Usted puede no estar de acuerdo con él, pero no puede pasar de lejos sus análisis. Aunque hace rato no vive en El Salvador, sus ensayos e interpretaciones son afilados, perspicaces, espabilados y, muchas veces, hasta irreverentes.
Cuando se escucha a alguna gente que estuvo en el frente de guerra junto a Joaquín Villalobos apuestan a que era el mejor estratega del FMLN cuando unos y otros aspiraban a extinguir las creencias del grupo rival.
Los estrategas de guerra ven de lejos. Disectan la realidad y pronostican futuros movimientos y errores de sus adversarios para tratar de ganar un ajedrez que se juega con balas.
Tal vez por eso es que, cuando Joaquín examina la política y el comportamiento de las fuerzas sociales, cualquiera debe suspender las discordias. Ahora El Salvador sigue otros caminos después de pasar por una guerra que significó, precisamente, la derrota de los políticos antiguos.
El papel de analista de Joaquín no es el de un notario anticuado que actúa a tientas y locas. Da la impresión que sabe que la democracia está sujeta siempre a concesiones. Pero que los verdaderos demócratas ni siempre deben asentir cualquier concesión donde los pobres, como lo dice, siempre son más que los ricos.
Joaquín Villalobos no escribe ni aparece en la televisión con habitualidad. No flota en los medios de comunicación. Antes escribía en un periódico impreso. Cuando le enviaron una suerte de contrato en el que se decía que podían cambiarle párrafos a sus escritos, los mandó al infierno.
Después intentó escribir en otro periódico musculoso del país pero, diplomáticamente, le cerraron las puertas. El silencio puso la frontera. Por eso es que a Joaquín le quedan pocas ventanas para expresarse y un par de televisoras que no lo miran mal.
Tal vez eso ocurra porque no le cae bien a todos. O quizá sea porque siempre se rehúsa a cumplir el rito. Por eso algunos lo prefieren callado. Otros le restriegan su odio. Hay quienes, incluso, creen que es un ¨enfant” terrible cuyo pensamiento debe estar lejos de los espejos. No faltan quienes quisieran chorrearlo en bronce como reliquia de guerra.
Hace unos tres años le escribí un correo electrónico a Joaquín Villalobos. Quería comunicarme con él. Me respondió que, en ese momento, quería tener poco contacto con El Salvador porque estaba consciente que con la izquierda tenía fuertes distancias, y la derecha quería dejarlo en jirones con enorme cretinismo moral.
La izquierda dura del país miró a Joaquín, en alguna época, como un homeópata de la intelectualidad. Le acusó que quería medicinas graduales para solucionar problemas urgentes. A Villalobos lo colocaron lejos del camino que el FMLN quería seguir hace años. A su juicio, algunos conceptos totémicos los alejó.
Desde esa época Joaquín se agarró del centro y hasta de la socialdemocracia, y eso no le gustó a otros sectores de la izquierda. Desde entonces, nunca se ha apartado de posiciones políticas de centro aunque algunos juran que a los salvadoreños no les gusta el centro porque lo ven políticamente asexuado.
Esta vez Joaquín está cerca de Elías Antonio Saca. Sigue también cerca de la logia de los demócratas cristianos aunque pocos saben en qué condiciones está ahí. Hay analistas que prefieren seguirle la pista a Ana Guadalupe Martínez, su más cercana socia política, para saber donde está Joaquín Villalobos.
A su juicio, cualquiera que sea el resultado que logre Saca, será un triunfo para el centro político aunque esa postura le ha costado venderla a los empresarios más ricos del país, por mucho tiempo. Nunca se lo compraron ni a él ni a otros.
Joaquín es también, muchas veces, un acertijo personal. Hubo un tiempo en que no viajaba a El Salvador porque había sufrido una “crisis” de seguridad personal. Nunca comprendí cómo se interpretaba eso, pero supuse que alguien quería meterlo en una trampa y derretirle plomo en su cabeza.
Era evidente que un excomandante guerrillero sabría más que yo de esos temas. Pero cuando pregunté por él, quedé notificado que Joaquín vivía una profundización de su exilio interno.
No hay que esforzarse mucho para creer que, hace rato, a Joaquín le gusta hurgar en los esqueletos de las formas intelectuales del mundo, quizás desde los tiempos helénicos. Primero fue descreído. Después vaciló ideológicamente. Pero no se quedó en la historia a secas. Ahora podría pensarse que se ha vuelto ecléctico y que anda atando síntesis de nuevas formas del pensamiento.
