Lorena Peña tenía a su lado derecho al presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén. Al izquierdo se encontraba el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Armando Pineda. Sánchez Cerén y Pineda terminaban de saludar a los 14 diputados que subieron a la directiva; hubo apretones de manos y hasta abrazos efímeros. En la cúspide del largo púlpito del Salón Azul, los tres poderes del Estado se juntaron para presenciar la primera Sesión Solemne Inaugural de la Legislatura 2015-2018. El retrato era inédito: Lorena Peña esperaba escuchar su nombre para bajar y postrarse frente a los 83 diputados recién electos. Era el primer discurso como presidenta del Órgano Legislativo y el tercero que se escucharía de una mujer que logra ocupar el cargo.
Puso unas cuantas hojas blancas sobre el ambón antes de soltar sus primeras palabras. Saludó, luego de escuchar unos los aplausos de la bancada que la postuló para ser la presidenta, y agradeció.
“Quiero agradecer a mi madre, Angelita”, comentaba en un inicio Peña, enumerando de uno a uno los personajes que le motivaron a presidir el primer Órgano el Estado.
Continuó hasta abordar, sin grandes vueltas, los compromisos que llevaba apuntados en papel: transparencia y rendición de cuentas, el primero. Peña especificó que su labor se encaminaría en informar al ciudadano del quehacer legislativo. “Ya que un pueblo informado y más consiente, será un pueblo más libre de cualquier intento de manipulación”, replicaba.
Con voz pausada, en un segundo escenario, ubicó a las mujeres: “Mi objetivo de convertir a la Asamblea Legislativa en un espacio amigable y seguro para las mujeres. Un espacio libre de violencia de todo tipo en contra de nosotras las mujeres”.
Lorena Peña tiene la llave para resolver los problemas administrativos y políticos que estén bajo su competencia. A eso se comprometió. No en vano los diputados justificaron su elección por ser la persona de consensos y acercamientos. “Quién más que Lorena para lograr acuerdos”, destacaba en una ocasión una diputada de peso adentro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Cumplir a tiempo la agenda legislativa, dijo, es otro de sus retos. Peña, segura de los proyectos de ley a los que se debe apostar, llamó al debate y a la pronta discusión de algunas normativas como la Ley de Arte y Cultura, la Ley de Responsabilidad fiscal, Ley de agua, ley de Derechos de Pueblos Indígenas, Ley para los Veteranos de la Fuerza Armada y FMLN, y el proyecto urgente para reformar la Ley de Pensiones.
“Pero una presidencia no puede por sí sola ir más allá donde quiere ir”, mencionaba mientras llamaba a los cinco partidos políticos a trabajar para acelerar los procesos y a los otros Órganos de Gobierno a trabajar con fluidez y sin salirse de “sus respectivas atribuciones”.
“La Constitución dice que los órganos fundamentales de Gobierno son el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial”, consideraba citando el artículo 86 de la Constitución. El llamado de parte de Peña parecía no tener matices: el resto de Órganos deben cooperar pero también “respetar la independencia”. Los diputados escucharon con atención estas últimas palabras mientras otros aprovecharon para llenar páginas completas con apuntes. Carla Hernández, diputada primeriza por el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), fue de las pocas que apuntó detalle tras detalle de expuesto por Peña.
Luego de 45 minutos, cuando se llegaban las once de la mañana, la nueva presidenta cerró su discurso citando a su padre y dedicando el trabajo que realizará a sus hermanos, de quienes espera “le iluminen siempre, cada vez que me equivoque… Para no fallarle a mi partido, a los diferentes grupos y, sobre todo, no fallarle a mi país”. Se retiró en medio de aplausos.
La sesión solemne se dio por concluida y las reacciones comenzaron a conocerse. La oposición, aunque si bien calificó de “conciliador” el discurso, vieron en el mensaje de Lorena Peña un ataque “vedado a la Sala de lo Constitucional”.
Ernesto Muyshondt, exdirigente de ARENA y hoy diputado, la legislatura comenzó con “pie izquierdo, al aprobar un protocolo de entendimiento que no cumple con la proporcionalidad que manda el Reglamento Interno de la Asamblea Legislativa y, de donde, excluyeron al partido ARENA”. “Solo espero que Peña cumpla con lo expuesto”, concluía Muyshondt.
Una ARENA aún cabizbaja por no haber logrado lo que, según ella, entrar en el debate del Protocolo de Entendimiento evalúa si acudirán a la Sala de lo Constitucional o Sala de lo Contencioso Administrativo a interponer un recurso. Pese a haber aprobado el acuerdo entre partidos, Muyshondt es de la opinión que hubo “una clara violación al reglamento interno de la Asamblea” de parte del FMLN, Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana) y el Partido de Concertación Nacional (PCN).