Tras su regreso de Cuba donde se sometió a chequeos médicos rutinarios, el presidente Salvador Sánchez Cerén reapareció este domingo por la noche y dijo que el gobierno garantizará la seguridad al transporte público para que los salvadoreños acudan a sus lugares de trabajo.
En una entrevista con canal 21, desde la residencia presidencial, el mandatario agregó que no hay ninguna comprobación de amenazas a los transportistas por parte de los pandilleros, pero aun así habrá un dispositivo especial de la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fuerza Armada.
El gobernante, además, señaló que su gobierno no puede dialogar con las pandillas. “No se puede dialogar con aquellos que quitan la vida a las personas, que viven del crimen, del asesinato, la extorsión”, añadió.
Sostuvo que el compromiso de su gobierno es perseguir a los criminales para que se les aplique la ley.
Indicó que aprobó la solicitud de algunos empresarios que han solicitado que cada autobús sea custodiado por un policía y un soldado, así como la instalación de retenes policiales en determinados lugares. Además, en las zonas de riesgo habrá un dispositivo especial.
Con el despliegue de la PNC y la FAES, Sánchez Cerén dijo que no tiene ninguna duda que los salvadoreños acudirán este lunes a sus lugares de trabajo.
El 29 de julio pasado, el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, salió del país para someterse a un nuevo tratamiento médico en Cuba.
La última semana de julio, las pandillas impusieron bajo amenazas un paro al transporte de autobuses durante cuatro días, el cual asesinaron a ocho motoristas.
Las pandillas, que a nivel nacional suman unos 72,000 miembros, de los cuales cerca de 13,000 están encarcelados, buscan presionar al gobierno para que les incluya en un diálogo alentado por el estatal Consejo de Seguridad que busca soluciones al problema de la criminalidad.
En marzo de 2012, el excomandante guerrillero Raúl Mijanjo y el vicario castrense Fabio Colindres, con la venia del gobierno de Mauricio Funes (2009-2014), mediaron en una tregua entre las pandillas. Durante año y medio dejaron de atacarse y los homicidios bajaron de un promedio de 14 por día a 5.
Desde enero pasado la violencia entre maras repuntó, y los homicidios se sitúan en una media de 15.8 por día.