En uno de los tantos campos de Usulután, nació y creció Cristina López; ahí vivía con sus padres y sus hermanos. Entrando a los nueve años, cuando aún no había puesto un pie en el aula escolar, sufre un repentino giro en su vida: la muerte de su padre la obliga a trasladarse a la capital a vivir con su tía. El dinero no alcanzaba y su madre estaba sola con sus hermanos.
A los diez años es cuando, llevada por su tía, cursa primer grado. Su día estaba repartido. En las mañanas tenía que trabajar y la tarde era de estudio. “Me mandaba al mercado a vender. Me mandaba a recoger fruta y luego tenía que ir a venderla. Me ayudó bastante, yo le agradezco mucho a ella que en paz descanse. Me enseñó a ser fuerte y a trabajar”, relata López recordando los años cruciales de su infancia.
Estudió, pensaba en salir adelante y superarse. Pero lo que nunca pensó fue que, tras ese esfuerzo, se convertiría en una atleta salvadoreña de marcha, que recorrería países como Bahamas, España, Perú, Finlandia, Colombia, Brasil y hasta llegar a Japón. De niña nunca se esperó llegar a un resto de lugares, cuenta, sentada en una sala de reuniones que está muy lejos de ser del Instituto de los Deportes.
Ahora, desde una casa de campaña del Partido Concertación Nacional (PNC), se planta como candidata a diputada y deja a un lado sus etapas deportivas. Su próxima competencia, aunque está clasificada para un torneo en Canadá, no será sobre una pista de atletismo, sino las elecciones de alcaldes y diputados de 2015.
La atleta, con 32 años, considera que si llega al pleno su apuesta debe ser apoyar al deporte. Reconoce que “no es lo mismo” ni puede compararse hacer deporte a meterse en la política. «Es otro movimiento”, lo acepta, pero que está dispuesta a realizar debido a que hay tanta gente en la Asamblea Legislativa que no se mueve “por los que de verdad necesitan”.
¿Por qué participar como candidata a diputada?
Primeramente, el partido me ha dado la esperanza y, quizá, una buena propuesta como candidata al PCN. Es para mí algo nuevo, pero me ha gustado porque el PCN está incluyendo mucho a la mujer y a los jóvenes, cosa que antes no se daba. ¿Por qué hace esto? Porque quiere involucrar y dar a conocer que la mujer es muy importante en el ámbito laboral y político. Sabemos que muchas madres salen adelante en este país y por qué no decir que somos mujeres muy responsables para poder sobrellevar una carrera como esta y cualquier otro trabajo.
¿Hay algo en especial que a usted la haya llevado a entrar a la política?
Sí, la verdad como deportista he pasado muchas vicisitudes, problemas, obstáculos para lograr lo que soy ahora. Toda una deportista, humildemente pero lo es. Así es que yo quiero llegar, que Dios primeramente, y la gente salvadoreña me apoye, al pleno a la Asamblea a abogar por la ley general de los deportes, que se ha dejado olvidada y que en uno de sus tiempos está plasmada y hoy en día con todos los partidos han pasado sobre esa ley.
¿No la han discutido?
No, y es por eso que el deporte sigue tan mal en este país. Así es que mi apoyo total para los deportistas. Mi apoyo para las mujeres, y claro esto viene a mejorar también la niñez, porque si los niños están ocupados con el deporte, con arte con pintura, esto ayuda a que no se genere tanta desocupación en los jóvenes.
¿Desde hace cuánto tiempo atrás tenía acercamientos con el PCN o alguna relación que le llevara a participar bajo esta bandera?
Me ha atraído muchísimo (el PCN) porque yo recuerdo que cuando era pequeña que, pues inocentemente yo no sabía nada del partido, mi madre iba a recoger leche, frijoles, aceite. O sea, la canasta básica la daba el PCN en ese entonces. Así es como yo digo: bueno, si no hubiese tenido esta alimentación, que mis padres no tenían para comprar leche, aceite, frijoles… Mi padre era un trabajador de la tierra y, bueno, ahí murió porque era un hombre muy dedicado a la agricultura. Así es que me identificó también por eso.
Usted dice que de llegar a la Asamblea apoyaría al deporte, ¿cree que lograría el apoyo de parte de los deportistas?
Pues, lo lograría primeramente porque ellos están viendo que hay una persona que va a velar seriamente por esta ley, que no se ha tocado en años. Y es lo que ellos y mi persona estaba esperando por mucho tiempo: que alguien llegara y velara por los deportistas, porque hay talento, hay mucho trabajo pero se desperdicia porque prácticamente ya no nos inspira que no nos apoyan. No hay competencias fuera del país, no tenemos fogueos. Yo ahorita he clasificado para ir a Toronto, Canadá, y pues ninguno de ellos se ha sentado a decirme cuáles van a ser mis competencias, cuáles van a ser mis propuestas para ir a un campamento.
¿Todo lo hace siempre por su lado?
Por mi lado. Buscar patrocinadores.
¿Y cuáles son los principales problemas que encuentra en el deporte, en este caso el atletismo, y que usted quisiera llegar a resolver a la Asamblea?
