El Salvador
domingo 17 de noviembre de 2024

“Las manzanas podridas sobreviven en la política”

por David Ernesto Pérez


El exdiputado Douglas Avilés señala que el voto cruzado encierra una contradicción: propicia la máxima libertad del elector pero permite que la “danza de los millones” se imponga a las propuestas

Cuatro meses después de celebradas las municipales y legislativas de 2015 ARENA, FMLN, GANA, PCN y PDC ya superaron los resabios electorales. Cambio Democrático (CD), sin embargo, todavía está en el quirófano con respiración asistida al no alcanzar el mínimo de votos válidos que establece la ley electoral para seguir como partido político.

Pero el futuro no es del todo desalentador. Douglas Avilés, secretario del partido fundado en 2005, explicó que hay un salvavidas: como ganaron 1 alcalde y 23 concejales pueden presentar un recurso de amparo contra la cancelación de CD o pedir directamente al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que no lo haga; la otra es interponer una demanda de inconstitucionalidad contra la Ley de Partidos Políticos.

Esas son las alternativas pero si resultan infructuosas Avilés adelantó que preguntarán a los militantes si quieren recoger firmas para refundar el partido.

“Es la última vez que lo intento y no porque sea cobarde”, dijo el exdiputado que quedó fuera de la Asamblea en marzo pasado. “No dejamos de soñar que un proyecto socialdemócrata pueda cuajar”, agregó.

En entrevista con Diario1 Avilés analizó los fallos que los llevaron a perder la única diputación que habían ganado en las elecciones de 2012 y las consecuencias del voto cruzado ordenado por la Sala Constitucional el 4 de noviembre del año pasado.

¿Por qué no alcanzó a mantener la diputación?

Es un fenómeno multicausal.

¿Cuáles son esos factores?

Algunos tienen que ver con el sistema. Otros con nuestras características de organización interna. Lo puedo plantear así: el sistema electoral salvadoreño está diseñado para aplastar a las minorías políticas, la tendencia es que conforme el tiempo pasa a las minorías se les acaba el tiempo de sobrevivir. En las elecciones de 2015 estuvimos a punto de dejar de existir Cambio Democrático, la Democracia Cristiana (PDC) y otros que tenían representación legislativa y municipal. La excepción a la regla es GANA que ya no es un partido que representa minorías, sino que es claramente la tercera fuerza política del país y la más capaz de cooptar el centro político.

¿Por qué aplastó a los partidos minoritarios?

Porque el voto cruzado, por ejemplo, es una de las reformas más inmisericordes con los partidos que tenemos pocos recursos en la medida que la propagada y la publicidad se centran en el pedido de voto por rostro; los que sobreviven son los que tienen mayor aparato y recursos. Es cierto que ARENA y FMLN tienen mayores aparatos pero la lucha venía siendo bastante equilibrada y tenían bastante presencia los partidos pequeños.

¿Por qué está diseñado así el sistema electoral?

Tras la reforma propiciada por los Acuerdos de Paz y el nacimiento del TSE el sistema estaba diseñado a tres: para favorecer a ARENA, PCN y PDC pero con el paso del tiempo todas esas reformas al Código Electoral y el surgimiento de la ley de Partidos Políticos establecen reglas del juego que, en gran medida, potencian el bipartidismo y disminuyen las posibilidades para fuerzas alternativas.

¿Quiénes han propiciado esto?

Hay que señalar que hay decisiones no exclusivamente legislativas sino sentencias que tienen a la base demandas ciudadanas. Estamos frente a una paradoja: según un buen porcentaje de la población nuestra legislación está en rumbo a ser de avanzada y a recoger reivindicaciones ciudadanas pero algunos de estos cambios han potenciado el aplastamiento de las minorías políticas. Cuando un partido pequeño puede poner una valla publicitaria, uno grande puede pagar hasta veinte. El voto por rostro, concejos plurales, el voto cruzado no son malos sino que el problema es que no están acompañadas de otras reformas que permitirían una competencia más equitativa, por ejemplo, el tiempo aire que pueden estar los candidatos en TV…

Pero en estas elecciones todos tenían espacio en la televisión pública…

No era igual sino de acuerdo al tamaño. Nosotros, por ejemplo, lo más que pudimos tener de tiempo fueron tres minutos frente a una cantidad más importante que pudieron tener los partidos grandes. En otros países hay igualdad de condiciones pero no es lo único…

Oiga, Douglas…

Pero no es lo único: organismos electorales temporales como Juntas Receptoras, Vigilancia, Juntas Departamentales los partidos pequeños van al sorteo del quinto miembro; el resto de partidos tienen presencia de cuatro miembros.

¿Qué fallos detectaron en la organización interna?

Probablemente no fuimos capaces –sería un error no admitirlo- de realizar la mejor estrategia electoral. Por ejemplo, en departamentos como San Salvador y La Libertad hicimos esfuerzos importantes por crear equipos de candidaturas altamente representativos y con posibilidades reales de ganar; solo una persona nos aceptó y el resto no. ¿Por qué? Porque la gente no se quiere jugar cuando se siente insegura de ganar. Muchos líderes nacionales no se la quisieron jugar porque saben que hay que invertir, tienen una zona de confort con una vida resuelta. Otro factor que no podemos negar es que, aunque CD es conocido como partido coherente y honesto, aún hay mucha gente con temor de participar en política. Otra parte de la estrategia pasa por tener verdaderos liderazgos territoriales pero no hemos sido capaces de construirlos.