Joaquín no engorda nada. Es el flaco de siempre. Quizá lo poco que le ha cambiado es que su cabeza está poblado de canas.
Joaquín firmó la paz pero se fue del país hace bastante rato. Vive entre los libros de las bibliotecas de Oxford y, cuando no camina por los campos verdes de esa universidad, está entre edificios milimétricamente reforzados contra bombas, donde asesora un gobierno que quiere entendimientos y paz con comandantes guerrilleros como lo fue él.
En Colombia habla y lo escuchan. Antes lo oyeron en México. Yo no sé cuál es el futuro de Joaquín pero no lo veo lejos de lenguajes que construyan nuevas legitimidades.
-¿Qué piensas de la situación política de lo que está pasando? ¿Cómo lo interpretas hoy?
La cuestión va bastante más allá de lo que vemos en términos de proceso electoral. El país está viviendo un momento de cambio en su estructura y cuerpo social con el sistema político. Eso está cambiando. Eso tiene que ver con la entrada de Alba, la reconfiguración del FMLN hacia el mercado, la división en ARENA que ocurre por la expulsión del expresidente Saca, que fue subdimensionada al inicio, pero que ahora ha dado toda su expresión.
– Todo está sumando….
Los casos de corrupción que se están destapando son emblemáticos en relación con el uso del Estado como patrimonio propio, que involucra a otras instituciones. Hay algo que va más allá y tiene que ver con la independencia de la Corte Suprema de Justicia. Aunque a unos les guste y a otros no, eso genera otros equilibrios distintos.
La aparición de medios distintos de los medios de comunicación que habían dominado el país durante décadas y habían ejercido una influencia muy grande en la hegemonía del poder político conservador del país. La presidencia de Mauricio Funes con todo lo que son las políticas sociales que van más allá de lo que se deja ver e iniciaron desde la presidencia de Antonio Saca.
-¿Que convoca eso?
Todos esos elementos están provocando un gran cambio en el país. Yo creo que esos cambios son irreversibles. Independientemente del resultado electoral, el país no va a ser políticamente el mismo en los próximos años.
-¿Cómo se expresará?
Eso se va a expresar por la vía de poderes económicos alternativos que van a seguir enfrentados políticamente por la vía de las correlaciones legislativas, por el poder territorial, por el poder de las alcaldías, por la emergencia de liderazgos distintos. Todos esos elementos van a ir conduciendo al país a un cambio en la competencia política, que es el motor de todo. Para que todo funcione lo primero que tiene que funcionar bien es la política, si la política no funciona bien, todo se va al diablo.
-¿Crees que la política en El Salvador no solo ha cambiado, sino que va creciendo, tiene más músculo?
Efectivamente. Esa capacidad que se está mostrando de confrontar a poderes fácticos de larga existencia y gran peso en el país es una transformación sólida.
-En toda transformación alguien pierde y alguien gana. Aquí ¿quién está perdiendo y quién está ganando?
Para poder ponerlo de manera sintetizada, es una transición del ejercicio del poder por largo tiempo, con altas dosis de impunidad e inmunidad en todos los órdenes, por un grupo reducido de familias hacia clases medias, que es lo natural en todas partes. Puede haber millonarios que participan en política pero son políticos. No están ahí por millonarios, sino por políticos. En el país eso fue instrumental con el ejército, y luego pasaron a ejercerlo directamente y creo que ahí lo que yo llamaría la segunda etapa de participación directa de los poderes económicos.
¿Cuándo se da la primera?
La primera se da con la apropiación de tierras a finales del siglo XIX principios del XX, y la segunda en los tres primeros gobiernos de ARENA, cuando se produce el choque contra la clase media cuando ya no tenían el ejército; cuando los Acuerdos de Paz habían dejado prácticamente todo a merced de si podías construir o no mayorías electorales. Inercialmente ARENA, con el tema del comunismo, hace y logra metas con la política del miedo y evita que surjan competidores moderados intermedios. Ellos alimentaron la polarización y están frente a la cosecha.
-Puesto en sencillo… ¿te gusta lo que está pasando?
Sí, y bastante. Debo decir que yo he sido bastante pesimista con relación a las posibilidades del país, por la crisis de su sistema político. Prácticamente la historia del país es la historia de la imposibilidad de la competencia por el centro.
