En una Sesión Solemne, y en el marco del XXIII Aniversario de Acuerdos de Paz, la Asamblea Legislativa reconoció la labor del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, por buscar la paz en el mundo.
Los legisladores otorgaron a Ban Ki-moon, quien este jueves llegó al país, con la «Orden al Mérito 5 de Noviembre de 1811, Próceres de la Independencia Patria».
El presidente del Legislativo, Sigfrido Reyes, destacó el trabajo que promueve el máximo representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en defensa de los derechos humanos y agradeció el aporte que realizó la ONU en el proceso de pacificación del país, incluyendo la firma de los Acuerdos de Paz el 16 de enero de 1992.
Entre ese apoyo, mencionó la colaboración que sigue realizando Naciones Unidas para promover el desarrollo, la lucha contra el hambre y erradicación del trabajo infantil.
Reyes reafirmó, tal y como lo hizo el Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, este viernes tras reunirse con Ban Ki-moon, la participación que tendrá El Salvador para apoyar otros procesos de paz en el extranjero. Uno de estos y el más reciente, en el que actualmente el país «brinda un invaluable aporte», es el envío de tropas a Mali; así también, de momento hay misiones oficiales en Líbano, Sahara Occidental, Liberia y Costa de Marfil.
Ban Ki-moon recibió la condecoración destacando el proceso de paz y el rumbo tomado del país no sin antes pedir para que las instituciones trabajen a favor de la gente.
Citando a monseñor Óscar Arnulfo Romero y frente a funcionarios, diputados, el secretario manifestó que son los mismos políticos que tienen en sus manos la responsabilidad para que exista desarrollo.
«Igual que los derechos humanos fueron centrales en el proceso de paz, respeto y protección están en el corazón de las sociedades democráticas de hoy», sostuvo.
La visita a cripta de Monseñor Romero
Tras la condecoración, el secretario de la ONU visitó este viernes la tumba del asesinado arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero.
Llamado «la voz de los sin voz» por denunciar injusticias y represión, Romero fue asesinado por un francotirador contratado por la ultraderecha cuando oficiaba misa el 24 de marzo de 1980, marcando el inicio de la sangrienta guerra civil que se prolongó hasta 1992.
Guiado por el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, y el nuncio apostólico Leon Kalenga, Ban Ki-moon llegó a la tumba, colocó flores y luego firmó el libro de visitantes, bajo fuertes medidas de seguridad.
Desde que arribó el jueves, para una visita que concluirá el sábado, el secretario de la ONU recordó frases del extinto arzobispo en sus discursos.
«La paz, no es el producto del terror, ni el miedo, la paz no es el silencio de los cementerios, la paz es la aportación generosa, tranquila, de todos para el bien de todos», fue una de las frases recordadas por Ban Ki-moon durante el acto que conmemoraba el aniversario de los acuerdos de paz de 1992, con los que se puso fin a doce años de guerra civil.
La causa de la beatificación de Romero ha estado en discusión durante 19 años y tomó fuerza tras ser desbloqueada por el papa Francisco en abril de 2013. El pasado 9 de enero, la comisión de teólogos de la Congregación para la Causa de los Santos validó su «martirio».