El Salvador
jueves 9 de enero de 2025

Profesor quiere ser diputado para representar a trabajadores

por Pabel Bolívar


Tras recolectar las 12 mil firmas que lo acreditan como único candidato independiente para las elecciones del 1 de marzo, Ernesto García dice que aprovecha el proceso como una “tribuna de denuncia” de las injusticias y la corrupción del sistema social.

Si quiere encontrar a Ernesto García, único candidato no partidario para estas elecciones, no lo verá en grandes caravanas, haciendo proselitismo a la manera de los partidos tradicionales. Lo ubicará caminando todas las mañanas cinco kilómetros de ida y otros cinco de regreso hacia un centro escolar donde labora, en el municipio de Panchimalco.

Este joven de 29 años, que corre por una diputación por el departamento de San Salvador, nació en Santa Ana en el seno de una familia humilde: su padre es un obrero y su madre vendedora de comida.

Forma parte de la Unidad Socialista de Trabajadores (UST), la organización de izquierda que acuerpa su candidatura independiente, junto con la suplente Elba Argueta. Define esta agrupación política como “clasista” e independiente de demás partidos. Aprovecha la candidatura como una “tribuna de denuncia” de las injusticias y la corrupción. Consiga o no un escaño, el hecho de inscribirse y presentar esta plataforma a los trabajadores es ya una victoria.

¿Dónde nació?

En un hogar humilde de Santa Ana, hace cuatro años que vivo en San Salvador por cuestiones de trabajo. Mi padre siempre ha sido obrero y mi mamá vendedora, siempre han luchado por sacarnos adelante. Hemos vivido en carne propia las dificultades de los pobres y sabemos bien qué es la clase trabajadora.

¿Cómo fue su infancia?

Pues normal, en la escuela, estudiando, aunque confieso que no era de los más destacados, más bien juguetón. En vacaciones íbamos con mi abuela a cortar café en las faldas del volcán de Santa Ana. Ya en la adolescencia iba a vender ropa al mercado Colón en un localito que tiene mi prima y en vacaciones ayudaba a mi primo a vender queso. Así me costeaba la ropa y los útiles para el periodo escolar.

¿Cómo es un día normal en la vida de Ernesto García?

Pues levantarse temprano para tomar dos buses hacia el trabajo. De donde me deja el último bus camino cinco kilómetros hasta el centro escolar donde trabajo, en el cantón Los Troncones, de Panchimalco. De ahí como a las 4:30 salgo de dar clases, luego otros cinco kilómetros. Llego a mi casa a asumir algunas tareas propias de la campaña, terminar de ponerme al día con lo que pasa en el país y cuando puedo me relajo escuchando música.

¿Qué música escucha?

De todo un poco, desde trova hasta el rock de la “vieja escuela”: Rolling Stones, Beatles, Led Zepellin, Iron Maiden. También de la música nacional, los grupos de los años ochenta y noventa.

¿En qué momento se involucró con las luchas sociales?

En el bachillerato, como estudiante del INSA, participamos de la lucha por el medio pasaje gratuito. Gracias a esa presión que realizamos conseguimos el objetivo y a partir de ahí comprendí la necesidad de luchar por los cambios sociales.

De ahí al entrar a la universidad integramos la Asociación de Estudiantes de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, por la mejora de las condiciones de estudio.

¿Qué lo motivó a participar en política?

Bueno es que para mí las luchas y las huelgas son políticas, reflejan la contradicción fundamental de la sociedad: los trabajadores y grupos oprimidos que pelean por mejorar sus condiciones y por otro lado los gobiernos y los ricos que viven a costa nuestra.

Decidimos lanzar una candidatura independiente porque creemos necesario que los trabajadores se organicen para mejorar su salario, para que se les pague horas extra, es decir, las demandas más urgentes.

Muchos ven una diputación como un trampolín para mejorar su nivel de vida. ¿Cómo asegura que eso no va a pasar con usted?

Tiene razón y eso es parte del descontento que tienen las personas con la política. Dicen: ese que es pobre se mete a la política para hacer pisto. Nosotros en la UST tenemos un principio: el diputado va a poner su salario, dietas y demás prebendas a disposición de las luchas de los trabajadores y de ahí se le pagará lo que gana un profesor calificado, en mi caso. Si no se respeta eso, simplemente queda fuera.