-¿Y siempre has estado matriculado en esos proyectos?
Eso era lo fundamental. Incluso la guerra civil se produce por la crisis que hay en los poderes oligárquicos y autoritarios en impedir y bloquear proyectos de centro, porque esos proyectos iban a conducir a formar una clase media con poder, con el ejercicio del poder político. Esos fueron bloqueados sistemáticamente. La lista de golpes de Estado, de políticos asesinados, de disidencias de ellos, es larga. Y en esto cuando, se produce la expulsión de Antonio Saca, hicieron un cálculo erradísimo. En el fondo creo que, en la política, ellos son burros con dinero, nunca han entendido los procesos políticos.
-¿Qué fue lo que no entendieron, por lo menos en el momento de la expulsión de Saca?
No midieron la correlación social que podían crear. Si vemos el fenómeno Saca separado del proceso electoral, veamos que él no se va solo. Segundo, les quita la mayoría en la asamblea, luego va a la competencia electoral legislativa y ocurre algo que no se había visto nunca: que un nuevo partido sacara 11 diputados. En ciencia política, si ellos hubieran tenido cerebro para ver las cosas, debieron darse cuenta de que era mucho más serio de lo que estaban midiendo. Esos 11 diputados que no marcaban las encuestas fueron una señal fuertísima y después de eso todavía les quita otra fracción.
Pero se alegaron muchas razones para tomar acciones contra Saca…
Aquí la discusión no es que por qué se va fulano, ni de los procedimientos. Es pura bobería discutir si este o aquel se fue por tal o cual cosa… Lo cierto es que hay una masa del sector conservador de derecha que está saliéndose del viejo cuerpo político y que el elemento central es la disidencia de los poderes oligárquicos de antes. Lo único es que en el pasado lo resolvían por la fuerza y ahora no pueden.
-¿No crees que, además, ARENA comete el error de dejar caminar dos figuras enormemente retadoras: Funes y Saca? En lenguaje que conoces ¿les abren dos frentes de guerra que no leen correctamente? Además hay dos elementos derivados de eso, que son los dos años de crisis del gobierno del presidente Funes con el FMLN, o independientemente de que uno puede o no estar de acuerdo.
Si y no tomaron la oportunidad y lo dejaron ir. Expulsar a Saca y no pactar con Funes fue una imbecilidad política del tamaño del mundo. Esa es la explicación de todo lo que les está pasando. Toda esta alteración que mencioné al principio tiene que ver con esto. No vieron venir la lógica de cómo han vivido la política en este país es que no vieron venir nada. No vieron venir que la iglesia les iba a disentir, no vieron venir que el ejército les iba a disentir, no vieron venir la guerra civil…
¿Tienen malos lectores o malos ejecutores, o ambos? ¿Por qué esa oscuridad en la interpretación, en no leer los signos de los tiempos?
Yo creo que es por el carácter depredador, extractivo, como han operado en este país con una enorme ventaja. Nunca le vieron sentido a proponer políticas de protección para evitarse conflictos. Incluso eso desató conflictos entre ellos mismos. Ese es el conflicto con Enrique Álvarez, Roberto Edmundo Canessa y otros más en el pasado. Nunca entendieron el proceso de que tú no puedes crear concentraciones de riqueza sin tener en cuenta de que eso genera procesos de descontento.
¿Dónde están ahora esos que mencionas?
Ubiquémonos en la nueva realidad: ellos se han quedado anclado ideológicamente en la ortodoxia de la política del consenso de Washington y la reforma de finales de los 80 que plantean básicamente una reducción del Estado y un ensanchamiento del mercado como actor fundamental. No es lo mismo que tú hables de esto en Italia o Gran Bretaña donde se han generado una burocracias pesadas, que en un país donde prácticamente no había un Estado responsable.
Un amigo me contaba de una comisión del Banco Mundial que andaban con ese chip en la cabeza que llega a Haití, y dice “aquí hay que hacer un ajuste estructural” y le contestan “¿Ajustar qué? ¡Si aquí no hay Estado! Aquí hay que crear el Estado”. En El Salvador también. ¿Qué es lo que está ocurriendo y que ellos llaman populismo de manera bastante absurda? Lo que pasa es que hay un proceso de inclusión por la vía de que el Estado asume políticas subsidiarias con sectores y eso tiene una implicación política que no están viendo venir.
