El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Política

Margarita Escobar, una diplomática en medio de acalorados debates

por Julia Gavarrete


“Diplomática no quiere decir quedarse en silencio o sin abordar las cosas, es solo una manera de abordar las cuestiones”, dice legisladora de ARENA.

Fue embajadora ante los Estados Americanos, en Venezuela y adjunta en Naciones Unidas, además de organismos internacionales, vicecanciller de la República y la primera viceministra para salvadoreños en el Exterior.

Margarita Escobar, diputada por el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), acumula títulos y trabajos entorno a la diplomacia.

“Ahora sirvo como diputada y eso me ha dado dos perspectivas: aquella que está en el mundo entero y aquella que está en el último rincón de El Salvador”, comenta.

Con tan solo casi tres semanas desde que de forma oficial arrancó la campaña de los candidatos al Legislativo, Margarita abre unos minutos de su agenda para responder unas cuentas preguntas sobre su vida y recorrido profesional. Luego de un saludo, lanzo una pregunta de cortesía: “¿Cómo está?”. Una larga jornada de Acuerdos de Paz transcurre, el día casi termina, a lo que ella responde: “Tensa por la campaña”.

La legisladora es una de las cartas que ARENA ha propuesto por San Salvador. Aunque reconoce que su partido ha presentado una propuesta conjunta, un ideario, su apuesta es por los jóvenes y que ellos puedan trabajar: “Tenemos que ver cómo la calidad educativa se les mejora: El Salvador tiene que integrarse al mercado, desde El Salvador”.

¿Cómo ha arrancado estas primeras dos semanas?

Yo la inicio con entusiasmo y llena de optimismo. Yo soy una mujer que cree en la política, con principios. Creo que cuando se hacen bien las cosas, la política es una noble función, porque sirve para resolver los problemas del pueblo salvadoreño, sirve para entregarse a una causa. Eso sí, la política no se puede ejercer de manera inescrupulosa, ni de una manera mentirosa: tiene que ser apegada a estos principios. La doctrina social de la Iglesia nos ayuda a comprender y aclarar este tema, cuando nos dicen que hay que anteponer los criterios morales a la hora de votar antes que a una postura estrictamente política.

¿Esos principios de dónde los forma usted? ¿Fue el instituto político el que se los transmite?

Yo soy cristiana practicante y procuro ilustrarme y nutrir mis pensamiento político precisamente de los valores cristianos y encuentro un documento valioso que es la doctrina social de la Iglesia, que es un referente político basado en estos principios, que le da una visión práctica a la manera de hacer política. Creo en el diálogo; ahora, también tengo que ser crítica cuando las cosas no están bien hechas, eso es parte de mi responsabilidad como parlamentaria.

¿Es esta forma de ser diplomática que la impulsa a ser funcionaria en el exterior?

Soy embajadora de carrera en El Salvador; es decir, inscrita en el Diario Oficial de El Salvador, en el escalafón diplomático de la República de El Salvador. Esto quiere decir que yo he cumplido toda una carrera diplomática. He servido en diferentes cargos, he pasado mis exámenes y he cumplido los requisitos de ley para estar con el máximo grado en el escalafón diplomático salvadoreño. Así, pues, he servido en varios lugares. Y ahora sirvo como diputada, y eso me ha dado dos perspectivas: aquella que está en el mundo entero y aquella que está en el último rincón de El Salvador. Esta complementariedad de visiones que me ha llevado al mundo y me ha llevado al último rincón salvadoreño hacen de mí una mujer que crea profundamente en que la labor pública es para servir.

¿Y por qué se mete?

La primera vez fue en el 2009 y este es mi segundo periodo. Ha sido una experiencia muy grande, porque yo venía del mundo diplomático, del mundo de la política internacional y entré a la política nacional. Son diferentes, pero son complementarias.

¿Hay mucha diferencia?

Sí, son muchas.

Foto D1: Nelson Dueñas

Foto D1: Nelson Dueñas

¿En qué radican más?

