El vicepresidente de Ideología del Consejo Ejecutivo Nacional de ARENA, Ernesto Muyshondt, demandará el próximo lunes por $10 millones a Mauricio Funes, a quien acusará de cometer los delitos de difamación y calumnia.
“El lunes a las nueve de la mañana voy a presentar mi demanda en un tribunal”, agregó el dirigente político, quien adelantó que el solo será el primero de los que demandarán a Funes cuando este deje la silla presidencial.
A juicio de Muyshondt, Mauricio Funes usó los programas de radio de los sábados para atacar a sus adversarios. “Lo que ha hecho es utilizar recursos públicos en su programa radial. La demanda es por 10 millones de dólares y, al ganar el juicio, la totalidad del dinero será para un fideicomiso para las víctimas de la violencia en el país”, añadió.
Por otra parte, el vicepresidente de Ideología de ARENA aseguró que no asistirá a la toma de posesión del presidente Salvador Sánchez Cerén. “Los miembros del COENA no vamos asistir porque no nos invitó el profesor Sánchez Cerén”, pese a que estamos en la comisión que está conversando con el FMLN, indicó.
Explicó que los diputados areneros están invitados a la transmisión del mando presidencial porque este se da en el marco de una sesión solemne. Será decisión de ellos el participar.
Este sábado es el último día del mandato presidencial de Funes. También fue el último día en que llevó a cabo el programa Conversando con el presidente, el cual también aprovechó para criticar y acusar a dirigentes de ARENA.
Al respecto, Muyshondt dijo que “es bastante lamentable utilizar recursos públicos en un programa radial que no fue empleado para informar sobre las obras y el quehacer del gobierno, sino para atacar, calumniar, difamar e insultar a los que él consideraba sus adversarios políticos”.
“Para eso utilizó su programa la mayor parte del tiempo. Es lamentable porque generó un clima de desconfianza, división, de conflicto, de confrontación y de odio”, indicó.
Mientras el mandatario se dedicó a confrontar, aseguró, descuidó los grandes problemas del país a tal grado que la economía salvadoreña está estancada.