El Salvador
domingo 12 de enero de 2025

Rodolfo Parker: Acuerdo nacional rompería la polarización

por Redacción


Gane ARENA o el FMLN, cualquiera de los dos tiene el cometido de comenzar a ser consecuente por encima de los intereses de su partido.

Secretario General del Partido Demócrata Cristiano y el único diputado que representa al PDC en la Asamblea Legislativa, Rodolfo Parker formó parte del Movimiento Unidad en la primera vuelta electoral que se realizó el 2 de febrero. Formula un llamado a los demócratas cristianos para que tomen en cuenta el ideario de este partido para decidir por quién votar el 9 de marzo próximo.

“Es la primera vez que una tercera opción tiene más de 300 mil votos”, dijo el dirigente político, quien además aseguró que la gente quiere una fuerza política moderada y que dentro de este contexto la cantidad de votos que obtuvo Unidad es inédita.

Rodolfo Parker conversó con diario1 sobre las razones por las cuales el PDC decidió integrar el Movimiento Unidad, cuál será el papel de su partido en la segunda vuelta electoral, qué le recomiendan a sus bases, la polarización política y cómo la excoalición ayudó a romper este esquema de confrontación.

 

¿En qué momento acepta el PDC integrar el movimiento Unidad?

La Democracia Cristiana surgió buscando una línea de moderación. Cuando se da el evento electoral que todavía está en ciernes, por una segunda ronda, observamos que teníamos la opción de apoyar entre dos líneas predominantes, ARENA y FMLN, o de seguir nosotros persistiendo en manifestar una opción distinta. Dentro de eso cabía una candidatura propia como Partido Demócrata Cristiano (PDC).

Entonces se presentó la posibilidad de la postulación de un buen candidato, con la compatibilidad, la tendencia y la línea de moderación del PDC. Así terminamos en la congregación de tres partidos políticos en el Movimiento Unidad.

¿No hubo ningún choque de ideas?

En el PDC no es que estemos peleados con el concepto del bipartidismo, pero sí estamos peleados con el concepto y las consecuencias de la polarización. Por coherencia tomamos la ruta de ser parte del Movimiento Unidad. Está claro que como PDC tendríamos toda la oportunidad del mundo de insertar nuestras ideas en lo que sería el programa de gobierno que se le haría al electorado desde Unidad.

Nosotros trabajamos con mucho empeño en dar nuestras ideas para las políticas públicas que se insertarían en el programa de gobierno. Todo en consulta con el presidente Saca quien era el que lideraba el movimiento. Ahí estaban los problemas más visibles, y lo subrayo, los más visibles que son el problema económico y la seguridad ciudadana.

¿Cuáles fueron las propuestas específicas que planteó el PDC?

Para nosotros el problema más fundamental no es la falta de empleo y la delincuencia. Para nosotros el problema fundamental son algunas causas que no han sido tocadas a través de los años. De ellas se está generando el problema de la delincuencia y la marginalidad.

¿Cuál es ese problema fundamental?

Nosotros vemos que es un tema de familia. Y no es coincidencia que presidamos en la Asamblea Legislativa la Comisión de La Familia. Si no vamos y fortalecemos la institución familiar, si no atendemos el enorme problema social que significa el 45 o 46% de los hogares en el país que están siendo sostenidos sólo por una mujer, y no como debería de ser, por un hombre y una mujer, entonces no se resolverá el problema.

Por eso surgieron ideas como las Casas Ternura en el programa de gobierno de Unidad, que son ideas que tienen que ver con el pensamiento humanista.

¿Esa propuesta es de ustedes como PDC?

No, surgían ahí. No podíamos atacar las consecuencias sin corregir las causas del problema.

¿Cuántos votos cree que le sumó el PDC al Movimiento Unidad?

Yo creo que somos demasiado serios para entrar en especulaciones o conjeturas. Pero sí tenemos la claridad que pudimos atraer el voto de la estructura.

Entrevista Paker

Foto D1, Nelson Dueñas.

 

¿Cuál será el papel del PDC en segunda vuelta, es decir, a quién apoyará?

Los líderes departamentales dijimos, bueno, ya no estará presente nuestra opción, ¿qué hacer?

