En febrero de 2013, Jorge Velado tomó la presidencia del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Dos años y medio después, ARENA está cerca de su próxima Asamblea General. En septiembre, las bases definirán qué cambios quieren de su dirigencia. Velado está dispuesto a correr por la reelección; convencido de su trabajo, dice que cuenta con el apoyo de los areneros para quedarse al frente del principal partido de oposición.
Desde que llegó a la presidencia, considera que definir roles es uno de los primeros logros obtenidos. Dividir el Consejo Ejecutivo Nacional (COENA), de la Cúpula del Partido y el Tribunal de Ética ha permitido que el presidente ya no sea un pequeño rey, que tenga la última palabra. Es la participación y apertura lo que ha caracterizado su presidencia. “Me atrevería a decir que si no hubiéramos permitido toda la participación de toda la gente, no habríamos tenido el número de diputados que consiguió la fracción”, recalca.
Pero, pese a todo lo que lograron en las pasadas elecciones de alcaldes y diputados, hubo errores que le llevaron a perder alcaldías importantes. Y él los reconoce. No haber estado cerca de ciertos alcaldes y haber sido más exigente habría propiciado pérdidas de municipios importantes. “No deberíamos de haber perdido San Salvador”, lamenta. Así como lamenta no haber ganado un bastión importante como Ahuachapán, ciudad que no esperaban perder, dice. “Si teníamos dudas, en alguna manera, no era de Ahuachapán”, añade.
¿Tiene alguna noción de cómo marcha el proceso de selección de candidatos?
La verdad yo he preferido mantenerme al margen. No quisiera que se interpretara que siendo una parte interesada, porque soy una parte interesada, he tenido influencia en él. Sé, lo que sí me he enterado, es que el grupo ha hecho un poco de consultas. Y sé porque algunas veces, estando aquí (en la sede del COENA), he visto que desfilan en reuniones del partido gente de los sectores.
¿Se ha definido lo de los dobles cargos?
Que yo sepa no.
¿A su parecer este requisito debe aplicarse al el presidente o también para los miembros del COENA?
Esas son las cosas que la comisión debe de definir. El día que se formó la Comisión, ahí todavía estaba presente, se habló que haría un par de consultas principalmente al Tribunal de Ética del partido. Me imagino que ellos van a hacer sus consultas. Y definido eso no hay problemas. Yo me acoplo a lo que sea. A mí lo que me interesa es un proceso de apertura partido, un proceso de democratización, que no se vea interrumpido por algo que no se vea claro.
¿Por qué continuar? ¿Por qué seguir siendo presidente del COENA?
Yo quisiera seguirle sirviendo a mi país. No puedo decir que no ha sido sacrificado. Yo he tenido que dejar mi trabajo para dedicarme de lleno a mi partido. Espero que cuando termine pueda regresar. Y estoy convencido de que el FMLN lejos de llevarnos por la ruta del progreso nos ha llevado todo lo contrario: hay delincuencia, no hay inversión, falta trabajo. Nuestro partido puede solventar esos problemas. Y creo que tenemos en la Asamblea y los diputados un excelente equipo. No quiere decir que los anteriores no han sido buenos. Pero en todo esto debe haber alguien que lidera. Y creo que los resultados de 2015 han sido los mejores resultados. Con todo esto no quiero decir que no ha habido errores, si somos humanos. Todos nos equivocamos, pero hay mucho por hacer. Y eso que hace falta por hacer es lo que quisiera terminar de hacer en los próximos dos años para el partido.
Con todo el aparato que han creado, ¿qué de cierto hay en que las decisiones se toman de arriba para abajo?
La verdad es que, precisamente, el vivir el republicanismo nos ha permitido romper el verticalismo. Yo llegué al COENA, no como presidente sino como vicepresidente en mayo de 2009. En todos estos seis años, jamás recuerdo que a la fracción nosotros hayamos llegado así “ustedes tienen que votar así”. Yo participo en las reuniones de la fracción, trato de estar presente en las reuniones de la semana. Trato en la medida estar siempre o casi siempre. Y yo no creo que haya llegado el COENA o el presidente a decir “aquí se van a hacer así las cosas”. Creo que una cosa buena que hemos logrado en estos últimos años es que más gente se involucre y que no seamos solo 15 personas los que decidamos.
¿Y por qué habrá miembros que opinan lo contrario?
Pues no sé quién lo dirá. Y de seguro, como aquí se ha permitido, es que haya gente en decir que no está de acuerdo. Eso es democracia. Como a mí a veces me preguntan: “es que fíjese que fulano ha dicho tal cosa que no es su opinión”. Pero en este partido se permite opinar. En otros tal vez no. Si hay alguien que no piensa igual que otro, que lo diga. Hay instancias. Porque si yo en contra de qué está haciendo el otro, “a ver vení sentante y decinos por qué”.
Muchos destacan justamente esto de usted: la apertura. Pero, ¿qué errores se han cometido durante su presidencia y que no volvería a cometerlos?
