El Salvador
miércoles 27 de noviembre de 2024
Política

El Chaparrastique: un vigilante más en estas elecciones

por Teresa Andrade


Las elecciones ocurrieron con toda normalidad en San Miguel, pese a la emergencia latente por el volcán Chaparrastique, de igual forma el voto residencial jugó a favor en esta región donde antes debían movilizarse muchos kilómetros para ejercer el voto.

El cantón El Papalón en el municipio de Moncagua, en San Miguel, comienza a despertar y el sol a rozar los techos aún blanqueados por la ceniza que arrojó el volcán Chaparrastique el pasado 29 de diciembre.

Este día es un domingo como cualquier otro, sin embargo, hay una tarea más para los cientos de lugareños porque deben incluir en su agenda ir al centro de votaciones. Esta vez ha sido más fácil comentan los primeros votantes que han llegado al centro escolar Cantón El Papalón. “Es que con eso del voto domiciliar ahora nos queda más cerca, siempre nos han venido a dejar pero ya cuesta menos”, comenta don Waldo, un hombre cano de cincuentaitantos.

Tan solo son las 7:25 de la mañana y en aquel lugar a unos 112 kilómetros de la capital ya unas 12 personas ya habían emitido el sufragio. El centro abrió con cierto retraso, a las 7:15 por la tardanza de unas Juntas Receptoras de Votos (JRV) y comenzó a llegar la gente, de poco en poco a buscarse al padrón. Así daba inicio esta jornada donde votarían 1,500 lugareños.

A pocos kilómetros, en el centro escolar de San José, en el municipio de Quelepa, el centro abrió puntual a las 7. Este centro esperaba recibir entre 1,800 y 2,000 personas.

Una de ellas, una de las que más madrugó fue doña María Otilia, quien a pesar de su ceguera crónica asistió a votar de la mano de familiares. Su tez morena adornada por tenues surcos ganados a pulso de tantos años de trabajo. La enfermedad fue progresiva, el glaucoma le invadió sus ojos.

Pese a que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tiene a disposición de los votantes con discapacidad visual las papeletas con sistema braille, doña María Otilia no ha aprendido a leer de esta manera, a penas en 2012 perdió por completo su vista, así es que pedirle como favor que alguien le acompañe sería más fácil. Yo lo fue, la acompañó una familiar y ella fue quien le marcó la papeleta, con una fe “a ciegas” de la doña.

María Otilia Escobar es una de las habitantes del cantón San José, a pesar de su enfermedad llamada Glaucoma la cual, se caracteriza generalmente por el aumento patológico de la presión intraocular y perdida de la vista. Para Otilia ella explicó que no puede utilizar el método moderno aplicado por el TSE (Tribunal Supremo Electoral) ya que es muy difícil para ella, su enfermedad apareció en su vista en el año 2012. Actualmente ella no posee ayuda del gobierno para su padecimiento pero afirmó que solamente en este año le han aportado la red solidaria. María Otilia Escobar es una de las habitantes del cantón San José, a pesar de su enfermedad llamada Glaucoma la cual, se caracteriza generalmente por el aumento patológico de la presión intraocular y perdida de la vista. Para Otilia ella explicó que no puede utilizar el método moderno aplicado por el TSE (Tribunal Supremo Electoral) ya que es muy difícil para ella, su enfermedad apareció en su vista en el año 2012. Actualmente ella no posee ayuda del gobierno para su padecimiento pero afirmó que solamente en este año le han aportado la red solidaria. FOTO D1: Félix Pacas

María Otilia Escobar es una de las habitantes del cantón San José, a pesar de su enfermedad llamada Glaucoma la cual, se caracteriza generalmente por el aumento patológico de la presión intraocular y perdida de la vista. Para Otilia ella explicó que no puede utilizar el método moderno aplicado por el TSE (Tribunal Supremo Electoral) ya que es muy difícil para ella, su enfermedad apareció en su vista en el año 2012. Actualmente ella no posee ayuda del gobierno para su padecimiento pero afirmó que solamente en este año le han aportado la red solidaria. María Otilia Escobar es una de las habitantes del cantón San José, a pesar de su enfermedad llamada Glaucoma la cual, se caracteriza generalmente por el aumento patológico de la presión intraocular y perdida de la vista. Para Otilia ella explicó que no puede utilizar el método moderno aplicado por el TSE (Tribunal Supremo Electoral) ya que es muy difícil para ella, su enfermedad apareció en su vista en el año 2012. Actualmente ella no posee ayuda del gobierno para su padecimiento pero afirmó que solamente en este año le han aportado la red solidaria. FOTO D1: Félix Pacas

Así, al borde de las 7:45 aquello comenzaba a crecer. Banderas del FMLN comenzaban a ondearse y mientras algunos procuraban ser de los primeros otros se tomaban el tiempo de desayunar algún sándwish, algún hot dog, algún café con pan.

De cerca con el volcán

Antes de llegar a la cabecera departamental, un desvío lo lleva lo más cerca que se puede llegar del imponente volcán Chaparrastique. La fumarola permanente coronado el cráter es una compañera fiel de quienes viven en la zona.

