Pasó por el Parlamento Cetroamericano (Parlacen) en los 90’s, época en que recién nacía el organismo regional; después fue diputado de la Asamblea Legislativa. Hoy en día Ricardo Calderón Lam se dedica a ser auditor y a mantenerse al margen de los movimientos que transcurren en el país.
Terminado su periodo dentro el Legislativo, apoyó al Partido de Concertación Nacional (PCN) en diferentes trabajos políticos. Aunque no figuró, se mantuvo de cerca.
Pudo haber regresado a competir en las contiendas electorales pasadas, pero es hasta esta campaña que, dice, se animó a declararse candidato y tratar de volver al Parlamento Centroamericano.
Con ideas más maduras, Calderón Lam se considera capaz de impulsar la integración centroamericana. Es una necesidad “urgente”, asegura.
Lo que también reconoce es que al Parlacen le falta mucho por lograr y hacer. ¿A qué le atribuye estos frenos para que el Parlacen no funcione como se espera? Cree que la falta de leyes vinculantes entre Estados es una de esas trabas.
“Tenemos que hacer lo posible para homologar las leyes. Solo así podemos avanzar”, añade.
“Hoy hacer campaña es diferente”, dice sorprendido por el uso de las redes sociales, la interacción del electorado y, sobre todo, porque esta vez para entrar al Parlacen debe pedir el voto.
En esta contienda la gente debe votar por su rostro, ¿qué opina de ello?
“Hoy es diferente. En aquel entonces, yo me apoyaba en lo que el partido me daba, pero ahora me apoyo con lo de mi candidatura: hay que generarle imagen a través de la foto, a través de lo que las personas puedan reconocer de uno. Antes, uno se apoyaba mucho en el partido porque no había foto. Entonces, el partido lo ponía a uno en una posición y el partido hacía la propaganda. He encontrado diferente la cuestión”, responde mientras añade que esta contienda para él es más agotadora porque debe recorrer todo el país.“Es como una campaña presidencial…”, comenta.
Pese a estar consciente que no llegará a los 262 municipios, Calderón Lam dice haberse propuesto todo el contacto que pueda con la gente: “Por eso es que yo he hecho un equipo de trabajo que anda en el campo. Y estamos trabajando con un equipo de técnicos en mercadeo político, para que pueda yo darme a conocer”.
Que sea el elector el que decida quién quiere dentro del Parlacen, él lo evalúa bajo dos ópticas: en una de ellas da ventaja al electorado porque vota bajo la entera capacidad de elegir a un funcionario. En la segunda, cree que es una oportunidad para que aquella persona que se postula demuestre que es responsable y ética en sus actos.
“Pues sí… Los que no tienen esas virtudes, pues estarán preocupados. Espero demostrarle al pueblo que mi récord es intachable. Perdone que lo diga yo, pero en este ‘bolado’ así hay que hacer. Los demás pueda que no lo digan, pero yo he trabajado como funcionario público, como diputado, y en muchas instituciones de gobierno, y hasta la vez he sido un hombre que ha presentado solvencia en sus actos. Eso es una de mis cartas de presentación”.
Si algo dice con seguridad es que está dispuesto en demostrarle al pueblo “que uno puede aportar” y que llegará a hacer lo que “a lo mejor” no se ha hecho. “Hoy, una de mis grandes inquietudes, es llegar al Parlamento y decir qué es lo que estamos haciendo. Quiero reunirme una vez al mes con periodistas y decirles ‘avanzamos en tal cosa’”.
Pero siendo usted una persona que ya estuvo en el Parlacen, ¿cuál es hoy su propuesta?
El Parlamento tiene mucho que ha logrado, pero tiene mucha deuda, de lo que no ha hecho. La integración centroamericana es una necesidad, por demás decirlo, urgente. Los países de Centroamérica no van a avanzar al desarrollo solos, porque no pueden avanzar en las cuestiones sociales, económicas, culturales, políticas. Es difícil integrar a Centroamérica: hay intereses. Todas esas cosas han evitado que avance con velocidad, pero ha avanzado. Empezaron tres países, hoy hay seis.
