El futuro ministro de Justicia y Seguridad Pública, Benito Lara expuso uno de las medidas de seguridad transversales a implementar en la nueva gestión: estrategia de Mano Inteligente y Coercitiva. De acuerdo con Lara, bajo una política de seguridad pública y convivencia -y dicha estrategia ofertada durante la campaña electoral- se pretenderá resolver problemas de orden estructural y coercitivo.
«La mano inteligente, lo que busca es resolver los problemas de orden estructural en las comunidades, es decir, hay que resolverle a la gente sus problemas básicos, esto vinculado a salud, educación, políticas de desarrollo pero por otro lado el estado debe tener otra mano: coercitivo, porque el estado no puede renunciar al uso legítimo de la fuerza para proteger a su población», explicó el diputado.
Ante el complejo tema de violencia y corrupción dentro de esferas policiales y del sistema judicial, Benito Lara consideró que el tema de seguridad pública es un «componente de política general, como la educación o la parte económica».
Asimismo, el fortalecimiento de investigación e inteligencia policial son unidades por mejorar así como las condiciones materiales para los agentes policiales, las cuales no descartó.
Espiral de violencia
Según Lara, equipar a la policía con ametralladoras o vehículos artillados, no es una salida para combatir el alza de violencia. «Lo que haríamos es entrar en una espiral que no tiene salida. Pero sí debe haber un armamento necesario para ellos», recalcó.
Por otra parte, la necesidad de una policía sana es vital para que la ciudadanía confíe en la institución. Para ello, el futuro titular expresó que «la PNC debe ganarse la confianza de la población, qué quiere decir eso, que sea una institución que apoye a la población, que resuelva diferentes situaciones de la población».