El Salvador
sábado 11 de enero de 2025

Jorge Villacorta: Concertación es indispensable para sacar adelante el país

por Redacción


A juicio del exdiputado Jorge Villacorta, es difícil que un solo partido pueda mantener la gobernabilidad en el país. Es indispensable construir una concertación.

La crisis fiscal es más grave de lo que la mayoría de salvadoreños cree. La deuda externa, el déficit fiscal, las pensiones y las demandas de la sociedad para mantener los subsidios generarán una presión económica para el próximo gobierno que no podrá enfrentar solo.

¡Cómo diablos se va resolver esto si no es con un pacto fiscal! Y cómo puede haber un pacto fiscal si no hay una concertación para ver claramente qué temas centrales se tratan y en cuales se pueden poner de acuerdo los principales partidos. Eso es indispensable, aseguró Jorge Villacorta, exdiputado por Cambio Democrático.

El también exdiputado del Parlamento Centroamericano, agregó que después de la segunda vuelta electoral el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) tratará de mantener el control total del poder a través de una alianza con otro partido, seguirá el pleito con la Corte Suprema de Justicia e intentará eliminar la Sala de lo Constitucional.

Jorge Villacorta, además, afirmó que aunque el diputado Sigfrido Reyes, presidente de la Asamblea Legislativa, ha planteado la posibilidad de reformar la Constitución, no se pueden modificar los artículos constitucionales relativos a la forma de gobierno. “Si se quieren cambiar cualquiera de esos artículos que tienen que ver con el régimen político, la única manera de hacerlo es dando un golpe de Estado”, dijo.

El exdirigente de Cambio Democrático conversó con diario1 sobre la gobernabilidad, la posible configuración de la próxima Asamblea Legislativa, hacia dónde va el país después de las elecciones del 9 de marzo, reformas a la Constitución, la necesidad de que los partidos políticos se pongan de acuerdo en temas de interés nacional y la coexistencia pacífica.

¿Un solo partido puede mantener la gobernabilidad?

Uno puedo gobernar pero sin gobernabilidad. Para mí, es muy difícil que un solo partido mantenga la gobernabilidad.

¿Por qué?

Para empezar, vamos a entrar de nuevo, al día siguiente del 9 de marzo, en la campaña para diputados y alcaldes. El gobierno que surja y tome posesión el primero de junio va pasar casi un año con la actual correlación en la Asamblea Legislativa, donde el Frente ni ARENA tienen mayoría. Necesitan los votos de los otros tres partidos.

¿Y esa configuración no puede cambiar?

En la Asamblea eso puede cambiar, depende del maletín negro. El amor y el interés fueron al campo un día, puedo más el interés que el amor que le tenían.

En lo que no hay ninguna duda que el Frente la tiene servida porque ha construido el bloque legislativo desde esta misma Legislatura y por eso el presidente Mauricio Funes ha gobernado con toda comodidad. Eso puede seguir si llegan a un arreglo con cada uno de los 3 partidos porque ahí necesitan al PCN y GANA.

¿Y en la próxima Legislatura no podría cambiar esta correlación?

Depende de lo que suceda en marzo de 2015; hay que esperar para ver cómo queda la correlación. Lo más seguro es que continúe igual. Me refiero a que ni ARENA ni el Frente tengan mayoría simple, mucho menos calificada, y necesiten de los tres restantes. ¿Cómo se van a comportar esos tres partidos? Al ser diputado, Tony Saca sería presidente de la Asamblea Legislativa y obtener ente 9 y 14 diputados. Entre PNC, PDC y GANA, ellos tendrían el sartén por el mango y obviamente de seguro Saca sería presidente.

Y términos de país, ¿hacia dónde vamos?

Hacia lo mismo de lo mismo, no veo ninguna diferencia. El Frente va a tratar de mantener el control político total a través de una alianza con otro partido, continuará el pleito con la Corte Suprema de Justicia e intentará eliminar la Sala de lo Constitucional. Habrá más de lo mismo.

¿Qué opina de la posibilidad de reformar la Constitución?

El diputado Sigfrido Reyes, presidente de la Asamblea Legislativa, es quien ha planteado este tema. Depende de lo que se quiera hacer.

Considero necesarias algunas reformas constitucionales. Lo relativo al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para separar la parte jurisdiccional, la Corte de Cuentas de la República para que esta se convierta en una contraloría, por ejemplo.

¿Y los artículos pétreos?

Esos no se pueden tocar, eso sería un golpe de Estado. No hay posibilidad de hacer una Asamblea Constituyente. Porque lo dice claramente la Constitución. Si se quiere cambiar cualquiera de esos artículos que tienen que ver con el régimen político, la única forma de hacerlo es dando un golpe de Estado y eso no se puede hacer sin la colaboración de la Fuerza Armada.

¿El país necesita un segundo acuerdo de paz en materia económica?

No hay ninguna duda de eso. El país no puede seguir así. La gente no se da cuenta de lo grave que es la crisis fiscal. La deuda externa, el déficit fiscal, las pensiones, las demandas de la sociedad para mantener los subsidios. El presidente dijo recientemente que no tiene plata para pagar el DUI (Documento Único de Identidad) a la gente que no puede pagarlo. También aseguró que no puede dejar de cobrar los 18 dólares del escáner en las fronteras. ¿Qué demuestra esto? Que la crisis fiscal es tremenda.

¡Cómo diablos se va resolver esto si no es con un pacto fiscal! Y cómo puede haber un pacto fiscal si no hay una concertación para ver claramente qué temas centrales se tratan y en cuales se pueden poner de acuerdo los principales partidos. Eso es indispensable.

¿Los Acuerdos de paz solo sentaron las bases de una coexistencia pacífica?

Eso es cierto. Y ahora la cobija no da para más. Pero los partidos se hicieron clase política y no han hecho el trabajo que les correspondía acorde a la demanda del proceso democrático. Es culpa de las cúpulas.

Actualmente se vive una coexistencia pacífica. ¡Cómo se puede llamar paz a un ambiente en el que hay por lo menos 7 muertos diarios. Cómo puede haber paz si hasta en nuestras casas tenemos que pasar enrejados! Pagar renta. Entonces, ¡por Dios, ¿cuál paz!