El sistema de integración centroamericana es complejo, pero ya tenemos las instituciones (la Corte Centroamericana de Justicia, el SICA), un engranaje que ya está. El asunto es que no hemos sabido darlo a conocer al pueblo salvadoreño y centroamericano. Los problemas económicos y hasta de corrupción han evitado que las fronteras continúen. El CA-4 es una realidad. La integración aduanera es una necesidad: Centroamérica debería tener los mismos aranceles. Tenemos que hacer lo posible para homologar las leyes y llegar a hablar el mismo lenguaje en aspectos tributarios. Y hay una cosa importante: El Salvador debe de hacer vinculantes las leyes que emanan del Parlamento Centroamericano. Si las hacemos vinculantes, que tengan la suficiente fuerza legal, vamos a avanzar.
Pero la figura que se genera de los diputados que están en el Parlacen es sinónimo de “no hacen nada”.
Es que yo puedo mandar en un lugar, pero si no te hacen caso es como si no has mandado. Logremos que las recomendaciones del Parlacen sean vinculantes con las leyes de los países miembros, estoy seguro que vamos a dar pasos agigantados hacia la integración centroamericana. Eso ha hecho que a los diputados actuales se les haya calificado de que hacen muy poco. Y, en efecto, no se ve lo que hacen. Pero es que es difícil; armonizar los intereses no es fácil. En Europa lo han hecho gradualmente, y han logrado niveles de integración bastante satisfactorios.
¿Hay algún camino que facilite el trabajo al Parlacen?
Reformar las constituciones de los países, el tratado constitutivo del Parlamento Centroamericano. También interesar más a los presidentes, porque parte del sistema de integración está la reunión de los presidentes. Ellos no han sido muy eficientes, pero con el perdón de ellos, no han sido eficientes porque tienen en su poder propuestas de leyes.
¿El cambio de época puede influir para que se logre la integración?
Claro, hoy yo me puedo comunicar con un nicaragüense con una facilidad espantosa. El cambio de época nos va a facilitar las cosas. Puedo hacer una reunión vía pantalla con panameños, con hondureños, cosas que antes no se podían. Era caro.
Usted dice que hay intereses que evitan la integración. ¿Es Costa Rica uno de esos casos que pone frenos?
Costa Rica, si nosotros logramos la integración, lo va a hacer. Lo que pasa que ellos han tenido la suerte de tener un poquito más de ventajas por decisiones buenas que han tomado. Que les ha hecho llegar a un nivel desarrollo. Pero ellos temen…
¿Que tengan que mantenernos como lo hizo Alemania en Europa?
Je,je,je. Tal vez no es esa la palabra, yo usaría otra. Tal vez ellos temen que lo que no es bueno de otros países les contaminen lo bueno que ellos tienen.
¿Las maras?
Cosas como esas. Yo voy a tratar de trabajar en un fondo de desarrollo centroamericano para desastres naturales, por ejemplo. Aquí cada vez que sucede algo llamamos a Guatemala, a Honduras. Pienso que sí podemos tener un fondo común centroamericano para ayudarnos mutuamente. Somos países que no estamos exentos.
Y a nivel económico, ¿qué piensa hacer?
A nivel económico es una de las partes más delicadas: ya tenemos un Banco Centroamericano de Integración Económica, ese banco nació con mucha ilusión pero todavía no tiene toda la hegemonía a nivel centroamericano. Pienso que hay que homologar las leyes para poder transitar algún día a una unificación de la moneda.
Con respecto al Triángulo Norte, ¿se debe hacer algo desde el Parlacen para combatir la delincuencia?
Hace tres semanas publicaron una alianza estratégica para el desarrollo económico de los tres países. Me encantó porque hablaron de cuestiones arancelarias, de producción conjunta y hablaron también de un fondo, lo cual me parece muy bien. Son cosas que se pueden ir avanzando en buen camino y Estados Unidos está también involucrado.
¿Y con qué países debe involucrarse más Centroamérica?
Pues yo pienso que con todos, con todos los que nos brinden una oportunidad honorable. Y eso nos lo debemos ganar con nuestras buenas acciones.