Mariella Peña Pinto no conoce de frenos si de trabajar en su campaña electoral se trata. Dice trabajar después de su labor legislativa y no parar ni en fin de semana. Sus redes sociales las mantiene activas porque quiere tener presencia, sobre todo, en ese electorado joven al que le apuesta.
Cuenta que su compromiso con la familia la lleva a ser firme en promover leyes a favor de la mujer y contra la violencia familiar. Incluso, cree que la actual Ley de no Violencia Hacia la Mujer debe ser reformada para hacer sanciones más fuertes. Pero si en algo está clara es que debe trabajar más por la igualdad de oportunidades y de género. “Si usted va a un empleo y viene el caballero y va a optar por el mismo empleo, no tiene nada qué ver que sea hombre”, comenta.
La diputada asegura que de ganar la próxima legislatura trabajará por los jóvenes con leyes en las que se les apoye para que puedan insertarse al mercado laboral al menos a medio tiempo. Así pueden trabajar y estudiar al mismo tiempo.
Reitera que estar comprometida con la familia la ha llevado desde lanzar brigadas médicas, con las que ya recorrió 19 municipios, hasta campañas de fumigación contra el dengue.
“Hemos llegado a fumigar con nuestros alcaldes y otras nosotros con las máquinas que hemos podido conseguir”, expresa la legisladora no sin antes adelantar que, de ganar estos comicios, sería su último periodo y, tal vez, su despedida del Legislativo, donde ha trabajado por casi 23 años.
Se han hecho públicas imágenes en las que se ven a algunos parlamentarios fumigando. ¿Usted también agarró una máquina para hacerlo?
Claro, claro.
Cuénteme de esa experiencia
Mire, un dolor de cabeza después horroroso ja, ja, ja. Pero, independientemente creo que hay que ayudar a la población salvadoreña. Por eso creo que la salud es importantísima para la familia. La familia encierra la educación, donde debe de haber mejores estructuras para las escuelas; no hay estructuras para las escuelas: no tienen ni servicios, no tienen techo. Si no se educa, no salimos de la cabeza.
Ya que dice haber detectado deficiencias en salud, educación, ¿pero qué puede hacer usted para mejorar estas áreas?
Primero: en salud, lo que tenemos que ver son los presupuestos. Nosotros hemos estado viendo los presupuestos: estoy en la Comisión de Hacienda y hemos visto que no vienen los recursos necesarios cuando tienen que venir. Por lo menos, el 45% del presupuesto general de la Nación para tres rubros importantes: salud, educación y seguridad. De los cuales no vienen. Aquí vino el presupuesto donde el ministro pedía un refuerzo para estructuras de las escuelas y no se lo dieron. Nosotros por eso no votamos, porque el presupuesto no viene financiado. Están trabajando el Gobierno a base de préstamos. Hemos dado nosotros, voy a ponerle mi caso, uno de $60 millones en el 2010 y uno de $80 millones en el 2012. La ministra de Salud me envió el reporte, porque yo se lo pedí, porque solo tenía ejecutado $3.5 millones. Entonces, ¿qué es? Incapacidad. Pero nosotros aquí tenemos que estar atentos cómo ejecuta el Gobierno los préstamos que esta Asamblea da. Que los préstamos que se den sea para ir a la población más necesitada, no para gasto corriente.
¿Qué nuevos retos encuentra en esta campaña?
A partir del 2012, con el voto por rostro, creo que fue una experiencia bien bonita, porque usted va a tener más contacto con la gente, a la cual uno se debe a ellos a raíz de los problemas que tiene, uno los escucha. Eso ha sido algo, que le digo, todo el mundo quizá ha tenido un poquito de miedo de los candidatos, pensando cómo iba a surtir. Por ejemplo, en la Asamblea se decía: “bueno, tal vez las mujeres no votan”. Y si usted ve los resultados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), las mujeres sí emitieron su sufragio por mujeres, que era uno de los retos que se tenían aquí dentro del grupo de parlamentarias. Y ahora creo que eso es la democracia: que sea la gente la que decida quiénes quiere que lo represente dentro de la Asamblea Legislativa. Con el voto cruzado esa es la democracia, que la gente puede elegir a quién candidato quiere darle su voto, independientemente de la bandera. Todos los cambios traen algún temor. Ahora, con la experiencia del 2012, ya es otro reto el que tenemos, ya vimos que la gente lo que quiere es ese contacto, quiere elegir quién quiere que lo represente dentro de la Asamblea.
