El Salvador
lunes 25 de noviembre de 2024

Borgo Bustamante: Masas engañadas por mercantilismo político

por Redacción


Es lamentablemente que en esta competencia todos los días vemos que los políticos están haciendo un sinnúmero de promesas, pero los que estamos conscientes de esta situación sabemos que no es posible concretar esas ofertas, dice el Dr. Enrique Borgo Bustamante.

Firme defensor del Estado de Derecho y la institucionalidad, el exvicepresidente de la República, Enrique Borgo Bustamante, asegura que los políticos salvadoreños actúan más en función de los intereses de los partidos y muchas veces olvidan las necesidades del pueblo.

El exvicegobernante (1999-1994), durante el período de Armando Calderón Sol, dice que las campañas electorales, sobre todo la actual que lleva un año, afectan negativamente la economía del país porque se paraliza la inversión nacional y extranjera. “Mientras no haya inversión, no habrá creación de empresas ni empleos”, añade.

Desde su paso por la vicepresidencia hasta ahora como abogado en ejercicio profesional en su bufete, Borgo Bustamante se declara defensor del Estado de Derecho y del sistema de libre empresa. Solo la empresa privada puede generar empleos y, por consiguiente, ingresos a la gente.

Sin embargo, en el caso de Alba, asegura que el problema es que los empresarios, los dueños del negocio, no lo ven como negocio. Lo utilizan como una forma de penetración de una línea de pensamiento, de la filosofía del siglo XXI, y pretende a través de eso incidir en nuestro país.

En el marco de la campaña electoral presidencial, el también exembajador de El Salvador en España (204-2009) sostiene que las “grandes masas son engañadas” por los candidatos, quienes están en una guerra de ofertas y contraofertas sobre cómo solucionar los problemas del país y que saben que no podrán cumplir en caso de ganar las elecciones.

¿Deben redefinirse las funciones del vicepresidente de la República?

La función del vicepresidente debería de definirse concretamente. Es un suplente a la espera que algo le pase al presidente, salga de viaje o se enferme para poder suplirlo en un momento dado. Por este motivo, cuando fui electo vicepresidente, pedí al entonces presidente Armando Calderón Sol que me nombrara ministro de la Presidencia (hoy secretaría técnica de la Presidencia). Coordinaba el gabinete, particularmente el económico.

¿Alguna decisión revelante que tomó siendo presidente en funciones?

Cuando un grupo de desmovilizados del ejército y de la guerrilla se tomó la Asamblea Legislativa, diputados de todas las fracciones legislativas (FMLN, PDC, PCN y ARENA) se quedaron atrapados en el edificio y la situación era muy delicada. Ordené a la Fuerza Armada que entrara, protegiera a los diputados y desalojara a los invasores. Pensé que esta actuación sería bien vista. Pero faltando 5 minutos para que comenzara la operación, los desmovilizados abandonaron el recinto legislativo.
Ahora vemos que frecuentemente diversos grupos paralizan las actividades del país con manifestaciones o protestas. Si bien es legal reclamar lo que ellos creen que es justo, deben hacerlo correctamente sin violentar los derechos de los demás.

¿Qué opina de los políticos?

Los políticos se han partidizado demasiado. Han perdido un poco la visión del camino a seguir; el camino que tienen antes y después de llegar al poder. La misión de todo político es llegar al poder y conservarlo, pero no para ellos. Es para el bienestar del pueblo.

¿Los políticos solo defienden sus intereses personales o de grupo?

Se les olvida muchas veces −no digo que no lo piensen y que a veces no lo hagan−, pero actúan más en función de sus partidos; de lo que ellos creen que es lo más conveniente para el pueblo.

¿Cómo inciden las campañas electorales en la inversión privada?

Todos los períodos electorales desafortunadamente causan un impacto tremendo en la economía. Toda la actividad económica se paraliza. Cuando se habla de inversión normalmente pensamos en inversionistas extranjeros, pero esa situación también es interna. Hay inversionistas nacionales y extranjeros. Nadie está dispuesto a arriesgar su dinero tratando de hacer inversiones cuando no hay estabilidad jurídica, sino incertidumbre de cara al futuro.