Es que en la política internacional los diplomáticos defendemos el interés nacional de cada uno de nuestros países, pero hay puntos de convergencia importantes, que todo el mundo los respeta. Esos puentes del derecho internacional que arreglan las diferencias entre países, resulta ser un mecanismo de respeto y un marco de conducta internacional a la cual todos los países nos acogemos y respetamos. En la política nacional no siempre observamos esa conducta de los partidos políticos, donde nos dediquemos a buscar acuerdos y a cumplir estrictamente la Constitución de la República. Pero hay una cosa en común: nada puede sustituir al diálogo para lograr acuerdos que beneficien, en caso de las relaciones internacionales a la humanidad y en el caso de la política nacional a los salvadoreños.

¿Ser diplomático en la Asamblea es necesario?

Bueno, yo tengo una formación diplomática y no me puedo separar de ella y la utilizo siempre. Hay que también decir que diplomática no quiere decir quedarse en silencio o sin abordar las cosas. Ser diplomática es solo una manera de abordar las cuestiones.

¿Y el mundo de la diplomacia lo extraña?

Yo estoy realmente comprometida con ser diputada en la Asamblea y aunque extraño a mis amigos, extraño los foros, debo decirle que me siento plena, llena, contenta sirviéndole a El Salvador con esta diputación.

¿Qué espera trabajar si llegara a ser reelecta?

ARENA tiene un ideario. La Asamblea no es un foro individualista: hay que trabajar en equipo. ARENA ha presentado su plataforma legislativa. Yo quisiera trabajar mucho por los jóvenes, creo que El Salvador tiene un bono generacional, por eso vamos a trabajar con una ley de emprendedurismo, como incentivo para los jóvenes, para que los jóvenes puedan trabajar y estudiar a la misma vez. Tenemos que ver cómo se les abren los espacios fortaleciendo la Universidad de El Salvador, tenemos que ver cómo la calidad educativa se les mejora: El Salvador tiene que integrarse al mercado, desde El Salvador.

¿Particularmente qué cosas siente que usted no ha hecho todavía?

¡Uy!, imagínese todo lo que falta. Una persona jamás puede terminar su ideario, el ideario se cumple todos los días en cada cosa de rutina, en cada cosa que dé, para lograr ese ideario hasta que el Señor nos lleve a su seno.

Como mujer, en la Asamblea ¿cómo se siente de formar parte de una plana en la que predominan los hombres?

Bueno, yo creo que todavía hay un déficit en la participación de la mujer en política. No solo es un déficit numérico, sino de equidad y de calidad. Yo me complazco que hay bastantes mujeres entrando a la política y que van mejorando los números. Hay que seguir luchando, hay que seguir tratando.

Para conocer su pasado, ¿cómo fue su infancia?

Linda. Un hogar muy amoroso, normal.

¿Creció en San Salvador?

San Salvador.

¿Y cuándo se dio cuenta que lo suyo era la diplomacia?

Desde pequeña siempre me llamaron la atención las Ciencias Políticas, la diplomacia. Soy arquitecta también.

¿Pero nunca ejerció?

Como no, tengo mi licencia profesional en el Estado de California, Estados Unidos.

Pasó bastante ocupada

Síííí, pasé estudiando mucho. Y también, como toda mujer joven, divirtiéndome en la universidad con mis amigos. Una vida muy normal, diría yo: un poquito de risa, un poquito de llanto, un poquito de diversión, un poco de trabajo. Exabrupto no he tenido, he tenido una vida muy disciplinada.

¿Hasta hoy sigue siendo disciplinada?

Sí, sin disciplina no se logra nada. Y yo le digo a los jóvenes, son dos cosas las que uno tiene que tener claro: cuál es el sueño que uno tiene y trabajarlo con disciplina, que se logra.

Usted promueve mucho la honestidad y la lealtad, ¿por qué cree que un político debe ser honesto y leal?

Es bien importante porque uno no trabaja para uno mismo, las decisiones que uno tome afectan al pueblo. Y hay muchos políticos que trabajan así. Yo no me autodenomino ser la única, solo me autodenomino a favor de trabajar de esa forma.

¿Cree que ha logrado mucho en la política?

Sí, yo creo que la vida ha sido muy generosa, pero también tengo que decir que lo he trabajado. No me ha llegado como un regalo que porque soy Margarita, no. Usted tiene que trabajar para ir escalando.

Foto D1: Nelson Dueñas

Foto D1: Nelson Dueñas