-Además, percibo que el Estado ahora ha subido algunas gradas y eso se traduce en nuevos muros para las prácticas antiguas…
Mira lo que ha pasado en esta competencia. Detrás de decir “no” al vaso de leche y “no” a los zapatos y luego decir “sí” a los zapatos y “sí” al vaso de leche, hay un proceso de rezago con el hecho de entender algo que no solo está pasando en El Salvador, sino en el resto del continente. Pongámoslo desde una perspectiva histórica. La dominación y ejercicio del poder en este país tiene 3 momentos. Uno es: “sufre acá que en el cielo vas a tener tu premio y si te rebelas vas al infierno”. Esa es la Iglesia. Un segundo momento viene con el uso del ejército. Ahí dicen: “cuidado y te rebelas porque si no puedes morir”. Llega un tercer momento cuando ya no tienen el ejército ni a la Iglesia que es básicamente el miedo. En ese instante son muy vulnerables si no tienen una política social.
No han descubierto que los pobres son más y que una vez se está configurado el escenario donde la gente vota y tú tienes que aceptar los resultados, si no hay políticas hacia los más pobres obviamente los vas a perder. Son tontos, no han descubierto eso.
-¿Y qué papel juega UNIDAD en esto?
Ahí es donde frente a esta realidad ¿Quién es el mejor competidor frente al FMLN que tiene en la cabeza el chip de las políticas distributivas? Es UNIDAD. Es la reconfiguración que están haciendo de ellos que tiene más sensibilidad, más sentido de la importancia de lo social. Los otros no creen en eso, no creen en el Estado, creen en el mercado.
La crisis de seguridad que está viviendo el país y que ARENA está tomando como eje de campaña está basada en un absurdo. La solución a la seguridad pasa por un fortalecimiento del Estado. ¿Cuál de los tres partidos en contienda es la más antiestado? Es ARENA. ¿Cómo van a resolver la crisis de seguridad si están a favor de militarizar? ¿Con quiénes? ¿Con el ejército, al cual los Acuerdos de Paz decían que debía quedar en 30.000 hombres pero ellos lo redujeron mucho más y lo abandonaron? En ese sentido, decir que van a militarizar, lo hacen como una cosa nostálgica de la vieja alianza que tenía con el ejército. “Vamos a regresar con los militares, a poner orden”, de eso es lo que están hablando. No se dan cuenta de que este país es completamente distinto. Incluso ha cambiado la relación rural-urbana de la población, la relación con EE.UU., las características de la economía.
Si miramos los hechos recientes, tengo la impresión que este país reclama, más que nunca, que se ponga “orden”. La gente se ha hartado del desorden, de la violencia, de las protestas irracionales. Incluso, Norman Quijano mismo fue, en un momento de mucho éxito personal, un ejecutor de orden en las calles de San Salvador. Y hasta pienso que ARENA se olvidó de recordar la figura del ordenador….
Hay dos cosas en relación con lo que señalas. Una es una visión más de fondo sobre que ARENA y estos poderes fácticos en relación con el estado de caos y desorden en que ha caído el país, están jugando con últimos recursos sin tener contenido. Es como si reviviéramos a un general de aquella época donde ponía orden y lo trajeran y dijeran mire él va a hacerse cargo. De algo que les quieren hacer creer que es posible. Yo no estoy seguro si eso es posible, que la gente caiga. No sé si el asesor venezolano que ha perdido todas las elecciones en su país y las gana todas donde están fáciles les ha dicho que con eso pueden ganar. No tengo certeza de que si esa memoria les va a funcionar.
El tema de la seguridad es la gran apuesta final de ARENA…
Por eso han asumido ese tema de seguridad pero en el fondo no ofrecen nada, no dicen cómo lo van a resolver. Están jugando con eso y casi es la única carta, como la de que pueden ganar por el miedo al Frente, no por lo que proponen. Por eso la gran amenaza es UNIDAD, porque están compitiendo de una manera diferente y eso cambió el escenario por completo.
Desde la perspectiva de los electores, la peor variable para atender el problema de seguridad es ARENA, de lejos, porque no cree en el Estado. El caos es hijo de la debilidad del Estado y ARENA lo que implica en seguridad son más colonias cerradas, privatización de las prisiones y disparo de la seguridad privada. No tienen sensibilidad con la gente.
¿Qué se necesita en el tema de la seguridad?