¿De dónde viene el dinero para financiar su campaña?

Nuestro presupuesto es el más humilde de todos, de $500 dólares y lo sacamos con rifas, venta de ropa usada, aportes individuales de los trabajadores. Cada vez que hacemos un volanteo en fábricas o vamos a vender nuestro periódico El Proletario llevamos un botecito para que nos donen una colaboración.

Como no tenemos derecho ni a deuda pública ni a aparecer en medios de comunicación de forma gratuita, aprovechamos cada espacio donde nos invitan para dar a conocer nuestras propuestas.

Veo que tiene poco tiempo y recursos ¿A qué sectores de la población va dirigida la campaña?

Aprovecho los fines de semana para realizar las actividades, que van desde volanteos en las afueras de las fábricas o instituciones de gobierno, conferencias de prensa sobre temas de la coyuntura nacional y foros explicando nuestro programa. Estamos esperando también que vuelvan las clases en la UES porque buena parte de nuestras propuestas van enfocadas a mejorar las condiciones de estudio de la juventud y en especial de los estudiantes universitarios.

¿Cuál es la propuesta principal de la candidatura?

Para nosotros es fundamental la defensa de las demandas más sentidas de la clase trabajadora y su derecho a organizarse. En este sentido, proponemos eliminar la escala de cinco salarios mínimos que hay y fijar uno solo de $400, que pueda ir subiendo conforme aumente el costo de la vida. Para el sector informal defendemos el derecho de que se les pague horas extra, aguinaldo, que puedan estar asegurados y tener un horario de trabajo de ocho horas. El derecho a la negociación colectiva, derecho a huelga y el respeto al fuero sindical también son una prioridad.

A su vez las reivindicaciones para la mujer trabajadora, en el sentido de garantizar guarderías en los centros de trabajo, licencias de maternidad, igualdad salarial. Que se proteja a las trabajadoras domésticas y se les pague un salario a las amas de casa.

Estamos por democratizar el sistema electoral que hoy responde principalmente a la influencia de los dos partidos políticos principales, en ese sentido denunciamos que hay pocas garantías democráticas. Hay un montón de trabas para que un ciudadano de a pie como yo pueda postularse a diputado, además no hay acceso a deuda política y el espacio en medios está cerrado, excepto para los que más dinero, que pueden pautar todo lo que quieran. Eso tiene que cambiar.

¿Pero de dónde van a salir esos recursos? El gobierno dice que no hay dinero y los empresarios dicen que los aumentos afectan los costos de producción…

Es mentira que no hay dinero, el problema es que se lo roban o se concentra en pocas manos. Si se eliminan los privilegios que tienen las empresas en régimen de zonas francas, habría dinero para invertir en buenas carreteras o en mejorar y construir mejores escuelas. Los ricos tienen que pagar impuestos como ricos.

El país paga un dineral por concepto de deuda, que en este gobierno llegó a los $15 mil millones. Con que se declare una moratoria o sea no se pague durante cuatro años, habría dinero de sobra para ese aumento salarial, e incluso para subirlo a $500 o $600, y para dar plazas a maestros y demás empleados públicos que no tienen estabilidad.

Si los diputados, ministros o el mismo presidente se redujeran el sueldo a la mitad habría recursos frescos. Si llegara a quedar de diputado propondría inmediatamente que nos bajemos el sueldo a la mitad.

Muchas de las propuestas que usted mencionó las contemplan ya las leyes de la República, ¿Cómo un solo diputado va a hacer cumplir la plataforma que usted presenta?

Primero que todo no estamos prometiendo nada, eso es lo que hacen los mismos políticos de siempre y no cumplen. Lo único que decimos es que para que estas medidas se den es necesario que los trabajadores se organicen de manera independiente. Le pongo un ejemplo: si no fuera por aquellas marchas blancas y pese a que el movimiento luego lo cooptaron, hace tiempo se hubiera privatizado la salud. Los grandes cambios van a venir por medio de la movilización de los explotados, no por reformas de ley. Es solo sobre esa base que presentamos nuestras propuestas y hasta el momento muchos trabajadores con los que hemos dialogado concuerdan.