Adentrándose en las venas que abrazan las faldas del volcán, lo árido de la zona comienza a hacerse evidente. La ceniza barrida es una pincelada que limita el asfalto del zacate achicharrado por el implacable sol migueleño.

El primer centro de votación que sale el paso es el centro escolar Señora Rosa Hirleman de García Prieto, en el cantón Conacastal, del caserío Las Placitas, en Chinameca. El lugar está abarrotado de negocios en la entrada y de personas aglutinándose en los al rededores, el volcán no intimida a estos fieles patriotas y salieron a votar con normalidad.

Algunos de los niños que asistieron al  el Centro Escolar Señora Rosa Irlemann de García no fueron ingresados al centro de votación por medidas del TSE. FOTO D1: Félix Pacas

Algunos de los niños que asistieron al el Centro Escolar Señora Rosa Irlemann de García no fueron ingresados al centro de votación por medidas del TSE. FOTO D1: Félix Pacas

En este centro, se esperaba 2,024 votantes y pese a la emergencia latente y que el paisaje ahora luce una fumarola flotando en el cielo, la afluencia al borde de las 9 de la mañana era bastante. Dentro de las especificaciones del Centro de Protección Civil para esta zona, los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) no dejaban a entrar niños.

“Es un peligro que haya niños adentro porque si tenemos que evacuar puede ser peligroso para ellos”, comenta un agente. Es por eso que desde la entrada una pacotilla de niños debía esperar a sus madres, tías, hermanas, padres, mientras ellos emitían el sufragio. Para algunos no fue gracia. No tenían con quien dejar a los cipotes y decidieron irse.

Dentro del plan de evacuación, Antonio Saravia, técnico del Sistema de Protección Civil encargado del municipio de San Jorge explicó que el personal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y de la PNC en caso de emergencia debería asegurar el material electoral y todo el demás equipo debería ayudar a evacuar a las personas de la zona en vehículos ya asignados.
La emergencia no llegó y volcán siguió medio dormido, medio despierto, pero latente, expectante, vigilante.

El mismo escenario fue en el centro escolar Juan Pablo Espinoza, en el casco urbano del municipio de San Jorge, uno de los más grandes del lugar donde todo siguió con normalidad ya acercándose las 10:30 de la mañana y cuando el sol golpeaba con más fuerza las urnas seguían copándose de más y más votantes.

Entre ellos llegó Walter Saravia, un hombre treintañero, con una discapacidad física. Pese a que se moviliza en silla de ruedas y pese al estado de alerta en la región de San Jorge no detuvieron su deseo de expresar su voto.

El pueblo está más vivo que nunca, el comercio no se detiene y su gente tampoco. El miedo no venció a los pobladores migueleños.

El vigilante de San Miguel aún en un sueño pausado. FOTO D1: Félix Pacas

El vigilante de San Miguel aún en un sueño pausado. FOTO D1: Félix Pacas

Las cabeceras presentaron mayores problemas

En la cabecera departamental de San Miguel, uno de los centros de votación más grande fue el complejo educativo Aminta de Montiel, sobre la cuarta calle poniente en el corazón del municipio, donde se esperaba que votaran unas 4,000 personas.

Acá se inició a las 7:30 de la mañana, pero el mayor problema es que algunos intentaron votar con el Documento Único de Identidad (Dui) vencido, por lo que más de algún migueleño se quedó sin votar.

Doña Rosa mostró su Dui en el centro de consulta electrónico del TSE. Ella juraba que le tocaba votar en este lugar, pero los datos le arrojaron que debía ir hasta Usulután. El enojo fue evidente. “Hoy ya no voto nada”, vocifera mientras se retira del lugar.

La mañana está madurando y el sol comienza a elevarse en el punto más alto. A pesar del vapor migueleño el centro de votación está abarrotado y el variopinto escenario político se despliega por todo el lugar.

A unos kilómetros más, en la cabecera departamental de Usulután el centro más grande de todo el municipio es el centro escolar Basilio Blandón, donde asistirían 17,021 votantes. En este sentido, de todo el recorrido de la zona oriental fue uno de los más convulsionados. Los vigilantes aseguraron que a pesar de que el centro se abrió a las 7:30 de la mañana, hubo JRV que iniciaron a las 8:30. “Los paquetes electorales entraron tarde”, dice el fiscal.

A pesar de eso, y a la gran afluencia, miles asistieron a ejercer su derecho. Ese fue el caso de Rutina Villacorta, una octogenaria que asistió junto a su esposo y un amigo a ejercer el voto. Desde años quedó en silla de ruedas, pero eso no impidió que asistiera este domingo a elegir al próximo presidente.

Oriente se levantó temprano, con todo y su vigilante humeante, con todo y que acaban de pasar una emergencia nada detuvo a este pueblo caluroso que tendrá que volver a los centros de votación el próximo 9 de marzo, con la fe puesta en que el Chaparrastique, el vigilante migueleño se mantenga dormido.