Este país necesita un incremento exponencial de su poder coercitivo. Tenemos dos problemas centrales. Hay una masa delictiva enorme y otro problema de indisciplina de la población. Estas dos cosas se retroalimentan. Eso no se resuelve con las cámaras ni con políticas preventivas porque ya estás en medio del incendio. La prevención entendiéndolo como el “actuar antes” ¿Cómo vas a hacerlo si hay una situación crítica? Y por lo tanto es para atender eso lo que se necesita es una importante cantidad de policías en la calle que implica un gasto que va contra la cultura de este grupo que está aferrado a las reformas de los 80. ¿Eso cómo se financia? Con políticas fiscales, con crecimiento de la economía, y eso es mala palabra para ellos. Entonces están engañando al elector.
Antes no les importó y segundo no creen en los mecanismos para que se resuelva. En el fondo están diciendo que ellos son los “duros”, pero ellos le amputaron las manos al Estado. Están ofreciendo militarizar con un ejército que ellos comprimieron mucho más de lo que se tenía pensado.
¿Por qué dices eso?
Es que fue por los Acuerdos de Paz ni por que los militares se habían portado mal, sino por el ajuste estructural del Estado. Eso fue lo que pasó en Guatemala que se produce un ajuste del tamaño del Estado y eso ha generado un caos en seguridad. Lo que provoca el colapso de seguridad en Guatemala son las políticas y a filosofía del 80 la idea de que el Estado había que reducirlo y lo hicieron donde el estado prácticamente no existía. Es lo que pasa con la crisis de seguridad de acá. Se van 3 millones de salvadoreños y las políticas sociales son mala palabra ¿dónde tienen la cabeza estos taraditos? No vieron que si la población se estaba yendo esto iba a generar una masa de familias disfuncionales en un país con cultura de violencia? Esa crisis la provocaron ellos y se ofrecen a resolverla con un juego de palabras en un país distinto. Están hablando de escuadrones de la muerte sin decirlo y eso ya no existe. Eso no se puede este es otro país, eso es absurdo.
Por eso desde la perspectiva electoral ARENA es la peor variable, pensar que la solución la van a obtener con ellos. La política de ARENA es “sálvese el que pueda”, pagar seguridad privada.
¿En esa necesidad permanente de las sociedades de armonizar libertad con justicia y que por una, u otra, no se cometan barbaridades, por donde debe andar El Salvador?
Derivado del proceso histórico en que llegamos a acuerdos de paz, estos poderes establecen el juego de polarizar para ganar. Eso conduce a todos esos líos que hay ahora. ¿Qué es lo que se puede hacer? Salir de ese camino sobre la base de los acuerdos, y estos son posibles si hay una competencia por el centro entre dos fuerzas políticas que se han moderado. Incluso el activismo se posesiona de la política. La masa crítica, los pensantes sobran porque la política se vuelve emocional. Esto que digo ahora lo vengo diciendo desde la firma de los Acuerdos de Paz. No es de ahora. O sea lo que estamos viviendo ahora se construyó en un proceso que ha durado 20 años donde ahora vivimos las consecuencias.
En ese sentido ¿qué debieron haber hecho? Pactar con la democracia cristiana los términos de la gobernabilidad permanente del país. Dividir al FMLN para producir una izquierda de centro que pactara con la democracia cristiana y establecer ahí el equilibrio.
Pero eso se acabó, ya no es posible. La izquierda del país pasa por la transformación del FMLN en una fuerza de centroizquierda. Eso va despacio con el entendimiento que han establecido con el mercado.
Pero…
Ahora el problema está del otro lado, ahí el problema de que hay una enorme resistencia a mantener, así como mantener las políticas de los 80 que les imposibilitan a construir mayorías electorales, si no tienen políticas electorales no van a poder competir políticamente.
En ese sentido el que se estén aferrando a eso y a la idea de que puede seguir polarizando y jugando a las extremas puede conducir a este país al despeñadero. ¿Qué es lo único que nos salva? Que se produjo unos equilibrios diferentes que obliguen a que los pactos se conviertan en lo dominante. Ahí es donde veo un rol tremendo de un tercer competidor.