¿Por qué dice que se plantean como una alternativa? Ahí están los sindicatos, los partidos políticos como el FMLN que se define de izquierda….

El problema con los sindicatos es que en su mayoría están desmovilizados, han dejado de lado los métodos de presión para defender sus conquistas y ahí los ve usted sentadidos en las mesas de diálogo con el gobierno. Por eso como activistas planteamos recuperarlos para la lucha.

Ahora, el FMLN utiliza su prestigio entre los sectores populares que aún los apoyan para decir que son de izquierda, pero los hechos dicen otra cosa. Si no vea cómo crece el precio del frijol ¿y qué han hecho? Uno los oye decir que van a castigar a los especuladores, pero solo de la boca para afuera. Los salarios que hay en las fábricas son muy bajos, ¿y qué han hecho? Son un partido electoral, que mantienen a su base social con los famosos programas sociales. No son un partido que busque cambiar las bases del sistema social que genera explotación.

¿Por qué no entrar en el FMLN y cambiarlo desde adentro, en lugar de crear otra opción?

Nosotros respetamos el sentir de los trabajadores que ven en el FMLN un partido con orientación social. Es más, el resultado del 2009 y ahora en 2014 expresan que el pueblo está harto de la receta neoliberal que sembró ARENA. Pero sí somos claros al decir que el proyecto político y el programa que defiende el FMLN no tiene nada que ver con los intereses de los trabajadores.

Vea a ese monstruo que es Alba Petróleos, y que según leí genera 800 millones de ganancia ¿A quien beneficia? A los dirigentes del Frente, que ya son nuevos millonarios y otros van en camino de serlo. Aprendieron muy bien de ARENA. Ese proceso de convertirse en ricos no tiene vuelta atrás.

No solo eso, la candidatura de Funes o la del mismo Sánchez Cerén contó con el apoyo de empresarios como los Salume, los Bukele o Mecafé. Poco les va a importar a ellos que la libra de frijol cueste $1.50. Yo se que esto es difícil de aceptar para muchos simpatizantes del FMLN, pero la realidad es esa.

¿Cómo se puede gobernar sin empresarios? ¿Quién va a generar la riqueza y los empleos?

En este país, los empresarios se quedan con el producto bruto que se genera, mientras que a los trabajadores solo quedan los bajos salarios, y sin la mano de obra no hay producción nacional.

Nosotros no estamos en contra de la inversión, aquí puede venir cualquiera a poner su empresa, pero que pague los impuestos que tenga que pagar según la riqueza que produzca, que le dé un salario digno y se respeten los derechos de los trabajadores y que no dañen el medio ambiente.

Se definen socialistas pero no tienen nada que ver con el FMLN ¿Qué modelo apoyan entonces? ¿Cuba, Venezuela?

Para nosotros tanto en Cuba como en Venezuela y demás variantes de gobiernos llamados de izquierda no existe el socialismo, en El Salvador el FMLN no ha implementado el socialismo ni va en camino de hacerlo.

En Cuba se restauró el capitalismo hace más de dos décadas cuando la burocracia cubana le abrió paso a la burguesía europea o canadiense para que pudiera invertir libremente, se acabó la planificación estatal, en fin, lo que vemos hoy del acercamiento con Estados Unidos es un paso más en ese proceso.

El problema es que en la izquierda plantear estas críticas significa “seguirle el juego a la derecha” o “restarle votos al frente para que quede ARENA”. Ya nosotros lo hemos dicho: ni volver a la derecha reaccionaria de ARENA ni tampoco el FMLN son opción.

No respondió a mi pregunta… ¿Si no es el socialismo del siglo XXI cuál modelo siguen ustedes?

Nosotros optamos por una “tercera vía”, que es el programa que ya expuse a grandes rasgos. Estamos por cambiar la sociedad de raíz, donde sean los trabajadores, quienes generan la riqueza, los que gobiernen, los que decidan de forma democrática el rumbo de la economía, de la cultura, de la educación. Solo así puede la riqueza dejar de concentrarse en unas pocas manos.