Cada quien hizo su exposición con mucha naturalidad y sin ningún tipo de inducción. La unanimidad fue que íbamos a dejar a la Democracia Cristiana donde debe de estar que es en el centro. Y naturalmente hicimos convocatoria a que se vote. Eso es parte del ejercicio democrático y la democracia está por encima de los partidos políticos.

¿Eso significa que dejaron libres a sus electores?

No sé si esa sería la expresión completamente correcta. Nosotros llamamos para que se haga ejercicio del voto y les dijimos “vayamos con nuestra conciencia partiendo de lo que es nuestro ideario y contrastémoslo con las otras dos opciones y veamos cuál es la que más se acerca”.

¿Y a su juicio cuál es la que más se acerca?

Que Rodolfo Parker te conteste sería como enseñarte el voto el día de la elección. No es relevante, por obvio que pueda resultar la respuesta a tu pregunta ante los ojos de los salvadoreños. El tema es de orden institucional.

No lograron llegar a la segunda vuelta. Consecuentemente Unidad se desintegró. ¿Qué queda de esta experiencia de este movimiento en la política salvadoreña?

Es la primera vez que una tercera opción tiene más de 300 mil votos. Es una cantidad significativa. Nosotros interpretamos que la gente tiene la necesidad de moderar. Hubo muchos salvadoreños que dijeron que querían una opción distinta. La cantidad de votos que tuvo el Movimiento Unidad es inédita.

Recuerdo que en un momento hubo una candidatura fuerte, con un liderazgo fuerte en la persona del doctor Héctor Silva −que en paz descanse− y congregamos un esfuerzo donde concurrimos distintas fuerzas políticas. También en una coalición con movimientos ciudadanos. Pero si recordamos no obtuvo una convocatoria significativa como para decir que la polarización iba cediendo espacio. Ahora sí la hubo.

Dentro del contexto de la polarización, ¿cree que el Movimiento Unidad rompió el esquema tradicional de hacer política?

Es que justamente es así. Lo podemos ver en una manifestación social en esa dirección que continúa latente. Y de esa lección debería tomar nota tanto ARENA como el FMLN. Hay muchos salvadoreños que vencieron el tema del voto útil, que trascendieron a los efectos prácticos de la polarización y lograron decir: “miren, aquí hay muchos que queremos que las cosas cambien”.

¿Considera que el conflicto ideológico continúa latente en el país?

No, ya se desdibujó. Mirá al FMLN, que es una de las opciones polares predominante, ya habla de incentivar la inversión. Por su parte, ARENA ya te habla de cuestiones de orden social, de un Estado más solidario y subsidiario.

Si ya no existe un conflicto ideológico, ¿qué genera la polarización?

La falta de acuerdos. Por ello es importante un plan de país. Ese sería el gran pórtico para consensuar los programas que se decidan realizar. La gran entrada es un gran acuerdo nacional de orden político y estratégico.

¿Por qué no asistió el PDC a la firma del pacto por el café en Ahuachapán?

Mirá, la primera vez que nos había convocado Antonio Salaverría para el pacto de la caficultura estábamos convocados para antes del 2 de febrero. De pronto recibimos una llamada en la que se nos decía que se optaba por diferir la suscripción del pacto debido al contexto político. A nosotros nos pareció razonable.

Luego se nos convocó para esta segunda cita y aparecía que iban estar los dos principales partidos, entonces nosotros dijimos que la misma razón que nos habían dado para que no se realizara la primera cita continuaba latente en esta segunda. Y preferimos no acudir.

Hablando de la segunda vuelta electoral. Independientemente que gane ARENA o el FMLN, ¿qué más le puede dar al país un gobierno de estos partidos?

Mira, yo te digo con toda franqueza. Gane ARENA o el FMLN, cualquiera de los dos tiene el cometido de comenzar a ser consecuentes por encima de los intereses de sus partidos. Sería nuestra expectativa y sería lo que nosotros como PDC vamos a seguir abogando. No vemos manera que un partido ganador tenga la capacidad de empujar sus propios programas sin haber aterrizado en un acuerdo político nacional.