El Salvador
lunes 13 de enero de 2025

“La reputación que se ha ganado la clase política es merecida”

por Redacción


Wright Sol, diputado por San Salvador, asegura que el poder no lo ha “enfermado” y desdeña los debates “polarizados” y largos que mantienen sus colegas

Dos meses y ocho días han transcurrido desde que la Sala de lo Constitucional avaló a los 84 diputados asumir el cargo que ganaron en las municipales y legislativas celebradas el 1 de marzo, tiempo suficiente para que los neófitos políticos contesten la pregunta: ¿La Asamblea es lo que se imaginaba?

John Wright Sol, diputado de ARENA, contestó que el trabajo legislativo se aprende haciéndolo. Pero hay más: criticó, por ejemplo, que sus colegas se extiendan tanto discutiendo asuntos que hacen las plenarias kilométricas y extenuantes. También admitió que la clase política tiene la reputación que se merece.

“Ese es el peligro más grande que corremos los nuevos políticos: que se perciba que nos hemos acomodado”, advirtió a sus compañeros el treintañero a quien los votos de los capitalinos lo convirtieron en funcionario.

A modo de escape aseguró que en el principal partido de oposición le permiten proponer y disentir. Incluso, afirmó, votará diferente al resto de sus compañeros cuando sea necesario. Y asumirá las consecuencias.

¿Es la Asamblea lo que se había imaginado?

Bueno, creo que… realmente como cualquier trabajo nuevo se aprende haciéndolo. La preparación te sirve adaptarte al nuevo trabajo y estos dos meses han sido de adaptación.

¿Era la Asamblea lo que se esperaba?

En términos de expectativas…

Ajá…

Hay diferentes temas. Por ejemplo, cómo iba a ser el trabajo en comisiones; desde mi punto de vista lo ha superado porque, por lo general, en algunas en las que trabajo considero que hay un buen nivel de diálogo, entendimiento, buenas intenciones de los partidos de llegar a acuerdos y consensos. La dinámica del pleno no la conocía y francamente debo decir que… mis expectativas no, no…

¿No han sido cumplidas?

No es eso, qué te puedo decir, hay temas que desde mi punto de vista se pueden resolver de mejor forma. Las plenarias son largas, tediosas pero si hay que quedarse hasta la una de la mañana aquí voy a estar porque para eso me pagan, pero siento que el debate se eleva a niveles de polarización que son innecesarios.

¿Qué es lo mejor que ha visto en la Asamblea?

Ha sido una legislatura que ha empezado bastante intensa, con muchos temas pendientes de la anterior y que veníamos de una elección bastante compleja. También en nuestro grupo parlamentario hay muchos elementos nuevos, entonces hacemos el trabajo necesario para fortalecer nuestro equipo de trabajo. Pero también parte de mi trabajo está afuera de la Asamblea en participar en foros, ser invitado a capacitaciones, reunirme con personas interesadas en los temas de mis comisiones. Por ejemplo ahorita estaba sentado en mi curul y me escribía un joven surfero que tiene interés en promover una ley para áreas protegidas en la zona dónde surfea. Eso es lo más positivo.

¿Lo peor que ha visto hasta ahorita?

El debate polarizado se sigue dando, en algunos casos tiene validez, pero cuando es solo por defender lo de uno… no sé si realmente tienen que ver los intereses del país.

¿En qué casos tiene validez el debate polarizado?

No polarizado sino ideológico. La polarización no lleva a nada, es más, nos divide más, nos aleja del diálogo. Quizá diría que a veces se debate apasionadamente, y es bueno, pero cuando polariza no.

Desde afuera la Asamblea se percibe como corrupta: ¿Es acertado o errado?

La reputación que se ha ganado la clase política es merecida. Tratamos de romper ese círculo y lo que nos mantiene alejados de la población, lo que le repudia y le hace no querer participar, ni siquiera votar porque se dice que todos son más de lo mismo; es más, ese es el peligro más grande que corremos los nuevos políticos: que se perciba que nos hemos acomodado. Yo sigo creyendo que la corrupción es el mayor problema de nuestro país, de allí se origina la inseguridad y los demás.

Ajá…

Yo no he sido testigo de un acto de corrupción desde que entré a la Asamblea, pero de serlo lo denunciaría porque si no lo hago soy parte del problema.

¿Por qué es merecida la reputación?

Se han dado históricamente actos de corrupción, hemos visto casos claros en los que la Fiscalía (General) ha investigado por una publicación mediática unos casos sí y otros no y esa parcialidad e irrespeto a nuestras leyes es obvio.

¿Las relaciones entre los diputados son tan tirantes como se ve en el pleno?

Desconozco que entre los 84 diputados haya odios. El fundamento de nuestro trabajo es el respeto mutuo.

¿En la fracción le permiten proponer, debatir?

Por supuesto.

¿Hasta qué punto la hay?

Hay plena libertad, soy un diputado electo para representar al pueblo, hasta ahorita las dinámicas de nuestras reuniones son abiertas al diálogo, el debate, debatimos en los que no todos estamos de acuerdo, a veces tomamos decisiones por votación y somos democráticos; es muy difícil defender la democracia si hacia adentro no somos democráticos. No me han frenado en el trabajo que he hecho.

¿Hasta ahorita ha sentido ganas de votar diferente a como lo hace el resto de sus compañeros?

Hasta ahora no se ha dado la ocasión en que tengo que votar de forma diferenciada, no obstante estoy dispuesto a hacerlo.

¿Cree que eso le puede traer consecuencias negativas?

Todo tiene consecuencias, uno tiene que estar dispuesto a asumirlas porque uno es responsable de lo que dice y hace. Podría tener consecuencias políticas, dentro del partido, pero lo importante es actuar en base a los principios de uno.

¿Los diputados están enajenados de la realidad?

Es fácil en el mundo legislativo, en las paredes de este Salón Azul olvidarse de eso. Es una trampa en la cual los políticos pueden caer, por eso es importante mantener ese vínculo; me atrevo a decir que los 84 diputados vivimos en condiciones (económicas) mucho más superiores que la gran mayoría de la población, pero no se necesita ser pobre para entender sus necesidades. Nunca hay que dejar de vista la realidad nacional.

Hace un par de meses una familia estaba desplazada en Antiguo Cuscatlán y una diputada dijo que era una treta de ARENA. ¿Ha enfermado a los diputados el poder?

Por supuesto que enferma el poder pero solo puedo responder por mí y a mí el poder no me ha enfermado, puedo decir que rodearme de buenas personas me ayuda a mantener los pies en la tierra, enfocarme en mi trabajo.