El 1 de noviembre próximo el partido ARENA dará un simbólico giro interno con el cual intentará convencer a sus bases y -obviamente- a sus detractores que dentro de las filas tricolor todo está en calma. Además, demostraría que ninguno de sus cuadros históricos o en la dirigencia se aferra a puestos públicos clave.
Al inicio de la legislatura 2012-2015 y en correspondencia con los partidos políticos que ganaron escaños en la Asamblea, se acordaron 14 puestos directivos los cuales fueron repartidos entre el FMLN, ARENA, GANA y Concertación.
Los dos mayoritarios (FMLN y ARENA) se agenciaron cuatro puestos cada uno, aunque la presidencia fue reclamada por el partido de izquierda, con lo cual asumió Sigfrido Reyes.
Al inicio de la legislatura, la fracción arenera acordó que a medio periodo (1 de noviembre 2013) renovaría sus cuadros directivos.
Al comenzar la legislatura, ARENA designó como vicepresidentes a Alberto Romero y Roberto d’Aubuisson. Las secretarías fueron para Milena Calderón y Margarita Escobar.
En ese momento también se reveló que a medio periodo asumirían Carlos Reyes, Enrique Valdés, Vicente Menjívar y Ernesto Angulo, sin definirles vicepresidencias o secretarías.
A menos de dos semanas que comience el segundo periodo legislativo, algunos diputados opositores a ARENA consideran más que oportuno que paralelo a la “renovación” tricolor se hagan otros “ajustes” en la Directiva.
Con la salida de cinco diputados de las filas areneras, la nueva fracción que se formó -“Unidos por El Salvador”- ha solicitado formalmente asumir puestos directivos. Una propuesta que ha rechazado de manera tajante ARENA, sobre todo, cuando partidos como GANA propusieron que se redujeran de cuatro a tres las representaciones tricolor. Es decir, quitarles un puesto.
Las tensas discusiones, aunque bastante diplomáticas, marcaron durante semanas la agenda temática de la Comisión Política sin llegar a acuerdo alguno. No obstante, ahora que se avecina la renovación de directivos tricolor el tema ha cobrado vida.
Rigoberto Soto, jefe de fracción de “Unidos por El Salvador”, mantiene la idea que su grupo tenga alguna secretaría, pero declina hablar si sería a costa de sacrificar a algún representante de ARENA.
“Sí queremos un espacio en la directiva pero depende de la Comisión Política”, reducir representación a los areneros o incrementar a 15 los espacios, expuso Soto.
Recordó, no obstante, que solo se necesitan 43 votos para lograr ese “ajuste”.
Uno de los aliados de “Unidos por El Salvador” en este tema ha sido el FMLN, que en las sesiones de Comisión Política ha esgrimido la idea de “hacer valer los derechos por igual” a todos los diputados, independiente a si continúan con los partidos políticos con los cuales ganaron los escaños o si ya renunciaron a esos grupos partidarios.
Con la proximidad de la renovación de los directivos areneros, el efemelenista Santiago Flores explicó que se trata de un acuerdo interno de ARENA el cambiar a sus directivos: “Es un asunto de ellos”, insistió.
Al evaluar las opiniones de otros diputados sobre quitar, al menos, un espacio a ARENA y entregarlo a la fracción “Unidos por El Salvador”, Flores comentó que “la conformación actual de la Directiva no está en juego… por el momento”.
Al preguntarle si acaso habrá otro “momento” para despojar a los areneros de algún cargo directivo, Flores no pudo ocultar una sonrisa maliciosa mientras insistía: “Es que es un acuerdo entre ellos (dentro del partido ARENA). Nosotros no tenemos nada que ver”.
En otras palabras, el despojar a los areneros de un escaño o no es impulsado por el grupo GANA respaldando la solicitud de “Unidos por El Salvador” y en este escenario, el FMLN se limita a observar el pleito y desgaste entre los grupos de derecha.
“Estoy haciendo maletas”
La diputada Milena Calderón de Escalón está convencida que la transición dentro de su grupo parlamentario es algo natural y se trata únicamente de cumplir un acuerdo interno.
“Yo ya estoy lista. Estoy bajando los cuadros de la oficina. Llego hasta el 31 de octubre”, explicó.
“¿Por qué habría de cambiar?”, respondió a un periodista quien le preguntó sobre si habrá cambios en la representación (o números de puestos) para su partido en la Directiva.
Según ella, en el Protocolo Interno de la Asamblea 2012-2015 se asignaron los puestos para cada fracción y a los areneros les corresponde dos vicepresidencias más dos secretarías y eso “sigue firme”.
Sobre la llegada de sus colegas (Carlos Reyes, Enrique Valdés, Vicente Menjívar y Ernesto Angulo) dijo que se trata de un compromiso serio, aunque dejó abierta la posibilidad que el Consejo Ejecutivo de ARENA (Coena) proponga alguna modificación.
Enrique Valdés es uno de los tricolor que sube a la directiva. Al preguntarle sobre si él y sus colegas estaban preparados para la transición respondió: “Estamos listos para asumir los compromisos que el país mande”.
¿Qué está en juego?
Pensar en que ARENA llegue a perder un puesto directivo es cuestión no es una cuestión de simples números: bajar de cuatro a tres. Los temas cruciales son las responsabilidades, sobre todo, la toma de decisiones dentro de la Directiva.
Las contrataciones de personal, aumentos salariales, designaciones para viajes al exterior, autorización de viáticos, permisos, reducción de horas laborales, ajustes de horarios de trabajo, ausencias, instalación de sesiones plenarias, integración de las comisiones de trabajo, elaboración de las agendas (temas) que serán discutidas en las plenarias, así como elaborar el presupuesto del órgano legislativo, corresponde a la Directiva.
En el mejor de los casos, los acuerdos se toman por mayoría (apoyo de todos los partidos), sin embargo algunos acuerdos son por mayoría de diputados.
Con un directivo menos, ARENA podría quedar en desventaja frente al resto y ese es el principal riesgo, ya que los opositores podrían formar bloque e imponerse.
Debido a todo lo que está en juego, ARENA debe demostrar más que nunca -a sus bases y detractores- que dentro de sus filas todo está en calma, por lo que es casi inevitable hacer cumplir el acuerdo de renovación de directivos.
Ahora bien, ¿evitará ARENA posibles sorpresas desagradables en estos días cuando dentro de su misma fracción prevalece la histórica expresión que “en política nada está escrito”?
Parece que todo es cuestión de tiempo…