¿Desde cuándo entró en esto?
Desde la reforma agraria. Ahí había un movimiento del frente femenino, al cual he pertenecido. Mi mamá perteneció también a él. Desde ahí inicio, pero de ahí desde que ya se hizo Alianza Republicana Nacionalista. Ahí me he quedado y ahí.
¿Y qué hacía dentro del frente femenino? ¿En qué participó?
Viendo cómo estaba la política en ese instante. Había una guerra de guerrilla, entonces nosotros estábamos viendo que el país estaba cayendo en un comunismo, y no queríamos vivir en eso sino en libertades.
¿Pero salió a protestar?
Bueno, aquella marcha que se hizo, que veníamos del Parque Cuscatlán a Casa presidencial, cuando estaba Majano. Era solo de mujeres. Y formé parte.
¿Con quiénes se involucró que la trajeron a la política?
Me motivó mi país. Era lo primero: veíamos que estábamos pasando momentos difíciles, con una guerra de guerrillas, queriéndose tomar el poder, llevarnos al comunismo, al cual no estaba de acuerdo. Primero es Dios, las libertades que tengo no las quiero perder.
¿Y contacto con el Mayor d’Aubuisson?
Con Roberto, con Roberto…
¿Trabajó junto a él?
Sí, todo el tiempo estuve con él.
Y antes de esta faceta, ¿qué hacía?
Sí, siempre he trabajado. Toda mi vida. Me casé muy joven, tengo un hijo, un ginecólogo y obstetra. Tengo dos nietos, que son los ojos de mi cara, igual que mi hijo. Trabajé en el Latino un tiempo y después fui a trabajar a la Seguradora Agrícola, ahí trabajé por 14 años, ya ni me acuerdo. Luego vine aquí a la Asamblea Legislativa a trabajar en 1992, en ese momento Roberto Angulo era el presidente, era ARENA en ese instante. Así aparecí a trabajar aquí en la Asamblea. Él me trajo a trabajar como su asistente. Luego termina su periodo en el 94 y entra en la presidencia Gloria Salguero Gross, la cual me pide que me quede formando la Unidad de Protocolo y de Prensa hasta el 97. En el 2002 al 2006 fue diputada suplente, una gran experiencia, más que todo como ya estaba en la Asamblea es una experiencia totalmente distinta a una persona que viene por primera vez. Y ya en el 2006 entré nuevamente de propietaria.
Con todo ese tiempo, ya viendo al pasado, ¿cuál es el principal cambio que ha notado dentro de la Asamblea?
Yo creo que las mentalidades cambian: aquí lo que necesitamos es tener un diálogo. El crecimiento es de 1.5 cuando toda Centroamérica creció. Tenemos que tener más inversión. ¿Cómo? Dándole más seguridad jurídica y ciudadana a la gente, a los empresarios y extranjeros.
¿La mentalidad, entonces, ha cambiado?
Yo creo que sí. El debate es bueno, la vida tiene que seguir, los cambios creo que son buenos. Cuando inicia una legislatura viene gente nueva; gente joven, más mujeres. Yo creo que todo eso hace dinamismo en la Asamblea. Los tiempos modernos van cambiando, o sea lo que sucedió hace 50 años no es lo mismo que sucedió ahorita.
Entre eso la forma de interactuar
Claro, usted tiene internet. Sabe cómo interactuar en un Twitter, un Whatsapp. Son cosas que van cambiando y adaptarse a los cambios.
¿Hasta qué momento se ve en la Asamblea y dice “este es mi momento de partir”?
Creo que este es mi último periodo. Llevo de suplente a una persona joven, un abogado de 39 años. Creo que sí se llega un momento y ahorita es de hacer jóvenes con personas de experiencia. La Asamblea necesita jóvenes como personas con experiencia, porque cuando usted viene no tiene un seguimiento de qué es lo que ha pasado aquí en la Asamblea. Si la población del departamento de San Salvador me da la oportunidad, si Dios lo quiere, regreso en el 2015 al 2018. Mi suplente, Eric Contreras, va a quedarse aquí en las comisiones. Si me dan la oportunidad, estaré.