El diputado Santiago Flores comparó a sus colegas de ARENA con Penélope, personaje del poema épico de Homero que con un plan resistió durante muchos años las asechanzas de los pretendientes que daban por muerto a su esposo Odiseo: les prometió casarse con uno de ellos pero después de terminar una manta que tejía en el día pero en la noche destejía para nunca terminarla.
Esa es la estrategia del principal partido de oposición, según el efemelenista: dicen estar de acuerdo en los nombres de cinco magistrados propietarios y de cinco suplentes pero a la hora de que la Comisión Política de la Asamblea se dispone a emitir un dictamen se desdicen de lo que antes han acordado y atoran la elección lo que ha llevado a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) a estar acéfala durante más de 60 días.
El miércoles, por ejemplo, ARENA y FMLN acordaron elegir a los magistrados propietarios e incluir en los suplentes a Jaime Martínez Ventura pero a la hora de la verdad no lograron llevar a buen puerto lo hablado. El primero alegó que sus diputados se negaron a votar porque el abogado tiene supuestos vínculos materiales con el oficialismo.
«La Sala ha ordenado despartidizar y no podemos votar por él. Solo hay consenso en cinco propietarios y buena parte de los suplentes», dijo Ernesto Muyshondt, diputado de ARENA. Minutos antes de entrar a reunión de Comisión había reiterado que Martínez Ventura estaba subordinado «a la cúpula del FMLN».
El efemelenista Flores atribuyó la negativa de sus colegas a la elección interna que ha iniciado ARENA porque cualquier resultado puede dividirlos. «Ellos dicen que hay elección pero no es cierto. Se eligen a propietarios y suplentes porque es global, no solo de unos», agregó.
La selección inició el 16 de junio de 2015 con las entrevistas con los abogados que integran la lista de 30 candidatos que el Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ) entregó a la Asamblea. En ese momento los diputados aseguraron que los ganadores iban a ser quienes tuvieran una hoja de vida gruesa y sin manchas en la Fiscalía General (FGR), Procuraduría de Derechos Humanos y libres de vínculos con los partidos, como ordenó la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema.
El primer avance se registró el 2 julio cuando la subcomisión que revisaba las hojas de vida recortó la lista de 30 a diez. Se basaron en los perfiles que más se amoldaban al trabajo que se desempeña en las salas de lo Contencioso Administrativo y Penal. Ese día los diputados admitieron que ese método no garantizaba que los nombramientos terminaran en reparto de cuotas.
Unos 22 días más tarde la Asamblea había avanzado cero. ARENA y el FMLN se habían atorado en la elección porque el primero rechazaba a Jaime Martínez Ventura mientras el segundo había convertido en punto de honor llevarlo a la cúpula del Órgano Judicial. Mientras las vacantes que dejaron los exmagistrados Rosa María Fortín Huezo, Lloly Claros de Ayala, Juan Manuel Bolaños, Francisco Valdivieso y Mario Alberto Trejo seguían sin ser llenadas.
Después de las vacaciones agostinas el panorama seguía igual que hasta ahora: ni uno ni el otro cedía. Muyshondt, del principal partido de oposición ya hablaba de la «subordinación» del también director de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP) al oficialismo. El 11 de agosto el abogado respondió que su actuación solo podía comprobarse al momento de ejercer el cargo y no porque un partido le achacara tener el ánimo inclinado a favor de otro.