¿Por qué?

Toca que competir con los millones que invierten los partidos a base de regalías y otras políticas a las que ya está acostumbrado un gran margen del electorado. Es difícil competir cuando llegas a una comunidad a la que le regalan mil láminas y tú llegas con un mensaje.

El clientelismo…

Influye mucho y no podemos competir. Tampoco hemos logrado un tipo de organización efectiva de masas como la que tiene el FMLN, que es celular, con directivas. También puede ser que nuestro método de organización electoral haya fallado. Es necesario señalar que tampoco hemos sido eficientes en potenciar la identidad del Partido, quizá no hemos tenido todo el compromiso que debíamos.

¿Qué nos ha enseñado la experiencia? Que el mercado electoral es ingrato, que alaba esfuerzos de identidad propia, que hemos tenido un papel coherente en la Asamblea Legislativa y gobiernos locales, pero a la hora de la elección vota por los mismos. En la elección de 2012 tuvimos 14,000 votos enteros en San Salvador y 50,000 a nivel nacional; en 2015, 6,500 enteros en San Salvador y 5,000 del voto cruzado. Unas 7,500 personas nos cruzaron el voto.

Eso resultó grave para CD…

Era la vida o la muerte.

Alguien comentaba que el voto cruzado reduce la política al mercadeo electoral. ¿Qué piensa usted?

Es todo un debate. Yo creo en el peso de la ideología. Cuando surge el voto cruzado las ideologías pasan a un segundo plano y, mal llevado, puede estimular los cacicazgos, personalismos sin ninguna fuente de pensamiento, solo por lo atractivo de un rostro o una sonrisa. Es cierto que se estimula la mayor libertad del elector pero también se propicia que muchas candidaturas hayan logrado sus objetivos porque tenían suficiente dinero para invertir millones en una campaña en desmerito de las candidaturas con principios firmes.  Ganó la danza de los millones.

¿Y cuál es el riesgo de esto?

Podemos pasar del debate sobre el modelo que ofrecía cada ideología a quién tiene la sonrisa más blanca o el mayor atractivo físico. No quiero menospreciar la inteligencia del elector pero muchos de estos candidatos estimulan ese tipo de competencia.

¿Ese modelo excluirá a la gente que realmente tiene un interés genuino en la política?

Tengo miedo que sí. Unos se alegran porque dicen que la política se sanea de manzanas podridas pero no es cierto,  las manzanas podridas todavía sobreviven en la política. ¿Qué es cierto? Que gente sana, con principios y convicciones, cada vez más está siendo aislada por un sistema electoral ingrato que define las capacidades a base de apariencias. Contra eso luchamos. En algunos años vamos a saber si tuvimos éxito.

¿Van a refundar CD o un nuevo partido con otro nombre?

Es un buen punto por todo lo que he dicho: que una y otra vez nos hemos dado en un gran muro, que tenemos un mercado electoral ingrato y parece que no cuaja esto, ¿por qué insistir en que CD viva? Personalmente siento que en el país las minorías tienen derecho a estar representadas, mucha gente me para en la calle y me pregunta: “Y ahora por quién vamos a votar”; tenemos alcaldes y regidores y no podemos ser irresponsables de dejarlos abandonados; hay un importante número de miembros de CD que están entusiasmados en salir adelante y no dejar de soñar que un proyecto socialdemócrata pueda cuajar alguna vez.

¿Pero si vuelve a pasar lo mismo?

Yo vuelvo a participar con una idea: no repetir la historia. Con convicción le digo que es la última vez que lo intento, no porque sea cobarde de no querer luchar toda la vida como lo han hecho otros sino porque hay realidades y de ellas debemos aprender; si en esta nueva etapa el elector nos vuelve a rechazar está claro que es muy poco probable que un proyecto socialdemócrata pueda germinar en el país. Es bastante presuntuoso pretender que somos los únicos socialdemócratas en el país pero sí hemos sido los más coherentes. Si un tipo de socialdemocracia como la que practicamos no cuaja, ¿entonces cuál es la que puede cuajar?

¿Van a refundar el partido?

Es uno de los caminos.

¿Cuáles son los otros?

Valoramos ampararnos contra la cancelación ya que tenemos 23 regidores y un alcalde elegidos bajo la bandera de CD y que ellos quedarían en la orfandad. Cuando se aprobó la ley de Partidos nosotros insistimos en que en las causales de cancelación se introdujera también ganar elecciones municipales porque no hay diferencia con las legislativas; otro camino es un recurso de inconstitucionalidad contra la ley de Partidos, es perfectamente válido el argumento que es inconstitucional porque viola derechos constitucionales; y el último es que creemos que el TSE puede reflexionar sobre la inaplicabilidad de la cancelación de CD.

¿Basado en los 23 regidores y el alcalde?

Fundamentalmente en que la ley de Partidos no consideró los concejos plurales que ahora nos han dado concejales.

¿Y si no funciona?

Será tiempo de reflexionar si vamos a recoger nuevamente las firmas para refundar el partido. Ahora me hago una pregunta: ¿Es justo desaparecer a un partido que ha participado en elecciones legislativas de 2006, 2009, 2012 y 2015? Creo que no.