-A veces pienso que sin saberlo el salvadoreño lo que hace es prolongar la guerra hasta en sus comportamientos políticos. Aquí no se hace política para entendernos, sino para destruirnos. Hasta en las estructuras de los mismos partidos: manda Velado, manda Cristiani, mandaba Schafick y se acabó. Los partidos sin intelectuales. Aquí hay un déficit de intelectuales que son los que le ponen la poesía a la política y ajusta y moderniza a los partidos. Pero no hay intelectuales en ninguno de los partidos grandes, y si hay una opción de centro se va a tener que nutrir de intelectuales. ¿Qué piensas de eso?
No se ha entendido que la diferencia es para competir, pero que el país avanza con la capacidad de pacto, no sobre la diferencia. La diferencia es para simple y sencillamente decir estas son mis ideas y yo trato de convencerte. Pero para gobernar yo parto de los acuerdos y ahí lo fundamental es tener un sentido de lo relativo pero cuando tú mantienes al país bajo la lógica de los extremos lo que gobierno es un sentido de lo absoluto, de la exclusión del otro.
-Y a veces se tiene la impresión de que siempre debo estirar las cuerdas del violín. Si estoy gobernando me obligas a la truculencia porque tengo que sobrevivir. De lo contrario, pierdo.
Exacto, por eso es tan absurdo que gobernaran como que eran políticos de El Congo y después vienen y quieren que las instituciones funcionen como que fueran las suecas o las británicas. Eso es absurdo no se puede, eso es ridículo. Repito la palabra: son tontitos. Cómo es posible que generaron toda una situación y ahora que están en la oposición digan: no un momentito, esto no se vale.
-Ahora es otra cosa…
Tú eres responsable de cómo el otro entiende las reglas del poder. No hay modo hay que esperar un ciclo catártico.
-Si gana el FMLN… ¿Qué papel tiene que cumplir, si entiende bien las cosas y si está pensando en país?
Tendría que librar una lucha por pactar. No tiene otra opción, y es el peor para pactar.
-Entonces, ¿cómo lograrlo?
Para bailar se necesitan dos. El problema es que el Frente puede llegar al convencimiento de tratar pactar pero los otros no se han sacado el chip de la cabeza de que la ventaja política se las produce la confrontación para recuperar el gobierno porque el gobierno es su principal negocio. Así no salimos de nada y al gobierno del Frente, aunque tenga buena voluntad, no le va a ir bien. En cualquier escenario tiene que tener un despliegue y una fuerza considerable; incluso si gobierna es mejor porque fuerza a los otros dos a proceso de transformación.
–Si gana ARENA ¿qué debe hacer, igualmente pactar o asumir roles diferentes?
Tendría que hacer lo que no hizo desde el 92, es lo mismo. El otro se va a sentir incómodo. Y si el Frente asume la política de no dejar gobernar como ya lo hizo anteriormente, no salimos de lo mismo. Es como una necesidad el que haya un tercer competidor.
-¿Qué papel debe cumplir Saca y su gente?
La diferencia que tiene Saca con relación a los otros dos como opción de gobierno es que no tiene problemas para pactar con los dos. Ya de hecho es intermediario o puente. Es más, representa las dos caras de los elementos fundamentales que salvan al país. Uno es que no genera los temores en términos de políticas productivas pero asegura las nuevas fases de necesidades de políticas sociales. ARENA es la negación de esto y pone énfasis en el desarrollo de lo productivo pero con concentración de poder económico. ARENA produce pero no reparte, el Frente reparte pero no produce.
-No hay buena repartición sin creación de riqueza….
Claro. La única variable que puede sacar al país es aquella que junte esos dos elementos y obligue a los otros a entender las políticas sociales y el otro entienda la importancia de la política productiva. Después el país puede comenzar a caminar por cualquier rumbo, por gobiernos del FMLN, de ARENA, el que sea. Yo no veo esto como un problema de que uno le va a los equipos de fútbol y te quedas con ellos por siempre. Simple y sencillamente es ajustar el sistema para que pueda ser mucho más rentable para la gente. Esto es el motor de todo.
-El problema es que de buenas voluntades no viven las sociedades. Esto debe entenderse claramente.
Exacto, lo que acabas de decir es acertado. ¿Qué puede hacer un votante racional en una condición como la actual? Si orienta su voto sobre la base de “este me cae bien y este mal”, lo que va a pasar es que su voto va a obedecer a emociones. Entonces ¿cómo tiene que orientar su voto? No centrarse en las personas y tratar de ver cómo es el proceso ¿Qué hay aquí de proceso? Un tercer competidor, es lo nuevo, y es lo que obliga a los otros. Eso hay que analizarlo.