El 14 de abril cuatro excandidatos a diputado lograron que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema (CSJ) ordenara el recuento de los votos de las legislativas de San Salvador porque dudaban de la transparencia de los resultados que los dejaron fuera de la Asamblea. Casi cuatro semanas más tarde están a punto de nuevamente obtener una resolución favorable: que el Tribunal Electoral (TSE) sea obligado a recontar y darle el valor que corresponde al voto entero que los electores dieron a los rostros que estaban impresos en las papeletas.
Ahora que las 60 mesas que hicieron el recuento terminaron casi se ha confirmado que no alcanzaron los votos suficientes para ganar un escaño en la Asamblea. Óscar García y Josué Alvarado, dos de los cuatro exaspirantes que presentaron a la Sala la demanda de amparo que se ha traducido en el alargamiento del proceso que se celebró el 1 de marzo, casi se han resignado a los resultados aunque todavía tienen un asomo de esperanza: que los magistrados electorales den el valor que corresponde a los votos enteros por los rostros de los competidores.
Alvarado, que compitió abanderado por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), se ve lejos de obtener las más de 15,000 marcas que ganó el diputado Rodolfo Parker, su rival más cercano; el escenario, sin embargo, puede cambiar a su favor si los magistrados José Belarmino Jaime, Florentín Meléndez, Sidney Blanco y Rodolfo González le insisten al Tribunal que mida el voto entero.
“Los escaños ya están definidos para todos los partidos pero pueden cambiar las personas que los cubrirán”, consideró el también empresario que hizo fortuna en los Estados Unidos. Recordó, asimismo, que gracias al recuento ha pasado de tener 10,000 marcas a más de 12,000.
De esta batalla también son parte Douglas Avilés, virtual exdiputado por Cambio Democrático (CD) que denunció que ARENA, PCN y PDC se habían aliado en las mesas que hacía el escrutinio final para anularle votos, dejarlo sin posibilidades de competir y que su lugar lo ocupe el militar en retiro Mauricio Ernesto Vargas; y Erving Ortiz, exaspirante por GANA que se quejó que el dirigente del partido naranja, Guillermo Gallegos, tuvo preferencias por otros candidatos y a él lo afectó con robo de sufragios.
“Los números nos dicen que ya no habrá ningún cambio”, señaló el general Vargas que destacó del recuento la dosis de legitimidad que le da a las legislativas de San Salvador.
Ayer los magistrados Julio Olivo Granadino y Ulises Rivas Sánchez confirmaban que la asignación de escaños que ellos oficializaron el 14 de abril con la entrega de credenciales es la correcta. Por ejemplo, candidatos como Gallegos que habían ganado su curul con residuos del voto por bandera ahora lo aseguran con cociente.
García, del Partido de Conciliación Nacional (PCN), afirmó que todavía es válido hacer un juego de probabilidad que solo será posible con el conteo del voto entero por candidato. Las sorpresas estarían a la vuelta de la esquina: “Los que tienen mayor número de marcas no necesariamente tienen más votos”. Prevé, por ejemplo, que aún pueden disputar la posición los excandidatos Hilda Jiménez y Manuel Chacón; o en ARENA los exdiputados Mariela Peña Pinto y Enrique Valdés a Vargas.
“Esperamos que la Sala establezca que el mecanismo que ocupa el Tribunal para contar las marcas no es constitucional”, comentó García.