“Este día el FMLN se equivocó; aquí hay grandes acuerdos nacionales que se necesitan…Qué oportunidad perdieron de haber respondido a ese acercamiento”. Así fue como Ana Vilma de Escobar cerró la turbulenta sesión plenaria en la que, el pasado jueves por la noche, era desaforada.
45 votos, tanto del FMLN y Gana, lograron quitarle la inmunidad a la legisladora para que enfrente en los tribunales la acusación de difamación y calumnia interpuesta por el expresidente Mauricio Funes.
Frente a los medios y rodeada de algunos legisladores del partido ARENA, De Escobar adelantaba el posible panorama de diálogo entre el FMLN y su partido. “No se puede” sostenía en cuanto al acercamiento para lograr acuerdos de nación y un mejor clima de gobernabilidad, tal y como lo promueve el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén.
Ana Vilma de Escobar fue apoyada por su partido esa noche, en la que ella se describió como “víctima de atropello político”.
ARENA, de momento, todavía no ha fijado postura sobre las palabras de la legisladora. El vicepresidente de Ideología del COENA, Ernesto Muyshondt, manifestó que será hasta después de una reunión con la dirigencia la que decidirá si la puerta para seguir con el diálogo se mantendrá abierta. De momento, tema que aún no “se ha tocado”.
Sin embargo, Muyshondt dio toda la razón a Ana Vilma y consideró que esto traerá “enormes costos políticos” para el FMLN y “sus satélites de GANA”. A opinión personal, consideró que “el partido no debe participar en ningún diálogo con el FMLN hasta que no den muestras sinceras y desactiven todos estos casos de persecución política”.
“Creo que lo que han demostrado los señores del FMLN es que no son consecuentes con el discurso de Sánchez Cerén de búsqueda de diálogo, de consenso. Si no todo lo contrario: han demostrado su vocación totalitaria, siguiendo los pasos de sus patronos y patrocinadores de Venezuela”, añadió.
Con el desafuero, para Muyshondt, el partido oficial estaría dando muestras de que el diálogo solo lo usaría “para dar un discurso bonito”.
Pero estas palabras de Ana Vilma de Escobar, “no dan solución a los problemas”, opinó la diputada del FMLN, Jackeline Rivera, quien estuvo a cargo de presidir la comisión de antejuicio que analizó si había formación de causa para quitar la inmunidad a la arenera.
Rivera cree que no puede verse el caso de De Escobar como el punto de partida para el diálogo.
“La moneda de cambio que están ofreciendo me parece un poco mezquina”, aseguró y a esto añadió: “Si lo que se pone a la base del pueblo salvadoreño no veo por qué priorizar en intereses personales y negociar los intereses personales con los del pueblo salvadoreño”.
El pasado jueves, y previo a que se realizara la votación de los partidos por el desafuero, se conoció que la diputada se había reunido con la jefa de fracción de FMLN, Norma Guevara. En una aparente reunión para discutir si el Frente apoyaría el desafuero, el partido de izquierda le hizo ver a Ana Vilma de Escobar que debía conceder disculpas a Funes por sus palabras. Pero, lo único que lamentó al dar su discurso frente al pleno, fue el agravio causado.
Para el FMLN no fue suficiente. En cambio, la posición de Ana Vilma de Escobar fue firme hasta el final de la plenaria. “Yo no puedo echarme para atrás”, declaró anunciando que enfrentará la acusación del exmandatario de haber sido responsable del accidente de tránsito ocurrido en el redondel Masferrer, en San Salvador, en febrero pasado.