Aseguró que estaba orgulloso de tenerlos frente a él. En el salón de honor de Casa Presidencial el presidente Salvador Sánchez Cerén se deshizo en elogios para Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, quienes estuvieron presos en Estados Unidos acusados de ser espías a sueldo de Cuba. A ellos los llamó ejemplos del triunfo de la vida sobre la muerte, abanderados de la libertad latinoamericana, de dignidad, verdad, justicia y sacrificio. Mientras tanto en el aeropuerto Óscar Arnulfo Romero pasaba algo muy diferente con casi una docena de compatriotas de los elogiados: Migración y Extranjería les prohibió entrar al país con el argumento que no portaban sus documentos en regla y que presentaron invitaciones irregulares del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Cuando El Salvador piensa en Cuba también se divide. Desde que en 1959 Fidel y Raúl Castro bajaron de la Sierra Maestra y la Revolución se enquistó en el poder la mitad de los salvadoreños los considera héroes sempiternos; la otra mitad demonios a los que nunca podrá acercarse. ARENA y FMLN, los partidos más grandes desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, son una encarnación de esa confrontación.
La visita de los cinco cubanos que desde 1998 hasta 2011 y 2014 permanecieron en celdas de Miami revivió la Guerra Fría. Mientras la cúpula del FMLN los recibió con los brazos abiertos y en su honor divulgó mensajes a los cuatro vientos en los que los calificó como héroes, el presidente secundó el homenaje poniendo a disposición de ellos toda la pompa protocolaria y los medios del Gobierno.
“Fui testigo de su determinación de luchar, junto al gobierno y pueblo de Cuba, todo el tiempo que fuera necesario para alcanzar el triunfo de la justicia”, les dijo Sánchez Cerén a los expresidiarios. “Tenemos mucho que aprender de ustedes. Sepan que su historia seguirá alentando a nuestro pueblo”, agregó.
Los otros cubanos, sin embargo, se la ven a palitos desde el lunes a las 6 y 30 de la noche que llegaron procedentes de La Habana a San Salvador. Cuando presentaron sus pasaportes en el aeropuerto las autoridades los retuvieron porque consideraron de dudosa credibilidad los documentos migratorios y la invitación que presentaron para participar en la VIII Conferencia de la Comunidad de las Democracias, que organiza el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Héctor Antonio Rodríguez, director de Migración, detalló que cancillería no ha aclarado si los activistas están en la lista de invitados a la Conferencia; para inadmitirlos, como burocráticamente es conocido el proceso burocrático que no implica deportación ni expulsión, se basaron en que únicamente tenían copias. No explicó, sin embargo, por qué les prohibieron entrar si tenían pasaportes auténticos.
Eugenio Chicas, secretario de Comunicaciones, dijo en una conferencia de prensa en CAPRES que pueden regresar siempre que tengan sus papeles autenticados. “Somos un país abierto y no es por decisiones ideológicas que se toman esas decisiones”, comentó.
“El brazo de la dictadura cubana y sus servicios de inteligencia también ejercen su dominio en El Salvador”, declaró Claudio Fuentes, uno de los defensores de derechos humanos, al Diario de Cuba. Minutos antes había dicho que presentaron todos sus documentos en regla. “Las garras del totalitarismo castrista violan la soberanía de otro país de manera impune”, reiteró.
Los visitantes también divulgaron un vídeo en el que discuten con los policías salvadoreños en el aeropuerto.
Después de los argumentos de los funcionarios de Sánchez Cerén los diputados John Wright y Martha Evelyn Batres, de ARENA, fueron al aeropuerto a verificar qué había pasado con los cubanos. La verificación no dio como resultado algo relevante.
Pero el mundo ha cambiado. La Guerra Fría también ya pasó. La muestra más clara es el reinicio de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.