Yo diría que en la campaña presidencial permitimos que existieran diferentes mesas de trabajo. En la primera parte de la campaña, para la primer vuelta. Teníamos las decisiones bastantes dispersas, por la decisión que sea. Digamos que no era ese el estilo del jefe de campaña. Y ya sabemos quién era el jefe de campaña. De alguna manera, se empezó a dejar por fuera a los líderes territoriales. Y yo tengo que reconocer, como presidente del partido, yo no lo debería de haber permitido. Sin embargo, pues por el hecho de que había un jefe de campaña. Inmediatamente, pasó la primera vuelta y, además, ya no estaba ese jefe de campaña, dijimos el liderazgo lo debe manejar el director municipal. Esa fue una debilidad que sucedió. Tal vez, por supuesto, no estamos felices de haber perdido algunos municipios, como San Salvador. Si bien es cierto no es la capital, y no es un bastión, porque un bastión es donde siempre hemos gobernado. Pero era la capital. No deberíamos de haber perdido San Salvador. Hay dos municipios que perdimos porque se cuestionó mucho la gestión de los alcaldes, que es el caso de Soyapango y de Mejicanos. Tal vez lo que debo reconocer, de parte del COENA y mía, porque yo soy el presidente, es el no haber logrado encauzar el trabajo de estos dos alcaldes. No estoy echando la culpa 100 % al alcalde o alcaldesa, porque había un concejo y el concejo era gente nuestra. Lo que nos faltó era poner a la gente nuestra a definir un objetivo. Nosotros como partido y yo, principalmente, quizá debí haber sido mucho más exigente para que esas dos alcaldías que perdimos trabajaran bien.
Con todo lo bueno y lo malo que ha sucedido, ¿cree que tiene el apoyo?
Yo considero que sí tengo el apoyo. Creo que mis hermanos areneros están convencidos de que hemos obtenidos los mejores resultados en los últimos 20 años. El FMLN gobernaba tres de los cuatro puertos de El Salvador. Hoy no gobierna ni uno de los cuatro puertos. Le ganamos La Libertad. No ganamos Acajutla, pero lo perdió el Frente. Le ganamos bastiones al FMLN. Le ganamos Santa Tecla, Morazán. Nos hemos metido en el corazón colorado. La gente lo ve y todo, porque no es un trabajo mío sino de equipo, de conseguir fondos para la campaña. Porque puedo decir que nuestro dinero es limpio: no viene de Alba Petróleos, o de gobiernos… porque no sé de dónde viene el de ellos.
¿Y cree que hay fuerzas internas que se resisten a su candidatura?
Es que fuerzas suena a…
¿A movimientos?
Ajá, como que haya algo orquestado. Ahora bien, habrá gente que quiere optar, pero es parte de la democracia del partido. Bueno, pero si yo he estado totalmente a favor, promoviendo la democracia del partido, no puedo ser yo quien le bloquease su deseo de participar para la candidatura del COENA.
¿Cree que estas mismas personas, debido a que quieren participar, son las que estarían diciendo que debe haber cambios en la dirigencia?
Cambios no necesariamente debe decir cambiar totalmente el Consejo Ejecutivo Nacional. Cuando llegamos al COENA hace seis años, éramos 13. De esos 13 solo quedamos dos: el doctor (Orlando) Cabrera Candray y yo. Eso quiere decir que ARENA ha tenido la habilidad de venirse renovando con el tiempo. Y yo le puedo decir que, después de septiembre, igual vamos a ver renovación. Así como el agua que se estanca se pudre, un partido que se estanca se pudre.
En estos días uno de los fuertes críticos a la cúpula ha sido el exalcalde de Ahuachapán, Rafael Morán. ¿Considera que se le dio la espalda?, como él lo ha dicho.
No, él tuvo el apoyo como lo tuvieron todos los alcaldes. Y no estoy hablando económico, sino institucional. El partido asignaba fondos dependiendo del tamaño del municipio. Además, hubo presencia de muchos de nosotros en el lanzamiento de campaña, actividades, hasta con el doctor Calderón Sol coincidimos.
Es una de las alcaldías que lamenta haber perdido.
Por supuesto, es una cabecera departamental a la que le estábamos apostando y nunca creímos que la íbamos a perder. Si teníamos dudas, en alguna manera, no era de Ahuachapán.
¿Hicieron evaluaciones que les indicaran que Morán era el indicado?
Hicimos dos evaluaciones específicas del municipio. Una, cuando empezamos en el proceso para escoger a los candidatos a diputados y alcaldes, las alcaldías nuestras fueron evaluadas en encuestas. La segunda evaluación la compartimos con cada uno de ellos. Al licenciado Morán se le compartió una copia. Ahí indicaba qué es lo que el pueblo decía en ese momento.
¿En el camino no tuvieron una relación de roces con Rafael Morán?
Yo no creo que hayamos tenido. Lejos de eso…
¿Y lo escucharon?
Siempre. Él, incluso, cuando le entregué la evaluación fue en una plática. Yo de lo que estoy seguro es que en el 2018 esa alcaldía va a volver a ser de ARENA.
Morán en un momento decía que “lo importante es que cada quien sabe sus pecados”.
Yo no tengo ningún comentario. Aquí somos democráticos. Cada quien tiene la libertad de expresarse, obviamente están las instancias. Aquel que quiere aportar con su crítica constructiva lo puede hacer.