El sistema que debe prevalecer es el de libre empresa. Porque es el único que puede generar empleo, y solo esa generación de empleo es la que permite la creación de ingresos para la gente; esto es indispensable. Mientras no haya inversión no habrá empleos ni creación de empresas.
Hay muchos ejemplos de grandes capitales que comenzaron en la calle. Algunos dueños de empresas importantes llegaron al país con una valija llena de telas y ahora tienen un imperio. Es el esfuerzo, el trabajo de toda una vida, y ahora tienen 5 o 10 mil trabajadores.

¿La seguridad jurídica es afectada negativamente por la campaña electoral?

En el caso personal, he estado luchando por el sostenimiento de la constitucionalidad del país, más que todo de la Sala de lo Constitucional que ha hecho una labor titánica, muy valiente, que no la habíamos visto en muchos años. Han levantado un estandarte de constitucionalidad del país.

Esta seguridad jurídica es la que necesitamos para que haya tranquilidad y confianza en el futuro. Este período electoral, como todos los períodos electorales, tiende a crear una baja en la actividad económica. Y ahora que los períodos electorales son más de un año, violentado la ley, en lugar de ser de dos o cuatro meses, tenemos un impacto negativo tremendo.

Eso deberían regularlo las autoridades. No puede ser que se haga jolgorio a través de eso y se paralice el país. La actual campaña tiene por lo menos un año y todo el mundo dice “voy a esperar a ver qué pasa”. La falta de respeto al sistema jurídico lo he visto en el FMLN. No sé si es por desconocimiento, o porque piensan seguir los ejemplos de otros países como Venezuela o Nicaragua, donde el irrespeto a las leyes ha sido la política que han seguido, destruyendo las bases de la democracia misma. Eso es negativo.

¿Los candidatos deben comprometerse a garantizar la seguridad jurídica?

Sí. Y cumplirlo. Porque realmente como que se les olvida después de llegar al poder. En este período se ha desarrollado un movimiento muy interesante de la sociedad civil. Espero que la sociedad civil continúe en esa posición de exigir el cumplimiento de todos los principios, de todas las normas, de toda la institucionalidad del país.

¿Qué opina de los candidatos? Algunos creen que no queda otra opción que escoger entre el menos peor.

Desafortunadamente esa es una concepción bastante generalizada entre los que hacen un análisis serio. Las grandes masas se ven engañadas por lo el mercantilismo político. Los candidatos ofrecen, ofrecen, ofrecen y no cumplen. Lamentablemente en esta competencia todos los días vemos que los políticos están haciendo un sinnúmero de promesas, pero los que estamos conscientes de esta situación sabemos que no es posible concretar esas ofertas.

Ante el deterioro de la economía y el endeudamiento externo, habrá que trabajar más de 10 años para que se pueda empezar a hacer una recuperación seria del país. Hemos retrocedido mucho.

¿Debido a la polarización política, gane quien gane continuará la confrontación?

Sí, porque la actual Asamblea Legislativa finaliza su período en el 2015. La conformación de este órgano de Estado permite al FMLN mantener el control mediante el apoyo del grupo de Unidad, aunque esta correlación de fuerzas puede cambiar. Sin embargo, hasta ahora el actual esquema seguirá hasta principios de 2015.

Si el FMLN gana las elecciones, probablemente continúe con las mismas actitudes pretendiendo destruir la Sala de lo Constitucional, que es el último baluarte de la institucionalidad del país.

¿Qué opina de los negocios de Alba?

Tal como negocios los aplaudo. El problema es que los empresarios, los dueños del negocio, no lo ven como negocio. Lo utilizan como una forma de penetración de una línea de pensamiento, de la filosofía del siglo XXI, y pretende a través de eso incidir en nuestro país.
Que tengan las gasolineras, por ejemplo, no es malo. Han existiendo Shell o ESSO y a nadie nos ha incomodado, pero el caso de Alba es una función política disfrazada de negocios. También es un método muy fuerte para publicidad política.