Primero que a los jóvenes, a los niños, que vienen iniciado en el deporte solamente llegan y no ven una luz, una esperanza más arriba. Cuando llegan después del bachillerato, ellos tienen que pagar la universidad. Y ya no pueden pagar la universidad porque no les dan un incentivo. Ya no se les puede seguir apoyando para seguir compitiendo más como atletas mayores. Entonces, es de apoyar desde la base para que puedan llegar y superarse.
Y desde su punto de vista, ¿cómo debe ser el apoyo? Sobre todo cuando hay un buen grupo de atletas que no tiene las posibilidades de capacitarse por su cuenta.
Debe de apoyarse, así como llegué yo: una búsqueda de talentos, se les fue dando seguimiento hasta llegar a lo más alto que es competir en Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe. Pero fue un seguimiento y también fue un incentivo cada mes. Esos deportistas se sentían incentivados e iban entrenando día a día hasta llegar al tope que es competir a nivel internacional.
Y con los patrocinios, que usted menciona que debe buscarlos, ¿hay algún problema interno que afecte en que buscar patrocinio sea difícil?
Sí es difícil porque las federaciones no se avocan a eso: viendo de lleno que los atletas tienen que tener un representante por la empresa privada. Y hacerlo uno solo es bien difícil, tenemos que tener a alguien que nos represente.
¿Es de parte del Comité Olímpico o de la Federación que no hay apoyo para buscar el patrocinio?
De parte de la Federación, diría yo que están dejando de lado ese tema para buscar patrocinadores para los deportistas.
Y cómo es que usted busca al PCN, ¿fue el partido el que la busca a usted o usted a ellos?
No sé qué la da la idea de buscarme: yo he estado pensándolo bastante, porque no es lo mismo, es otro movimiento, otro nuevo movimiento que empiezo ahora y la verdad es que me da curiosidad ver tanto que hay que hacer por el país. Ver tanta gente que hay en la Asamblea Legislativa y no moverse por los que de verdad necesitan. Allá afuera hay mucha gente que necesita que trabajen por ellos. Eso es mi deseo de estar aquí.
¿Pensó en otro instituto político?
No, la verdad no.
Dice que fue un momento difícil el aceptar la candidatura, ¿por qué?
La verdad es que es un trabajo bastante fuerte. Sé que el deporte es un sacrificio, es esfuerzo, pero esto es algo nuevo. Usted está de frente mucho con los medios. Hay que andar muy cuidadosamente, porque cualquier cosa lo puede bajar o subir.
¿Y cuando acepta la candidatura no pensó que por entrar a la política su carrera como deportista se pone en riesgo?
Pues no, la verdad es que yo me siento muy contenta de mi actuación en el deporte. Y ahora que estoy en esto, sé que tengo que hacerlo 100%, si no yo no puedo lograr lo que quiero lograr… Y si la gente me da la oportunidad de lograr llegar y luchar por la gente desde el pleno, pues ni modo trabajaré para ellos.
¿Qué la ha marcado como atleta?
Me ha costado bastante porque me ha tocado andar con mi entrenador buscando patrocinadores, buscando competencias fuera del país, velando por un incentivo para mí, para sostenerme en el deporte, para boletos de viaje. A veces, las federaciones teniendo el dinero no lo dan, porque simplemente no quieren. Saben mi potencial, el potencial del atleta en el país. Pero, en realidad, no tienen una visión.
¿Y esos no fueron factores, en algún momento, para que usted tirara la toalla como atleta?
Eso me llenaba a mí de orgullo, de coraje, de decisión, de seguir y dar más para demostrar lo que yo soy y lo que tengo dentro de mí. Tengo mucha fortaleza, gracias a Dios. Y sé que lo he demostrado, a pesar de tantos obstáculos. Y como madre también, porque mi hija en el año 2007 pues me dieron el diagnóstico que ella tenía cáncer, a dos meses de ir yo a Brasil. Fue un momento duro, bien crucial, sabiendo cómo estaba mi hija. No tenía la fuerza para prepararme: ni en mi corazón. Mi mente estaba puesta en esa noticia. Fue bien duro llegar a ese pódium, porque en la competencia yo no pensaba en que yo estaba compitiendo. Yo pensaba en que ahí estaba Mónica. Y cuando decidí irme y dejarla en el Bloom, porque estaba con su quimioterapia, empezaba a botar su pelo, sus pestañas, sus cejas, eso para mí fue bien duro. No digamos para ella. Pero así, yo agarré fuerzas de Dios y le dije: “necesito llegar a competir. Necesito asegurarme de que mi hija va a estar sana”. Y así fue, porque yo voy a lograr esta medalla para mi país porque mi hija se va a sanar. Y gracias a Dios es un milagro, ahora ella ya está sana. Y, pues, logré la medalla que el pueblo y la gente quería.
¿Siendo deportista pensó en correr dentro de la política?
No, jamás (suspira). Ahora en el camino es que he encontrado esa decisión.
Esta etapa podría estar marcada por las críticas, ¿ha pensado cómo afrontarlas?
Primeramente, tranquilizarme. Todo se puede lograr, pero con tranquilidad. Si yo me preocupo me da miedo. Pero si uno está claro en lo que quiere y decido en lo que va a hacer, pues yo creo que las cosas se hacen bien.
Y si usted no llegara a ser diputada, ¿seguiría haciendo política?
Sí, la verdad sí. Ya estoy en este campo, y como cuando se inicia algo hay que terminarlo.