahora uno de los principales asesores de la fracción legislativa efemelenista, Salvador Arias.
También el viceministro de Vivienda, José Roberto Góchez se sumó a las críticas sobre el nuevo impuesto anunciado por el Gobierno del que forma parte.
Otro crítico
Entre otros de los críticos se encuentra el empresario Armando Bukele, padre del alcalde de San Salvador. «Mientras Hacienda y Economía del Gobierno estén en manos de la derecha, solo se pueden esperar medidas neoliberales y desgaste del FMLN», escribió en uno de sus tuiter.