El debate organizado por la Asociación Salvadoreña de Radiodifusores (ASDER) del domingo por la noche dejó en claro que los aspirantes presidenciales no saben cómo financiarán las propuestas que presentan al electorado. Esto hace suponer que solo son ofertas, buenas intenciones, que no cuentan con respaldo técnico ni estudios previos para concretarlas.
El periodista Armando Guzmán, moderador del denominado debate, aunque en la práctica fue un foro, insistió desde el principio en este punto. Pero los candidatos rehusaron este punto y se dedicaron a hablar de sus ofertas en términos generales.
En el tema de educación, después de la exposición de cada participante, Guzmán pidió a Salvador Sánchez Cerén que explicara cuántas computadoras, a qué costo y las conexiones de las mismas a internet que ofrece a cada escolar. El efemelenista eludió la pregunta y siguió hablando en términos generales de su propuesta.
Mientras, a Norman Quijano también le dijo que “vistiera” su ofrecimiento en el área educativa, es decir, que también detallara cómo financiará su oferta. También pasó por alto esta petición.
Hubo muchas ambigüedades. Además, no conectaron los temas. Educación, seguridad, salud y economía fueron abordados de manera separa, pese a que todos están enlazados.
Estos temas son trascendentales para los salvadoreños. Pero lo que se vio y escuchó fue más de lo mismo. Por ejemplo, la mayoría coincidió en que para mejorar la economía hay que generar más y mejores empleos, pero nadie dijo cómo y en cuánto tiempo.
De igual manera, las pensiones fueron soslayadas, así como la edad la edad para las jubilaciones. Aunque en el próximo quinquenio se tendrá que enfrentar este punto, a lo más que se llegó fue a proponer un análisis posterior.
El presidente de la República, Mauricio Funes, ofreció esta noche algunas valoraciones de acuerdo con “su experiencia del ejercicio de periodista en 20 años”. Coincidió en que ningún candidato dijo cómo va a financiar sus propuestas. Otro “vacío”, según el mandatario, fue que tampoco se habló de reformas políticas
Los presidenciables no se comprometieron con planes concretos. No explicaron cómo obtendrán los recursos económicos −en este país cada vez más endeudado, con alto índice de desempleo e inseguridad—Tampoco hablaron de los presupuestos de los proyectos y sus respectivos controles y evaluaciones.
Habría dos razones por las cuales solo hacen exposiciones generales. Una, porque abren espacios para ataques específicos, y dos, así el que gane desarrollará la agenda que le imponga el partido que le ha servido de vehículo para llegar al poder y no necesariamente lo que prometió.
El debate finalizó un poco después de las 9 p.m. Pero la discusión en redes sociales y en programas televisivos siguió hasta altas horas de la noche. Casi todos los argumentos contienen visiones partidistas.
La mayoría de analistas están de acuerdo con que este foro tendrá poco impacto en la intención de voto en electorado.
A 20 días de la elección presidencial, lo que se observó este domingo por la noche fue la activación de las maquinarias electorales de los partidos políticos mayoritarios, sobre todo en redes sociales y medios de comunicación, para buscar ganar en el campo de la percepción política que la gente tiene de cada aspirante y partido.