A pocos días del cierre de la campaña electoral, los partidos políticos mayoritarios han colocado más propaganda en los espacios públicos, con el propósito de intentar captar votos de los electores, especialmente de los indecisos.Esta saturación está generando una contaminación visual en el Gran Salvador.
Es difícil encontrar un espacio libre de propaganda electoral. Por todos lados se observan afiches, banderas, mupis y vallas publicitarias con fotos y contenidos alusivos a los candidatos presidenciales.
Según el director creativo asociado de la agencia de publicidad Rivera & Rivera, Joshua Rueda, la saturación de publicidad y propaganda genera contaminación visual. “Todo eso ensucia el ornato de la ciudad. Esa contaminación de publicidad no solo genera que se vea feo el paisaje urbano si no que termina jodiendo al medio ambiente”, manifestó.
El publicista también criticó el uso desmedido de los recursos en los que se proyecta la propaganda y la publicidad.
“Actualmente tenés un mupi por metro. Nosotros estamos planeando una campaña irónica, en la cual decimos que debería haber un mupi por casa… si no se regula a eso vamos a llegar”, dijo.
Rueda también asegura que las leyes del país no son estrictas en la regulación de los contenidos publicitarios.
“Yo creo que deberían de existir leyes más fuertes, así como en otros países que la publicidad está súper regulada. Pero acá, muchas veces, los que hacen las leyes son los mismos dueños de las empresas”, señaló.
En ese mismo sentido, el arquitecto Arquímedes Andrade indicó que el Tribunal Supremo Electoral debería de regular el uso desmedido de propaganda y publicidad en los mupis y vallas, así como reguló la pinta y pega.
“Se debe de normar el tamaño, las distancias y la altura de la propaganda. Hay lugares en los que no se debe de colocar propaganda. Por ejemplo, cerca de las iglesias y de las escuelas. ¿Quién regula esto? Esto debería ser similar como los que se encargan de normar la clasificación de los programas de televisión. Pero nosotros vemos publicidad en cualquier lugar”, expresó.
Andrade aseguró que el problema también se debe a que “las alcaldías, en el afán de colectar más impuestos, permiten que se ponga publicidad donde sea”.
“Hay saturación de propaganda. Tal vez si estuviera más ordenado fuera agradable a la vista, pero está hecha puño y eso genera desorden y afea la ciudad”, acotó.
Diario 1 intentó conocer los parámetros que utiliza la alcaldía de San Salvador para regular el uso de vallas y mupis, pero no hubo respuesta de las autoridades encargadas.
Por su parte, representantes de la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (OPAMSS), dijeron que ellos sólo realizan trámites para otorgar permisos en los espacios donde se colocarán las vallas publicitarias.